Por Javiera Catalán Soto
El 2017 se estrenó Invasión: La guerra ha comenzado, una de las películas rusas más ambiciosas de la última época, debido a su gran presupuesto de más de seis millones de dólares y al uso de efectos especiales, empleados para contar la historia del primer contacto de la humanidad con una civilización alienígena, a través de los ojos de Yulia y su padre, el coronel Levedeb. En ese primer contacto Yulia rescata a un extraterrestre llamado Jariton, de un edificio abandonado y así evita que sea atrapado por el gobierno ruso. En ese acto de rebeldía frente a su padre, alto funcionario del Ejercito, Yulia se enamora de él, ya que luce como un humano común y corriente.
Para el final de esa cinta, dirigida por Fiodor Bondarchuk, Jariton es asesinado por el ex novio de Yulia, Artiom, y ella es puesta bajo vigilancia militar debido a los poderes que ahora posee producto de su relación extraplanetaria. Dos años mas tarde, y ahí es donde se inicia lo que nos compete hoy, Invasión: El fin de los tiempos, Yulia lleva una vida muy restringida, Artiom está preso y el coronel Levedeb dirige una investigación sobre su propia hija para descifrar los secretos de la inteligencia alienígena.
Además, la comunidad internacional se ha unido para impedir el paso de cualquier vida inteligente externa a la tierra, instalando incontables satélites que monitorean todo lo proveniente del espacio exterior. Aunque, eso no impide que Jariton, ¡que no murió surprise! entre a la tierra en su nave, cuyo combustible principal es el agua.
Así es como una nave posicionada fuera de la atmósfera terrestre intenta asesinar a Yulia y llevar de vuelta a Jariton al espacio. La nave es (o posee) una inteligencia artificial superior que es capaz de hackear cualquier dispositivo digital, lo que tensa las relaciones entre humanos, ya que todo es mediado por un celular o por algún artículo de esa clase. La nave logra traspasar cualquier defensa terrestre y así, comienza una gran inundación en el centro de Moscú que solo Yulia puede controlar.
Esta segunda parte, también dirigida por Bonderchuk, plantea, al igual que su predecesora, una idea muy interesante, y tiene efectos especiales de una gran calidad, pero se queda ahí y no explora mucho más allá. Habría sido genial que se explorara la mitología de la civilización de Jariton, ¿qué hacen en la tierra?, ¿qué buscan además de matar a Yulia? por sus poderes -, porque sobre la motivación principal ni se comenta, y tampoco se conocen otros especímenes alienígenas.
A pesar de que el guion no es bien aprovechado, la película se sostiene por las más de dos horas de duración. Tiene tensión y entretiene a ratos, pero insisto, al ser una idea tan buena una humana que adquiere poderes que escapan a su propio razonamiento y que además tiene una relación con un alienígena que luce tan cual los humanos , que se desprende de otras incontables películas de invasiones, esta queda demasiado corta en explicaciones. Muchas preguntas para tan pocas respuestas.
Entiendo que el ruso sea un idioma tan ajeno al español que sea natural querer doblar la película al inglés, porque al menos estamos un poco más familiarizados, pero de ser ese el caso creo que es indispensable que la sincronización entre el doblaje y la película sea impecable, y lamentablemente este no es el caso. Subtitulada al español y doblada al inglés es una combinación que en este caso queda mal, porque la desincronización es tan obvia que distrae al espectador de la historia principal. Así que cuando la vea prefiera la versión doblada al español.
A pesar de esos detalles, si eres un fanático de las películas sobre invasiones alienígenas, ciencia ficción y buenos efectos especiales Invasión: El fin de los tiempos, es una película para ti, ya que se disfruta y, como ya dije, plantea una idea interesante, que quisiéramos se explicara un poco mejor.