Es increíble lo que sucede con ciertas películas porque como dice aquella frase-meme, a pesar de poseer todos los ingredientes que a otras producciones las convierte en cintas malas, aburridas y olvidables, involuntariamente se vuelven buenas. Una de ellas es “Beekeeper”, estrenada la semana pasada en nuestro país y que con Jason Statham como protagonista y David Ayer detrás de las cámaras, se convierte en uno de los mejores panoramas veraniegos del 2024.
En “Beekeeper, sentencia de muerte” interpreta a Adam Clay, un hombre que lleva una vida apacible, dedicado por completo a la apicultura, pero que en su pasado fue un antiguo agente de una poderosa organización clandestina conocida como “Beekeeper”. Cuando a su vecina le roban todo su dinero en una estafa telefónica, ella decide terminar con su vida, lo que afecta a Clay profundamente. Después de descubrir que todo es una conspiración en las más altas esferas del gobierno, la brutal venganza de Clay, no podrá evitar que utilice todos sus recursos para hacer justicia. Completan el reparto Emmy Raver-Lampman, Josh Hutcherson
David Witts, Michael Epp, Phylicia Rashad, Minnie Driver y Jeremy Irons.
El mejor ejemplo de que es igual de mala que otras cintas, pero al final buena, es que comparte el mismo guionista de ese bodrio llamado “Los indestructibles 4” y el mismo protagonista, lo que se nota porque está llena de diálogos clichés, personajes caricaturescos y acción plagada de situaciones convenientes para el héroe. Pero acá todo funciona y uno a pesar de reírse de este tipo de cosas inverosímiles, la pasa muy bien. Creo que principalmente porque nos hace conectar inmediatamente con la historia del ex super militar ultrasecreto nivel dios, que arremete en contra del rico y poderoso que abusa del indefenso. Y lo hace de la mano de uno de los actores de acción más queridos actualmente, lo que genera aún más complicidad y uno desconecta el cerebro para disfrutar cada segundo de locura.
Y además, la película crea una complicidad directa porque es una copia descarada de John Wick y su premisa de “me quitaron algo y soy un super humano que busca venganza”, además de toda la estética, lo que luego de que ya nos subimos a este bote, nos da lo mismo y lo celebramos. Aunque debo hacer un alcance, ya que de todas formas mucha de la puesta en escena que se ve en “Beekeeper”, ya se vio en parte en “Escuadrón Suicida” de Ayer, película que esperamos algún día ver su corte y quizás, luego del amor que está recibiendo esta última, ese macabro estudio detrás de DC lo libere.
Al final y como mencioné antes, “Beekeeper” se convierte en un excelente panorama para quienes quieran aprovechar sus vacaciones de verano e ir a pasarla bien al cine, viendo a un Jason Statham desatado y haciendo lo que esperamos que haga, repartiendo patadas. Y en este caso haciendo temblar al rico y poderoso, lo que es doblemente satisfactorio.