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    Porque los nerds también amamos ¿ya?: San Valentín en cómic, series y películas

    “Sin City”.

    Del amor se ha escrito mucho, y nunca es suficiente. Esto último nos obliga a estar constantemente revisándolo en el cine, en la literatura o en el cómic, y en cualquier forma narrativa, porque hay una certeza: no qué es el amor pero sabemos que existe. Por Escudo de Roble.

    Por eso todas las buenas historias en el fondo son de amor. Desde Star Wars con la tragedia de Anakin y Padme Amidala, pasando por la muerte de los padres de Bruce Wayne y su alzamiento como Batman para sobrellevar el trauma de la perdida del amor paterno/materno, o el increíble romance de Swamp Thing (un pantano que cree ser un hombre) con su novia Abigail Arcane.

    “Swamp Thing”.

    Este último caso debe ser una de las cuestiones más profundas que se ha escrito sobre el amor en el cómic. Y es que el trasfondo de esta obra, nos dice que esta conciencia que es Swamp Thing, que carece de límites físicos, y cuya manifestación es una figura humanoide, lo único que realmente lo vuelve humano, es su amada.

    De lo anterior se puede extraer un montón de reflexiones, como por ejemplo, el cómo “uno existe al estar con el otro”, o cómo “la comunicación que establezco con aquel que es distinto a mi, nos convierte en humanos”. (De esto, el fallecido profesor Humberto Maturana, sin duda nos podría iluminar mejor).

    Pero estas complejidades que tiene el amor, es lo que hace de este un tema obligado en cualquier historia y por ende en nuestras vidas. Sin ir más lejos, en este último tiempo, toda la discusión sobre la identidad de género, el feminismo, y básicamente toda la propuesta teórica que desarrolló la influyente filósofa Judith Butler, son los temas de cómo hoy se está abordando el amor en las narrativas.

    “La forma del agua”.

    Dicha escritora cambió para siempre la visión que tenemos del amor, pues la multiplicidad de identidades de género, y la forma en que ellas se expresan, enriquecen el mismo amor. Sin ir más lejos, el filme que le dio el Oscar a Mejor Película y Mejor Director a Guillermo del Toro, “La forma del agua”, la cual narra el romance entre un monstruo-dios y una humana, aborda lo que debemos entender actualmente sobre el amor, pues el solo título “The shape of water” (en ingles) es la síntesis de lo que tenemos interiorizar en estos tiempos:

    Guillermo del Toro en una entrevista reveló que el título de este filme, se debe a que el agua, como elemento, no tiene forma, y el amor, tampoco. De allí el título “La forma del agua”.

    Pero bueno, todo lo anterior debe ser la dimensión más lograda del amor, pero éste, siempre ha resonado entre nosotros por las heridas que deja y la condición de inminente fracaso que este puede llegar a tener. “El amor es la muerte del deber”, le dijo el maestre del muro, Aemon Targaryen a Jon Snow en “Juego de Tronos”. De seguro son aquellas palabras las que resonaron cuando Jon mata a su amada Daenerys Targaryen.

    La madre de dragones finalmente se transformó en la reina de las cenizas y terminó siendo la villana final de Juego de Tronos. Podemos discutir eternamente si el final de GoT fue bueno o malo, pero no podemos discutir que en el fondo la serie siempre se trató de cómo el amor y la pasión determinaban el futuro de los siete reinos.

    Desde el romance prohibido entre Cersei y Jaime Lannister, que acciona la trama de la serie al botar al joven Brandon Stark desde la torre rota; el romance secreto de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, de donde nace Jon Snow; y el amor imposible de este último con Daenerys Targaryen. No hay duda: es el amor trágico lo que siempre movió la aclamada serie.

    Aemon para terminar su reflexión le dice Jon que actuar con honor “es fácil cuando no tiene costo” y que “tarde o temprano en la vida de todos los hombres llega un día en el cual no es fácil. Un día en el que se debe elegir”, pero además se debe aprender a convivir con las consecuencias de la decisión por el resto de sus días. ¿No es eso la puñalada que le da Jon a Daenerys? Después de todo, la madre de dragones, terminaría por matar a Sansa y Arya si quedaba viva, sus propias hermanas. Esto queda claro cuando manifiesta que quiere “quebrar la rueda”, pero en contra parte, el Norte quiere ser un reino independiente.

    Fue el amor de hermano lo que puso en jaque a Jon en la escena donde mata a Daenerys, de la misma forma en que Ned Stark estuvo en jaque con su hermana Lyanna Stark cuando le pidió proteger a su hijo, o sea el mismo Jon. En ese sentido circulo narrativo en la serie sí se completó, y el amor como motor de estos actos.

    “Juego de Tronos”.

    Pero también hay amores terribles, pero ardientes como el corazón de un volcán e intensos como la guerra. Sin duda son los que más nos entretienen. Sobre este se ha escrito mucho, pero no hay como lo hecho en la serie neo-noir, “Sin City” de Frank Miller.

    Convengamos que algunos títulos de esta obra son “El duro adiós”, “Mataría por ella”, “Alcohol, chicas y balas”. ¡Vaya! Algo así solo puede terminar exquisitamente mal.

    “La noche es caliente como el infierno. Todo se te pega. Una asquerosa habitación en un asqueroso barrio de una asquerosa habitación… Contemplo a una diosa. Me dice que me desea. Y parece que lo dice en serio. No pienso en perder ni un segundo más preguntándome cómo he podido tener tanta suerte. Huele como deben oler los ángeles”.

    Eso reza Marv al inicio de Sin City, antes de intimar con una deseada prostituta. Este personaje es el clásico tipo duro con pocas habilidades sociales. Como se describe en la obra, Marv de haber nacido mil años antes, podría haber sido el líder de un clan de guerreros, pero en el mundo contemporáneo solo puede ser un marginal.  

    “Sin City”.

    La cruzada que emprende Marv, es una historia de venganza por la muerte de ese “ángel” llamado Goldie. Su objetivo es matar a los responsables de la forma más brutal posible. Y nada más. Porque la noche que tuvo con aquella chica, para un desgraciado como él lo amerita. Así de simple, así de directo.

    “No sé por qué moriste Goldie. No sé por qué ni sé cómo. No te había conocido hasta esta noche, pero fuiste mi amiga cuando más necesitaba una, y cuando descubra quién lo hizo, no morirá ni rápida ni tranquilamente como tú. No. Morirá lenta y sangrientamente como me gusta a mí. Miraré al hijo de puta a la cara y me reiré mientras suplica a Dios… Te quiero Goldie”.

    El amor está hecho de todos estos materiales. Alrededor de sus dimensiones, nosotros lo habitamos tratando de lograr buenos resultados, y de lo contrario, lamemos nuestras heridas. Podemos acercanos a Swamp Thing, Laura Dern, al torpe Marv, o elegir el deber por sobre el amor, como Jon Snow. Lo cierto, es que todos al final de nuestros días, tendremos mucho que de decir sobre él. Y las palabras nunca serán suficientes.

    ¡Feliz San Valentín, muchachos!

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