Se acaba de estrenar en Netflix lo último de Jennifer López, la película de ciencia ficción “Atlas” y la respuesta de la crítica ha sido lapidaria. En en sitio de compilación de reseñas de la prensa especializada Rotten Tomatoes la cinta no alcanza un 17% de valoración.
En todo caso, las bajas notas es la norma en Rotten Tomatoes para casi todas las cintas dirigidas por el hombre detrás de este desastre: Brad Peyton. Sus anteriores películas como realizador van desde el 51% de aprobación como “Rampage” hasta bochornosos títulos como “Incarnate”, con un 13% de valoración.
Ambientada en un futuro cercano, esta última producción dirigida por Peyton sigue la historia de Atlas Shepherd (Jennifer Lopez), una brillante pero misántropa analista de datos que no confía en la inteligencia artificial.
Según reza la información oficial de la casa de streaming, Atlas “se une a una misión para capturar a un robot renegado con quien comparte un misterioso pasado. Pero cuando el plan se complica, deberá aprender a trabajar con la tecnología para salvar a la humanidad”.
El crítico Benjamin Lee del medio inglés The Guardian anota que “gran parte de la película luce como un videojuego antiguo y oxidado (…) [y Peyton] nunca es capaz de alejar su película de ser sólo otra simulación en streaming de una superproducción real”.
En tanto, para The Hollywood Reporter se trata de “otra película de Netflix para dejar de fondo mientras tiendes la ropa”, mientras que para Valerie Complex del medio Deadline, “la promesa de una apasionante historia de inteligencia artificial cae bajo el peso de su propia ambición (…) Más allá de una premisa decente ‘Atlas’ se siente como una oportunidad perdida”.
Más lapidarios son William Bibbiani de The Wrap, quien critica los “diálogos ordinarios, trama bochornosa, acción mediocre y actuaciones extrañamente ineficaces”; en tanto Todd Gilchrist de Variety escribe que “Atlas” “no logra convertir ese intercambio de ideas sobre el fin del mundo de la IA en una aventura que merezca la pena (…) Predecible, demasiado larga e insípida, es el tipo de experiencia con la que es difícil entusiasmarse”.