Calificación:
*Alerta de spoilers para los lectores no familiarizados con la saga MK.
La esperada entrega cinematográfica 2021 de ‘Mortal Kombat‘, el fenómeno mundial que surgiera con el icónico videojuego de combate sangriento en el ya lejano año de 1992, se estrenó el pasado 15 de abril en México, una semana antes de su lanzamiento en los Estados Unidos.
El semáforo de riesgo epidemiológico del país permitió que los fanáticos mexicanos de la franquicia del dragón creada por Ed Boon y John Tobias pudieran disfrutar de esta película dirigida por el debutante Simon McQuoid en diversas salas de cine y en múltiples autocinemas, epicentros de esas experiencias cinéfilas retro que debido a la pandemia han tomado su segundo aire de vida.
En ellos se fusiona un formato entre nostálgico y futurista de ver cine, con las típicas palomitas, gominolas, refrescos, hotdogs y demás antojos de la dulcería, pero a la vez con cubrebocas, alcohol gel, gigantescas pantallas de ultradefinición y aplicaciones de audio para seguir el sonido de manera personalizada en los automóviles.
Hype
Después de 26 videojuegos para cada plataformas de moda en las últimas tres décadas, series y películas animadas, cómics y cintas live-action, pero sobre todo de un impecable triunfo del gore en los juegos de pelea y un listado de personajes entrañables que forman la saga de ‘Mortal Kombat‘, la nueva entrega cinematográfica, con James Wan a la cabeza de la producción, generó un importante hype desde su tráiler, por lo que los gamers y coleccionistas de todo tipo de merchandising de la franquicia ansiaban su estreno.
El resultado obtenido en la pantalla por McQuoid ha dividido las aguas, pero desafortunadamente no en términos de calidad cinematográfica. Más bien, la discusión parecería centrarse en qué tan incondicional y qué tanto debe someterse un auténtico fan, con tal de ver el objeto de su fanatismo desplegado en un largometraje.
Y es que si bien resultaría ingenuo esperar demasiada profundidad argumental y un desarrollo de personajes deslumbrante en la adaptación al cine de un videojuego de peleas, ‘Mortal Kombat’ decepciona de cualquier manera a quien aspire a una cinta con los mínimos elementos de coherencia narrativa.
Reboot
Esta nueva entrega de 2021, con guion de Greg Russo y Dave Callaham sobre una historia de Oren Uziel y el propio Russo, intenta reiniciar el mundo cinematográfico live-action de ‘Mortal Kombat’, que no es particularmente lustroso si se considera la irregular película original de 1995 y su fallida secuela Annihilation de 1997.
Es cierto que la cinta dirigida por Simon McQuoid no se inhibe a la hora de mostrar mutilaciones, sangre y fatalities de manera explícita, lo que sin duda armoniza con el espíritu de ‘Mortal Kombat‘, lo esperado por los asistentes de su culto y por los adictos al CGI de aceptable calidad.
Pero las secuencias de combate distan de brindar una aportación narrativa o técnica al género, bien a través de los movimientos de cámara o de la edición. Ese apartado cumple, de forma mortal y rutinaria a la vez.
También se resiente que esas escenas de violenta lucha cuerpo a cuerpo atraigan de manera aislada, ante las carencias estructurales de una trama que no sólo exige concesiones de credibilidad del espectador para no abandonarla (abundan las faltas de explicación y motivaciones del argumento y los protagonistas, quizá porque el director asume que el público ya las conoce, al ser fanático quizá incluso de los pioneros de ‘Mortal Kombat‘), sino que con frecuencia quiebra las reglas de su cosmos interno.
Por ejemplo, en ocasiones indistintas los personajes emprenden viajes en automóvil o avión para cumplir sus respectivas misiones, pero más adelante la transportación de un sitio a otro se sustituye por simples cruces de portales dimensionales a capricho de los capitanes del Outworld el hechicero Shang Tsung (Chin Han) y el Earthrealm el dios del trueno Lord Raiden (Tadanobu Asani).
Tampoco queda claro por qué razón algunos de los peleadores mueren y así permanecen, por qué uno más parecería inmortal o por qué algún otro regresa del Infierno, incluso más poderoso que cientos de años atrás, cuando fuera asesinado.
Anticlimático
Lo más destacable de esta película podría encontrarse en un prólogo lleno de acción y violencia ligada a las artes marciales, en el que Bin-Han asesina a casi toda la familia de Hanzo Hasashi y a él mismo. Su cuerpo desaparece al incendiarse y queda la expectativa de una sangrienta venganza o algo ligado a esa escena.
Pero, por desgracia, la trama irá por otro lado y el tono de la narración tampoco mantendrá su firmeza inicial, pues pasa de la acción a la farsa, a la fantasía y a la filosofía de iniciación. La trama es simple. Se acerca el próximo ‘Mortal Kombat’, un torneo en el que participan guerreros marcados de nacimiento con el emblema del dragón. Outworld ha ganado las últimas nueve ediciones y si obtiene el décimo triunfo invadirá el Earthrealm para oprimirlo.
Shang Tsung está convencido de que debe asegurarse de la victoria de los opresores, operando aún antes de la competencia, por lo que envía a Sub-Zero, el otrora ninja del clan Lin Kuei, para acabar con los combatientes de la Tierra. Pero algunos personajes de ese reino terrenal que conocen del torneo tratarán de impedirlo.
En realidad, el motivo y las consecuencias de los combates en el torneo Mortal Kombat apenas se insinúan en esta nueva versión cinematográfica 2021. En la pantalla no se siente que el futuro de la Tierra esté de verdad en peligro y, en rigor, todo ese asunto pierde interés porque en esta entrega no hay torneo alguno. Las circunstancias quedan servidas para que, tal vez, haya futuras secuelas en donde se pueda llegar a esas instancias.
Así que esta cinta, si bien tiene una pelea final en la que reaparece Hanzo Hasashi ahora convertido en Scorpion para ayudar al protagonista en su lucha contra Sub-Zero, deja un sabor anticlimático.
Fanservice
Además de una amplia cantidad de referencias al universo ‘Mortal Kombat‘lo que funge como un entretenido pero descarado fanservice, los aficionados que celebran esta película pueden esgrimir el numeroso roster de peleadores que integran los bandos encabezados por Shang Tsung y Lord Raiden, ya viejos conocidos de la saga.
Y sí: en esta entrega además de los ya mencionados Hanzo Hasashi/Scorpion (Horoyuki Sanada) y Bi-Han/Sub-Zero (Joe Taslim), aparecen Sonya Blade (Jessica McNamee); Jax Brigs (Mehcad Brooks); Kano (Josh Lawson); Liu Kang (Ludi Lin); Kung Lao (Max Huang); Mileena (Sisi Stringer); Nitara (Mel Jarnson); Kabal (Daniel Nelson); Reiko (Nathan Jones) o el mismísimo príncipe Goro.
No obstante, la mayoría de ellos transitan por la historia en efecto como un mero listado, como piezas unidimensionales que se mueven sobre el tablero argumental, con actuaciones pobres o de trazo pedestre.
Que Kano no pueda salir de su obscenidad en cada gesto y palabra quizá resulte menos irrespetuoso para el fan de culto que darle el protagónico de esta aventura a Cole Young (Lewis Tan), un mediocre peleador de artes mixtas, que recién aparece en la saga y por misterios de la existencia resulta descendiente directo de Hanzo Hasashi, sin que brille en él su fiereza, habilidad o mística del Shirai Ryu, lo que no impide que sin más derrote al poderoso y temido Goro, príncipe de los Shokan, luego de que su esposa cumpla la osadía de guion ¡de atropellarlo con una camioneta!
Quien se acerca a esta nueva versión de Mortal Kombat sólo por las peleas, el gore y la nostálgica satisfacción de encontrar cada huevo de pascua más o menos escondido en la historia, en los diálogos o en las locaciones, de seguro no la pasa tan mal y hasta es probable que se sienta invadido por la adrenalina de genuinas emociones.
Pero, sin duda, esta entrega dirigida por Simon McQuoid abona en el lugar común de que las adaptaciones de videojuegos al cine, en general, son disparatadas e infumables. Y, desde luego, merecerían ser arrojadas al Pit o acreedoras al más ingenioso de los fatalities: el olvido.
Ficha Técnica
Título original: ‘Mortal Kombat’.
Año: 2021.
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos.
Dirección: Simon McQuoid.
Guion: Greg Russo y Dave Callaham.
Reparto: Lewis Tan, Joe Taslim, Jessica McNamee, Josh Lawson, Mehcad Brooks y Tadanobu Asano.
