He publicado un perfil de Pedro Pascal en la revista Anfibia Chile & Argentina. Se trata de una crónica interpretativa donde reviso el gran salto de Pedro Pascal a Hollywood, cuando fue fichado por “Games of Thrones” hace una década, hasta el imperio de su actual omnipresencia mediática. Por Ernesto Garratt
Pedro Pascal está en todo y en todas partes al mismo tiempo:
“Pedro PopStar destella un esplendor aún más intenso y con una luz que ningún chileno jamás imaginó, ni anticipó, ni ha logrado igualar o superar en el ecosistema de Hollywood. Lo siento, Cristián de la Fuente, es la pura verdad”, anoto en la crónica donde parto recordando cómo entrevisté a Pascal en Los Angeles, California, meses antes de debutar como el Príncipe Oberyn Martell, mejor conocido como La Víbora Roja, en la cuarta temporada de ‘Game of Thrones’”.
—Mi mamá, Verónica, siempre creyó en mí, ella me motivó siempre. Era doctora en Psicología y tenía un alma de artista, de poetisa, hacía cerámica —me decía Pedro Pascal hace diez años con la mirada perdida en un triste recuerdo.
—Mi padre era puro cine y política; y mi madre no se quedaba pegada en la TV, era más de ir a ver danza, teatro, leer. Era una persona fascinante para mí. (…) Gracias a ella pude ver “Angels in America” antes de que saltara a Broadway.
¿Se entiende lo que logró nuestro compatriota? Es como si estuviera en el mundo Marvel y DC al mismo tiempo. Así de omnipresente: Pedro Pascal está en todo y en todas partes al mismo tiempo, repitiendo más o menos el mismo patrón de ‘Daddy’ de un Baby Yoda en la serie derivada de “Star Wars”‘ y de un padre postizo sobreprotector en un mundo postapocalíptico en “The Last of Us”.
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