Calificación:
Alfredo Castro lleva el centro de gravedad de esta muy buena película que hoy debutó en el Festival de Venecia y que, en NerdNews pudimos ver en exclusiva. La promesa que había anunciado su fenómeno en redes sociales (su tráiler fue TT y miles de entradas se vendieron en media hora), debo decir, se cumple a cabalidad.
Desde el primer cuadro, queda claro que este es un magnético relato acerca de un hombre equivocado en el sitio erróneo y en el “cuándo” menos anticipado. El hombre, el gay La loca del frente (un extraordinario Alfredo Castro), disfruta de un show de cabaret con travestis, que ríen mientras aprecian un número musical sobre un precario escenario.
Bailarines, una cantante, música pop, claros-oscuros, la noche y la bohemia en plena dictadura son, en conjunto, un inicio que marca la unión de dos mundos aparentemente opuestos: la política de evasión en la que vive La loca del frente y la dura realidad que la rodea auspiciada por la dictadura y que se materializa cuando Carabineros irrumpe a disparos en el lugar del jolgorio.
Tengo Miedo Torero, basada en la novela homónima de Pedro Lemebel, sigue de este modo, la singular huella que deja el choque de visiones sobre un mismo tiempo y lugar. Un punto de vista, centrado en La loca que se lamenta de la muerte de su amiga y colega de juerga: La poto loco en el incidente inaugural; y el otro punto, desde la mirada del enigmático Carlos (el actor mexicano Leonardo Ortizgris), que de arquitecto pronto se revela como guerrillero contra el régimen militar.
Película con bienaventurado espíritu convocante, esta adaptación de la novela de Lemebel supone también una adaptación de la persona/personaje del propio Lemebel. Pero hay que ser claros: Alfredo Castro no imita ni recrea al escritor/artista y activista político. Más bien la gesta del actor es sobreponerse a esas presiones y armar desde un nuevo lenguaje para esta historiael cine, a un homosexual mayor que intenta sobreponerse en cada gesto de optimismo de su decadente realidad.
En eso ayuda la cámara clásica del director Rodrigo Sepúlveda, que es capaz con su equipo, de sumergirnos de choque en el Chile mísero de la dictadura, constituido por una niebla de paranoia, vecinas y dependientas de pequeñas tienditas siempre dispuestas a sapear/ayudar/cooperar y recriminar.
Ese precario y vivo tejido social recreado con belleza y delicadeza de origamista por la cámara de Sergio Armstrong, es otra proeza de esta película, cuya cumbre material podría ser la casa derruida donde habita La loca del frente. Este hábitat, a punto de caerse a pedazos, cumple la función de espejo de la protagonista: casa y dueña se muestran siempre dignas, aunque estén a punto de rodar cada una en sus propias sombras y fracasos.
Tengo Miedo Torero es una gran pieza de cine, ver las protestas en las calles de aquellos oscuros años tiene un eco en nuestro presente. Escuchar los despachos radiales como Cooperativa, me hacen pensar en la función de la prensa independiente en medio de este estallido social en pausa por la pandemia. Con afán masivo, pero sin por ello perder la dignidad y sin hacer spoilers, sólo me resta decir que se trata de un filme hermoso, lleno de sentimiento y que resulta un aporte al genio y figura de Pedro Lemebel.
Gran, pero gran película.
Ficha Técnica
Dirección: Rodrigo Sepúlveda.
Guion: Rodrigo Sepúlveda.
Elenco: Alfredo Castro, Leonardo Ortizgris, Julieta Zylberberg, Amparo Noguera y Luis Gnecco.
Duración: 93 minutos.
Países: Chile, México y Argentina.
Adquiere tus entradas para las funciones del 12 y 13 de septiembre en: www.puntoticket.com/tengo-miedo-torero.