La cinta nominada a siete Premios Oscar y ganadora de dos Globos de Oro, ya se estrenó en Chile. Hasta ahora, es la película más personal del director.
Por Ernesto Garratt
Steven Spielberg está en el escenario justo ahora de una manera doble. Por una parte, tenemos al Steven Spielberg de 76 años y alguien que ha hecho una carrera formidable en la industria de Hollywood en el último medio siglo.
Y, por otro lado, se encuentra la ilusión del Steven Spielberg que recién comienza. El joven y talentoso director que a sus veintitantos años comenzó a deslumbrar en la industria de Hollywood.
¿Cómo es eso posible? ¿Cómo es que las dos versiones, pasado y presente, de una misma persona se topan cara a cara en un mismo momento y lugar?
Esto es la magia no solo del cine, sino que también la de Spielberg. Estamos en uno de los salones del Festival de cine de Toronto donde tiene a cabo el estreno de Los Fabelman: la laureada película autobiográfica que relata justamente los momentos en que este conocido realizador se convierte en lo que iba a ser para el resto de la vida: un apasionado artista audiovisual y, por supuesto, una legendaria figura de Hollywood.
La prensa acreditada en Toronto hemos podido disfrutar del filme antes que nadie y ahora, justo tras los créditos finales, toca el turno de hablar con el director y el elenco en una charla distendida y que es más que una conferencia de prensa. Al lado del señor Spielberg está Gabriel LaBelle, el joven actor que justamente interpreta la versión joven de Spielberg: el jovenzuelo que está creciendo en el seno de una familia norteamericana y quien opta por el cine como un acto no solo de vocación artística, sino que de entera libertad e identidad creativa.
Spielberg dice que esta película fue un acto terapéutico, dice que huyó durante años de esta historia y que no quiso enfrentar la cara a cara hasta ahora.
“Siempre he sido capaz de ponerme una cámara y protegerme y no podía hacerlo contando esta historia. Y el reparto sabe que fue una experiencia emocionalmente muy difícil. No toda, pero parte de ella fue muy, muy difícil de superar“, señala con las palabras entrecortadas por la emoción.
¿La razón? En Los Fabelman el director enseña con una completa honestidad el proceso de distanciamiento y separación de sus progenitores y además cómo afectó al núcleo familiar esta decisión de su padre y de su madre. Por su parte, Michelle Williams y Paul Dano simplemente ofrecen actuaciones deslumbrantes como estos atribulados esposos y padres cuyos destinos están marcados por la separación. El triángulo amoroso lo completa el Tío Benny, el mejor amigo del padre y amante secreto de la madre (interpretado por Seth Rogen).
“A veces he estado muy triste en mi vida, todos lo hemos estado, y el divorcio es algo que te traumatiza, así que me propuse contar la historia del divorcio de mi madre y mi padre”, explica con una sorprendente sinceridad. “Solo quería contar una historia que fuera completamente honesta con mis recuerdos, que reflejara mi experiencia al crecer con mis hermanas y sus experiencias al crecer conmigo, con mi madre, mi padre y mi tío Benny”.
Muchos de los filmes de Steven Spielberg tratan sobre una separación, sobre el divorcio y sus efectos, especialmente los hijos. Es un tema que se vincula al propio divorcio de los padres de Spielberg y de cómo esa separación marcó gran parte de la carrera del autor, cómo lo podemos vislumbrar, por ejemplo, en E.T., pues ahí está la madre separada y con sus hijos encarando lo increíble. O ahí está el niño sin padres haciéndose hombre de golpe, ese gran actor niño que fue Christian Bale en El imperio del sol.
También tenemos la búsqueda del niño interior y del hijo “perdido” como un leitmotiv de Encuentros cercanos del tercer tipo. Y ya que nos detenemos en esta película, es justamente en esa cinta donde se condensa la mezcla perfecta entre su lado materno, representado por la música; y su lado paterno helado ingenieril.
La madre de Spielberg era artista musical y el padre era un ingeniero computacional astuto e innovador. De hecho, como bien acotó James Lipton en una entrevista con el director en “Actor’s Studio”, en Encuentros cercanos del tercer tipo se tratan de comunicar los dos grandes hemisferios paternos del autor de Indiana Jones: su esfera maternal musical y el lado matemático y científico paternal.
Recordemos que en Encuentros cercanos… la ciencia logra comunicarse con las otras formas de vida del espacio gracias a la síntesis de música y computación, dos lenguajes unidos para hablarle a los aliens.
En Los Fabelman podemos ver cómo el joven protagonista, el alter ego de Spielberg, va filmando con una cámara de 8 mm durante su niñez y juventud, muchas películas caseras, aventuras bélicas, de vaqueros, de ciencia ficción. Fueron en verdad títulos que formaron parte del aprendizaje del propio Spielberg hasta llegar donde llegó.
“Fue una alegría poder recrear esas películas”, comenta el director, hablando de las secuencias en las que el joven Fabelman toma una cámara y rinde homenaje a sus películas favoritas.
“No había mucha gente que saliera a rodar en 8 mm y era algo físico, un oficio. No había Pro Tools, así que tenías que sentarte allí con una Butt Splicer y luego tenías que raspar la emulsión de la película. Literalmente pegabas la película y debo decir que lo echo de menos”, dice en una confusión entre recuerdo y recreación de dicho recuerdo.
Y apunta, con nostalgia, que el viejo estilo de filmar en Hollywood, con celuloide, ya no volverá más.
“Fui la última persona que cortó en película en Hollywood y echo de menos la evolución. La era digital está bien, todos trabajamos en ella, todos nos beneficiamos de ella. Pero echo de menos el olor del celuloide y poner las manos y cortarte en la Butt Splicer. Todos esos pequeños momentos artesanales con los que todos crecimos”.
De hecho, el director lamenta que los nuevos directores y artistas no tendrán la misma experiencia análoga que tuvo en sus años de formación.
“Estoy triste por la nueva generación que nunca tendrá una Butt Splicer ni tendrá que enhebrar una cámara y meter bien la película en la puerta. Es algo maravilloso que mi generación conoció“.