¿Qué hace que una película sea clasificada como buena? ¿Es automáticamente menos una producción que pertenece a cierto género? ¿Es el cine de autor el único que puede ser categorizado como puro, o hay espacio para cualquier cinta que supere un examen básico de calidad?
En el caso del cine chileno, pareciera que la vitrina de lo bueno está reservada solo para ese tipo de cine, el cine de autor. No me malentiendan, con esto no busco armar una gran polémica, ni insinúo que ese tipo de cintas sean malas, para nada. Lo que sí quiero decir es que ese tipo de proyectos abundan y por lo mismo el cine de género ha sido estigmatizado tal vez a veces lo merece como algo de menor calidad, y ha hecho que pocos se atrevan a explorar sus aguas.
Es eso por lo que sorprende cuando una producción nacional intenta, y logra, aventurarse con una película de género que no solo cautiva al público y logra llenar salas, sino que lo hace con un estándar de calidad que también convence a los expertos, algo que, siendo sinceros, no suele pasar en Chile. Una cinta es popular y la crítica la destroza o, todo lo contrario.
Pacto de Fuga es la excepción a la regla que viene dominando nuestra pequeña industria por más de lo que podemos y queremos asumir. Este thriller de acción, que además está inspirado en hechos reales, logró convocar a más de 125 mil espectadores en su primer fin de semana, y más de 230 mil en total, una cifra muy alta considerando las circunstancias de su estreno, entre estallido social y pandemia.
Pero antes de hablar de lo accidentado de su llegada a la pantalla grande hay que hablar del hombre que puso en marcha, y logró sacar adelante este proyecto, que llevó casi siete años en concretarse. Su director, David Albala, es periodista y realizador audiovisual. El 2005 estrenó su primer trabajo como director en un largometraje documental llamado PersPecPlejia, un ejercicio autobiográfico donde relata, en primera persona, los eventos que lo dejaron parapléjico y su vida como persona en situación de discapacidad. Incluso el nombre es una amalgama de dos palabras que dominan el argumento, perspectiva y paraplejia.
Su debut en la ficción llegó con el cortometraje Jaque mate al alma gemela, que rodó en Estados Unidos el 2010, y que estrenó el 2012 en SANFIC. Por lo que, siendo estrictos, Pacto de Fuga es la primera película de ficción de larga duración dirigida por Albala, quien además participó en el guion, en la producción y en el montaje.
En rigor no es su ópera prima, pero para conveniencias de esta crítica nos referiremos a ella cómo su primer trabajo en ficción. Y como primer trabajo en este formato, Pacto de Fuga es un excelente debut. La película está basada en la Operación éxito, un complejo plan que permitió la fuga de 49 presos políticos, siete de ellos condenados a pena de muerte, desde la Cárcel pública de Santiago en enero de 1990, pocos meses antes de que Pinochet dejara el poder.
De un total de 120 detenidos, muchos miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, 24 se organizaron para cavar un túnel de más de 80 metros de largo, y del que extrajeron más de 55 toneladas de tierra, que depositaron durante más de 500 días en el entretecho de la galería que los albergaba en la cárcel en pleno centro histórico de Santiago.
A ese arriesgado plan, a esos inagotables presos políticos, a esos sueños de libertad, Pacto de Fuga les es fiel. En gran parte a un excelente trabajo de guion, a cargo del propio Albala, de Cecilia Ruz, Loreto Caro-Valdés y Susana Quiroz-Saavedra. Pero que además contó con la asesoría de Raúl Blanchett, frentista y uno de los líderes de la fuga. Lo que hace que esta historia basada en hechos reales sea mucho más veraz para quien la ve.
Filmada entre las cárceles de Buin y La Serena, la cinta hace un excelente trabajo al intentar recrear la, ahora demolida, Cárcel pública, que durante la Dictadura fue usada como centro de detención política y tortura. La banda sonora es también un buen componente para esta historia, que además de tensión, también logra transmitir emotividad. Y usa algunos himnos de la canción chilena para retratar la época, como es el caso de El baile de los que sobran, de Los Prisioneros que, coincidentemente, se convirtió en la canción de lucha del estallido social.
Lo que me lleva al siguiente tema: el estreno. Pacto de Fuga estaba programada para estrenarse el 24 de octubre del 2019. Por motivos de la revuelta social que explotó el viernes 18 de octubre, y el consecuente cierre de cines, se debió recalendarizar el estreno, que se movió más de tres meses, para finalmente lanzarse el 23 de enero de este año. Resulta poético, entonces, que una película que habla sobre la injusticia y la lucha por la libertad haya sido interrumpida por las mismas razones, pero a escala nacional.
Pacto de Fuga tiene un elenco encabezado por Benjamín Vicuña, pero sería un error decir que él es el protagonista, porque este es más bien un reparto coral, que se detiene y toma el tiempo en mostrar a cada personaje como individuo, pero también su relevancia en la colectividad. Es, en general, un casting excelente. Destaco el trabajo de Diego Ruiz y Eusebio Arenas, los más jóvenes de este grupo de reclusos, que muestran bastante canchafrente a otras caras reconocidas del cine chileno, como son Roberto Farías, Víctor Montero, Luis Dubó y el propio Vicuña. Las mujeres, a pesar de ser pocas, también están excelentes. Francisca Gavilán en el papel de la esposa de un preso y Amparo Noguera, como la abogada defensora, son responsables de algunos de los momentos de más emotividad.
En relación con esa emotividad, la cinta logra emocionar sin ser lastimera, sin victimizarse, mostrando a los personajes en sus lugares más vulnerables sin exponerlos a una posición de víctima, porque, sobre todo, tienen dignidad. Algunos críticos, como Ernesto Ayala de Artes y Letras del diario nacional El Mercurio, se extrañaron que los personajes retratados en la película fueran dueños de una intimidad, de una vida social y emocional más allá de sus ideales políticos. Pero sí, los tienen, y David Albala se encargó de dejarlo claro. Aunque no me gusta decir que cierto personaje o colectivo de personajes fue humanizado, lo cierto es que esta cinta logra eso, humaniza. Son personas más allá de las ideologías que algunos usan como excusa para criticar la película.
Pacto de Fuga es una película excelente, que no teme usar algunos clichés para llegar a la fibra del espectador, no teme ser de género en una industria muchas veces tan llena de lo mismo, se arriesga a ser de consumo masivo sin desproteger la historia que tan bien está llevada a lo largo de 121 minutos. Técnicamente cumple más que bien, la fotografía en esos tonos sepia que dan la sensación de terrosidad funciona.
Argumentalmente se encarga de mostrar la historia de cada personaje en la medida justa para seguir teniendo un reparto coral. Ese elenco es de gran calidad, se nota el trabajo previo que hicieron para llegar a esos niveles de afinidad en cámara. El montaje es también una nota alta, ya que resuelve de buena forma contar más de un año y medio de historia en tiempo lineal en pocos minutos, acompañado muy bien de la música.
La película funciona, a mi parecer, muy bien en todos sus niveles, y salvo algunos pequeños errores que le podemos encontrar, me parece de las mejores películas chilenas del último tiempo. Porque, como ya dije bastante, no teme y se arriesga a ser masiva, con un tema que muchos se niegan a seguir viendo en pantalla, como lo es la dictadura, pero lo aborda de una manera tan novedosa que no necesita mayor contexto histórico para funcionar. Tanto para un público nacional que conoce el trasfondo, como para un espectador extranjero que ve un thriller sobre un escape carcelario.
Con esto tal vez enoje a algunos, pero, sin revelar explícitamente de qué hablo, la secuencia final de esta película y la emoción que me provocó, solo puedo compararla con la escena de Tim Robbins con los brazos abiertos bajo la lluvia después de un exitoso escape en The Shawshank Redemption. Puede que Pacto de Fuga sea nuestra propia versión de esa cinta del 94, con la única diferencia que aquí la fuga ocurrió de verdad.
Título original: Pacto de Fuga
Año: 2020
País: Chile
Director: David Albala
Guion: David Albala, Cecilia Ruz, Loreto Caro-Valdés y Susana Quiroz-Saavedra
Protagonistas: Benjamín Vicuña, Roberto Farías, Víctor Montero, Francisca Gavilán, Eusebio Arenas.
Duración: 121 minutos