Este jueves 20 de marzo, se estrenó la versión en acción real (live-action) de “Blanca Nieves” de Disney, la cual llega dentro de esta campaña de la compañía que busca recrear sus cintas animadas y que nos ha entregado uno que otro acierto, dentro de varios y aburridos fracasos.
Ahora le toca el turno a este clásico de la industria, el cual desde 1937 ha enamorado y ha sido parte de la infancia de varias generaciones alrededor de todo el mundo.
Y este remake busca revivir aquella mágica aventura, teniendo a Rachel Zegler (“Amor sin Barreras”) en el rol principal y a Gal Gadot (“Mujer Maravilla”) como su madrastra, la Reina Malvada, siendo dirigido por Marc Webb, escrita por Erin Cressida Wilson, y producido por Marc Platt, p.g.a, y Jared LeBoff, p.g.a., con Callum McDougall como productor ejecutivo.
Cinta que pude ver el domingo pasado y que, aunque deba reconocer que asistí a su función de prensa por cierto morbo, generado luego de ver los poco alentadores tráilers, me sorprendió bastante. Y es que aunque como la mayoría de los remakes, no esté a la altura de la cinta original, que en en este caso y con el pasar de los años, ha validado su estatus de obra arte del cine, esta nueva “Blanca Nieves” le rinde un tributo bastante decente,dándole una actualización a su historia.
Pero principalmente, resulta en una buena y entretenida película gracias al encanto y talento musical innegable de Zegler, quien con su increíble Blanca Nieves, disipa cualquier duda que podamos tener antes de entrar a la sala de cine.
Antes de dar mi opinión completa, les quiero confirmar que sí, Disney me pagó para decir que me gustó la nueva “Blanca Nieves” y de hecho, con el dinero que me dio por esta reseña me compré una casa en el Barrio Alto de Santiago.
Algo que digo claramente en broma, apuntando a esta extraña situación que se ha vivido últimamente en nuestra sociedad, donde cada obra nueva, en especial estos remakes de la “Casa de Mickey”, que muestra algún cambio especialmente en sus protagonistas, es atacado por el “escuadrón anti woke” que ve aquel fantasma progre en todo. Y en esta cinta especialmente por la actriz protagonista, quien tiene descendencia latina y para muchos, no es una “Blanca” Nieves, ni menos la “más bonita” del reino.
Pero al final, personalmente, creo que independiente de si uno se deja influenciar por aquellas ideas, todo el prejuicio o miedo, se termina en los primeros números musicales de esta nueva “Blanca Nieves”, haciendo que uno incluso le dejen de parecer súper raros los enanos CGI.
Porque si, se ven demasiado raros y crean incomodidad desde el momento que entran en escena. Pero mágicamente, gracias al encanto de la protagonista, esto pasa a segundo plano y cada escena que comparten, termina siendo un deleite, especialmente musical.
Y es que en serio, Rachel Zegler en buen chileno “se echa al hombro” este remake y hace que amemos su versión del personaje, el cual junto a los cambios que se hacen de la historia original, terminan haciendo que todo, de forma integral, funcione, entregando un momento agradable en la sala de cine.
Además, para quienes les gustan ese tipo de mensajes como a mí, la historia de este remake tiene una subtrama que trata, entre otras cosas, las injusticias sociales, el abuso del poder absoluto y la distribución de la riqueza injusta. Algo que, aunque ha estado presente y medio escondido en estas películas, donde existen reyes y un pueblo doblegado, con pueblerinos que siempre parecen estar muertos de hambre y no haberse dado una ducha en meses, acá se hace real en los diálogos y en las intenciones de los personajes principales.
Junto a esto, este live-action de “Blanca Nieves” se da el gusto de burlarse, a través de ciertos diálogos, de cosas que eran clásicas en este tipo de cuentos antiguos y que hoy en día, como sociedad, vemos como arcaicas, incómodas y hasta inaceptables. Algo que encontré genial porque además, junto con sacarte una risa, sirven para validar los cambios en la historia, la cual junto a todo lo demás, como adelante, se siente como un refresco a la película original de los años 30.
Para terminar, solo decir que el elenco en general cumple bien su función en cada papel, sobre todo Andrew Burnap, el “joven de la película”, quien entrega junto a Rachel Zegler varios momentos que derechamente catalogaré como bonitos y que incluso, me hicieron casi creer en el amor.
Y el trabajo de Gal Gadot, bien, pero como en general se ha visto en cualquiera de sus otros papeles, creo que entrega una interpretación que no brilla, pero que tampoco se podría catalogar como mala o mediocre.
Al final, debo decir y volver a confirmar, por si no quedó claro, que amé el live-action de “Blanca Nieves” y lo recomiendo completamente, ya que me reí mucho, en algún momento casi se me sale una lágrima y sobre todo, como amante de los musicales, moví bastante “la patita” con los números protagonizados por una tremenda Rachel Zegler.
Actriz quien reafirma su estatus de estrella de la industria, especialmente en papeles donde saca a relucir su su talento musical, como en este.
Como indiqué, “Blanca Nieves” se encuentra desde este jueves 20 de marzo en las principales salas del país.
