Por Matías Bertucci
South Parkes una de las apuestas fuertes de Paramount+ para meterse al ruedo entre las principales plataformas de streaming, y su vínculo ya ha dado sus primeros frutos.
Escritas y dirigidas por Trey Parker, uno de los creadores originales de la serie, South Park Post Covid 1 y 2, son las primeras dos de catorce películas que se producirán para Paramount, afianzando la mencionada alianza entre la franquicia y la plataforma.
Con un ritmo un poco más lento a sus habituales capítulos comprimidos en 20 minutos, en la trama, y a diferencia de lo que sucede en las distintas temporadas, conocemos la versión adulta de nuestros ya conocidos personajes.
Como es costumbre en su línea editorial, la aparición de elementos sorpresa en el argumento terminan marcando un punto de inflexión en el desarrollo de la historia. En este caso, conocemos a un Cartman en una versión adulta muy distante de lo que quienes conocemos la serie hubiésemos esperado. (Spoiler: Cartman es judío, rabino, tiene hijos, y está felizmente casado).
¿Cómo nos afectó la pandemia?
¿Qué efectos prolongados habrá causado en los niños?
¿Qué pasará con el humor en el futuro si seguimos en esta irrisoria corrección política?
Son algunas de las preguntas sobre las que la dilogía nos intenta hacer reflexionar entre risas, situándonos en una realidad asentada luego de supuestos 40 años de pandemia.
Los personajes, históricamente viscerales con su humor, terminan entrando en el juego de la censura para graficarnos una de las primeras premisas evidentes en el guion: el futuro apesta.
Para esto, aparecen elementos puestos en ridículo o sobreexpuestos, como la inteligencia artificial y el uso que le damos, o la sobre ponderación pretenciosa de quienes promueven una nueva escala moral, asegurando que el futuro es lo mejor. Un mundo feliz en dónde todos parecen guardar rencor y vivir enojados.
En parte, reflexionamos sobre el hecho de que el humor de South Park termine no siendo para todos, como evidencia de la situación que estamos viviendo, y la censura que se impone.
South Park, como nos tiene acostumbrados, se anima a criticar sin escrúpulos esta nueva normalidad, en una producción con destellos distópicos, y mucha realidad.
Con el atrevimiento de siempre, el humor negro, en este caso más camuflado, y las típicas críticas sociales tan elocuentemente manejadas, se aborda la realidad del mundo post covid, incluidas las teorías conspirativas, profundizando su crítica a lo políticamente correcto y las restricciones naturalizadas.
Justamente, la parodia sobre las medidas adoptadas durante las cuarentenas, las actitudes inquisidoras de la sociedad, y la represión a los disidentes, por más que se plantean en un plano de exageración, nos terminan resultando, a muchos, bastante familiares, elocuentes, y precisas dentro del contexto de la película, y en la vida real también.
Por último, la serie se despacha con una devolución de gentileza hacia el régimen chino. Luego de ser censurados por el gigante asiático por las referencias de la serie al Partido Comunista Chino, y del irónico pedido de disculpas de los creadores asegurando que ellos también prefieren el dinero a la libertad; Trey Parker, doblando la apuesta, vuelve a transformarlos en los malos de la película.
Técnicamente la película es muy buena, sigue la línea de las distintas temporadas. La traducción al latino funciona de manera excepcional para adecuarnos idiosincráticamente, y aporta valor interpretativo a quienes vivimos por estas latitudes, por lo que en lo personal disfruto mucho más viéndola en este formato.
El guion termina proponiendo al público abordar la situación post pandémica desde el sarcasmo, la risa y la distención. Un agradable respiro en medio de la angustia.
De todas formas, la banalización de ciertos aspectos no se plasma en detrimento del trato que se les da a temas mayormente profundos, una de las grandes virtudes de South Park. Fiel a su estilo, con un humor retorcido, sincero, sin remordimiento, políticamente incorrecto, pero lleno de simbolismos, ambas películas nos hacen mirar hacia atrás, analizar la pandemia, mirarnos a nosotros mismos, al mundo en el que estamos inmersos, y pensar en lo que se nos viene. Por supuesto que todo esto entre carcajadas.