Calificación:
Ghostbusters: El Legado trae de vuelta a los populares personajes de los ochentas: Los Cazafantasmas. Dirigida por Jason Reitman (Juno, Up in the Air) e hijo de Ivan Reitman, director de las dos primeras, nos lleva a un pequeño pueblo de Oklahoma donde el Doctor Egon, uno de los científicos de la versión de los ochentas, vivió sus años de retiro, hilo que la deja como una secuela directa de la segunda parte de la película estrenada el año 1989.
Protagonizada por Carrie Coon (The Nest, Perdida) Mckenna Grace (‘Gifted’, ‘Annabelle Comes Home’), Finn Wolfhard (Stranger Things) y Paul Rudd (Ant-Man), la historia comienza cuando Callie se entera de que su padre, con quien no habla desde hace muchos años, ha muerto.
Como pasa en la vida, las tragedias vienen juntas y Callie es desalojada de su departamento junto a sus dos hijos; pero, como pasa en las películas, a ella le queda la opción de mudarse a la vieja casa de su progenitor, en este olvidado pueblo norteamericano.
Luego de varios sucesos, entre ellos algunos paranormales que tienen como centro una antigua mina del pueblo, descubren que el fallecido padre, no sólo era un científico chiflado, sino uno de los olvidados y en su tiempo respetado Cazafantasmas: el doctor, Egon Spengler.
Incertidumbre
Fui a ver Ghostbusters: El Legado, con muy bajas expectativas, a pesar de todo el hype nostálgico que generó el tráiler y el hecho de que fuera dirigida por el hijo de Ivan Reitman director de los films originales, Jason Reitman quien se ha forjado su propio camino en el cine con historias que merecen más de un análisis palomitero.
El hecho es que no le tenía fe a la secuela.
¿Razones? La sentía innecesaria, sin dejar de mencionar el reboot del año 2016 que, a pesar de que me entretuvo, es indefendible en muchos niveles. Sin embargo, El legado no me pareció una mala película.
Y es que a pesar de ser una secuela hecha con fórmula, quiero decir, que imita en muchos aspectos a la primera cinta, tal como sucedió por ejemplo con El despertar de la fuerza el 2015 que trató de sustentar una historia en la nostalgia de sus fanáticos, acá, gracias al uso de elementos del lore de la saga original, respaldado por un guion que sitúa estos elementos como recursos y no como simple fanservice, se defiende. De esta manera, el tramposo llamado a la nostalgia que busca la complicidad del espectador, no sólo se plantea con mucho cuidado, sino que también con un amor que traspasa la pantalla.
Es tanto así que por ejemplo y espero que no tomen esta anécdota como spoiler, me pasó que en la previa a la función de prensa dije a modo de chiste: ¿Se imaginan que pase esto y hagan aquello?, cosa que terminó pasando en la cinta y que fue hecha de una manera tan hermosa, que me emocionó hasta las lágrimas.
Ghostbusters: El Legado funciona además por otros elementos que aunque no sobresalen, sí suman, como por ejemplo: la fotografía, la banda sonora y por supuesto el elenco, que tiene como puntos altos al eterno Paul Rudd y a una Mckenna Grace fantástica, quien nos entrega una interpretación de una científica de 12 años, medio autista y medio genio que es capaz de ser el centro e hilo conductor de todo lo hermoso que entrega la película.
Como nunca, el nombre en español elegido para Ghostbusters: Afterlife (su nombre original en inglés) no puede estar mejor puesto, ya que a pesar de no ser una película perfecta y que en la típica comparación odiosa pero que se debe comentar, está varios escalones abajo de la original, mantiene sin duda el legado de la franquicia y me hace esperar con muchas ganas una nueva entrega, ya que la inteligente decisión de sumar personajes muy jóvenes creará un lazo entre las nuevas generaciones quienes quizá no conozcan las películas originales.
Ghostbusters: El Legado es sin duda una cinta totalmente recomendable que hará olvidar cualquier vacío o rabia que les haya dejado la versión del año 2016 y lo llenará con el mismo amor que se nota le entregó Jason Reitman al legado de su padre.
Y ojo, que sumándose a la ya interminable moda que dejaron las películas de Marvel, tiene dos escenas post créditos, una al final de estos que merece la espera.
Ghostbusters: El Legado ya se encuentra en las principales salas del país.