“The Sandman” es una serie que respeta sagradamente el material original en que se basa.
Después de 30 años de infructuoso esfuerzo, finalmente los cómics escritos por Neil Gaiman cobran vida en la pantalla. Así es, podemos ver en Netflix la increíble adaptación sobre el dios del Sueño: el amo y señor del reino de los sueños donde los mortales pasan un tercio de sus vidas.
“The Sandman” es una serie que respeta sagradamente el material original en que se basa. Además, es una serie que nos lleva a re valorar el tan subvalorado arte de la novela gráfica.
Recordemos que el escritor Neil Gaiman es parte del trío artistas de las letras del Reino Unido que renovaron la industria de los cómics anglosajones. Neil Gaiman, Alan Moore (“Watchmen”) y Grant Morrison (“Doom Patrol”) impusieron temas arriesgados, para un público adulto y lejos de la matiné.
Neil Gaiman en particular re definió la mitología y leyenda del dios del Sueño en “The Sandman”: un oscuro y brillante diseño narrativo con una explosiva premisa: ¿qué pasaría si seres Eternos como Sueño, Muerte, Deseo, Desesperación pudieran pasearse entre los mortales sin que fuesen notados? ¿Qué pasaría si estos seres realmente existieran?
La serie “The Sandman” de Netflix respeta y hace crecer esta premisa. Y al apreciar sus diez capítulos solo me queda concluir lo adelantado que resultaban los cómics de Gaiman para su época. Publicados en los 90 podríamos decir que estaban destinados para las audiencias del siglo XXI. Podemos concluir entonces que esta maravilla de Neil Gaiman es, simplemente, un sueño hecho realidad.
La originalidad de la propuesta noventera de Neil Gaiman, de esta manera se traduce no solo en personajes disruptivos. Hay que destacar sin duda a este dios del Sueño, Morfeo, con pinta de roquero e inspirado en Robert Smith de The Cure. Un ser que a golpes aprende la empatía. También hay una brillante estructura narrativa que rompe el molde de la series actuales.
Por ejemplo, el episodio 5, “24/7” ocurre en una sola locación, una típica cafetería gringa, con un puñado de personajes secundarios y, lo más notable, sin el protagonista. O el precioso episodio 6, “El son de sus alas”, con un melancólico Morfeo siguiendo a su hermana Muerte en un día de trabajo -cegar la vida de la gente- por el Londres actual. Pura poesía.
Lo que quiero decir con esto es que por ningún motivo se queden solo con los 4 primeros (y muy buenos) capítulos de “The Sandman”. Esto es un viaje sorpresivo donde cambia la forma pero no así el fondo de su inquitante leit motiv: ¿Somos lo que soñamos o soñamos lo que somos?
Trailer de “The Sandman”