¿Cómo es que un bastardo, huérfano, hijo de una prostituta y un escocés, parado en medio de un desconocido punto del Caribe y por la providencia, se transforma en un héroe y un académico?
El año es 2008, y después de haber tenido un debut más que auspicioso con su primer musical ‘In the Heights‘, Lin Manuel Miranda recibe un libro, escrito por el periodista, Ron Chernow, acerca de la vida de uno de los padres fundadores de Estados Unidos que, si bien está en los billetes de 10 dólares, no se habla tanto de él como si lo hacen de otros. ¿Su nombre? Alexander Hamilton.
A medida que lo leía, Miranda comenta que la vida de este personaje representaba bien lo que era el hip-hop: rápido y que generaba movimientos a través de lo que escribía. Y en menos de lo que pensaba estaba ahí escribiendo unas cuantas canciones. ¿Su idea? Hacer un álbum conceptual en torno a este personaje que, en la historia de EEUU no ha sido tan laureado a diferencia de otros próceres. La primera prueba de fuego llegó en 2009, cuando asistió a una noche de poesía a la Casa Blanca, los Obama esperaban que presentara algo de su premiado musical, ‘In the Heights‘, pero, Miranda aseguró que estaba trabajando en algo nuevo, y cuando comenzó a cantarlo, las risas y las caras de sorpresa no se hicieron esperar, si bien Lin Manuel salió airoso la gente se debatía entre las risas y la incredulidad. ¿podría hacer algo mejor?
Miranda entonces, se sentó a escribir, (tardó más de un año en escribir My Shot, sin duda una de las favoritas del musical) y después de muchas presentaciones off-Broadway, la obra se presentó el día 6 de agosto de 2015, y desde ahí solo comenzaría a ser una revolución, no solo por lo que es su trama, sino también para lo que es el género de los musicales.
No voy a malgastar mi oportunidad
Mi nombre es Alexander Hamilton. Y hay un millón de cosas que aún no hago, pero solo espera, ya verás.
Como mencioné anteriormente a partir de inicios de agosto de 2015, comenzó a presentarse en el Richard Rodgers Theatre (mismo lugar donde se presentó ‘In the Heights‘) y el éxito ( la revolución) comenzó desde el primer momento: ganó el Grammy al mejor álbum, el Pulitzer al mejor drama y el Tony (entre otros 10 más) a mejor musical, superando en premios a su anterior creación musical.
Ahora, ganar tantos premios no es algo extraño, sin duda muchos musicales lo han hecho antes, pero, ¿qué es lo que ‘Hamilton‘ hizo diferente de otros musicales y que es lo que hace que hasta antes de la pandemia, las funciones estuvieran agotadas debido a la gran afluencia de público que va a verla, no sólo en Nueva York, sino también otras ciudades como Chicago? Pues no estoy segura de llegar a esa respuesta, pero haremos el esfuerzo.
‘Hamilton‘, supuso primero una novedad en cuanto a su elenco, dado que es un reparto del Estados Unidos de hoy: multirracial y multicultural, con talentos que los mismos asistentes de hecho se extrañaron de ver, porque no eran los rostros a los que estaban acostumbrados. Si bien es un elenco formado en teatro, estaban más bien no en el centro del escenario, sino más a los costados. Esta decisión fue completamente intencional, como comentó al New York Times:
“Nuestro elenco se parece al América de ahora, y eso es ciertamente intencional. Es una forma de meterte en la historia y permitirte dejar en la puerta cualquier bagaje cultural que tengas sobre los padres fundadores”.
Sumado a eso, la historia de Alexander Hamilton, trata de la vida de un inmigrante huérfano que llega a Estados Unidos en busca de una oportunidad de labrarse un nombre, y él junto a otros, logra fundar la que sería la nación más poderosa y más influyente del mundo hasta nuestros días. Una de las líneas más aplaudidas del musical es cuando en el número Yorktown (The World Turned Upside Down) al reencontrarse con el General Marquis de LaFayette ambos dicen Inmigrants, we get the job done (“Inmigrantes: nosotros hacemos el trabajo)
La obra, a través del rap hace un recuento de la vida de Hamilton, es más la primera canción logra resumir de manera bastante efectiva sus primeros 20 años de vida en pocos minutos, hasta su llegada a Estados Unidos y comenzamos a ver como este se desenvuelve en un país que quería su independencia y él, joven, hambriento y desorganizado también quería ese momento, dar nacimiento a una nueva nación.
Pero la obra, sabiamente, no solo se limita a ver sus hitos políticos, como el llegar a ser el primer secretario del tesoro, sino también a la parte más escandalosa proto farandulera y política: su affaire con María Reynolds y el hecho de que para librarse de acusaciones como de que desviaba fondos del gobierno para pagar y mantener esta relación en secreto, decidió escribir contando su versión de los hechos, en un panfleto que sería un escándalo de proporciones, perjudicando principalmente a su familia y conduciéndolos a las habladurías de la incipiente sociedad neoyorkina de la época. Y no sólo con Hamilton, también con Thomas Jefferson, quien escribió la carta de independencia, pero no quitaba que fuera un tipo (que era) conservador y que su mente permanecía (estaba más) en Francia, y que era esclavista así como la familia Schuyler o el mismo George Washington.
La obra humaniza y ayuda a desmitificar un poco a los padres fundadores y eso se nota también en los actores, como por ejemplo Christopher Jackson, quien interpreta a George Washington, en la última canción Who lives, who dies, who tells your story baja la cabeza, avergonzado cuando Eliza clama que se esforzó por luchar contra la esclavitud.
Pero sin duda lo más interesante, es cómo ‘Hamilton‘ logra usar con maestría la técnica de los leitmotif de Wagner: en pocas palabras el leitmotiv es aplicar una melodía a una frase que va a aparecer más de una vez a lo largo de la obra, y ‘Hamilton‘ resulta que está lleno de esos. Hay leitmotif para todos los personajes, por ejemplo sabemos que Wait for it se refiere a Aaron Burr (al menos la mayor parte de la obra) o Im not throwing away my shot se refiere al impetuoso Hamilton y podría seguir eternamente, sobre todo en Non-Stop que es una locura. Estos también pueden ser instrumentales, y se refieren más a cuando van a explicar una situación sin embargo (ya) en la obra ya hay demasiados y una de las mejores cosas que pueden hacer es ver la obra, e irlos descubriendo por sí mismos y después conversar al respecto.
Quiero detenerme en este aspecto ya que los leitmotifs que enseñé, es decir, los de Hamilton y Burr, son la esencia de este musical y que lo que define a ellos como personajes, es que él primero actúa y el otro espera, y nos ayudan a comprender lo que ellos sienten a lo largo del musical, y gracias a la polisemia del rap, estos leitmotifs regresan, pero con un significado ligeramente diferente de como los conocimos al principio.
Por ejemplo, el primer Wait for it nos da un poco a conocer que Burr en su eterna espera son las cadenas que lo atan a tomar acción, porque tiene un legado que proteger, pero la segunda vez que lo escuchamos tiene un poco más de empatía, porque podemos no estar de acuerdo con Burr pero permite empatizar con él.
En paralelo, el primer My shot de Hamilton es de las ganas de tomar parte en la guerra y pasar a la acción y el segundo, es cuando se le ofrece la oportunidad de ser el edecán de Washington y está a punto de rechazarlo porque realmente quiere ir al frente, es el reparto que le recuerda que no debe desperdiciar su oportunidad y la toma. Pero como dije, estos motifs van evolucionando de una manera muy redonda y natural, y sin entrar en detalles del final, terminas llorando por la forma genial en que se condujo todo.
Quisiera antes hablarles de mis leitmotifs favoritos, que son de las hermanas Schuyler, Angélica y Eliza y cómo estas juegan un papel importante en la vida de Alexander.
Angélica, quien tiene un ligero crush, pero prefiere no estar con él porque su hermana está Helpless (indefensa) frente el amor que siente por Hamilton, y Angélica lo ve como lo que es: un joven muy guapo, pero que desea escalar socialmente, aunque para ellas que son de buena posición, el problema es que el muchacho es pobre.
Su relación se codifica con una palabra: satisfied (satisfecho) la primera vez que la escuchamos, vemos la pena y arrepentimiento porque, sigue estando enamorada de él, y sabe que nunca estará contenta con esto, pero para la siguiente vez que la vemos cantarlo en el segundo acto, este satisfied cambia a uno amargo, lleno de tristeza, decepción, disgusto, asco y rabia, emociones complejas y hasta contradictorias, pero que ilustran lo que somos como seres humanos.
Por otro lado Eliza, indefensa de este amor por Alexander, siente que esta vida de familia debería ser enough (suficiente) pero no lo es: ella canta esto a su marido, que no siga intentando escalar un camino interminable. Sin embargo, después esto cambia con un evento fatal que los une, y luego de un período complejo, es él quien le dice a ella que con tan sólo lo escuche, es suficiente.
Los leitmotifs no sólo muestran cómo los personajes evolucionan, sino cómo nosotros la audiencia, hemos evolucionado a lo largo de este musical. Eso es lo que fascina (me encanta), y me hace volver una y otra vez a esta maravilla. Es la razón del porqué me gusta tanto. Son emociones confusas y a veces hasta paradójicas las que me hacen volver a verlo. Para ser algo escrito desde el año 2009 se nota casi atemporal.
El mundo está al revés
Sé que podemos ganar, Sé que la grandeza está en tí, pero recuerda que de ahora en adelante la historia tiene puestos los ojos en ti
A partir de octubre de 2019, solía caminar hacia las marchas, escuchando esta banda sonora, porque sí, habla de amor, habla de familia, pero también habla del leitmotif de EEUU a lo largo de su vida: la búsqueda de la libertad. Justamente porque las marchas que hemos tenido en Santiago buscan eso: hacer nacer a nuestro país de nuevo, buscar algo mejor. Al mirar el panorama político no solo en Chile, sino que en el mundo, notamos que, nuevamente, pese a ser escrito desde el año 2009, se siente tan adecuado para todo, casi como que vieron el futuro de lo que podría pasar.
Quién vive, quién muere, quién cuenta tu historia
No puedo esperar para verte de nuevo, es solo cosa de tiempo
El musical habla mucho de historia y sobre todo legado, y pese a ser la biografía de Alexander Hamilton, no es un un relato que sabemos por él, sino por su viuda, quien sobrevive 50 años más investigando sobre su vida, y es ella quien se asegura de que no olviden a su marido que, con todas las sombras de gris que pudo tener en su vida (siendo ella la primera víctima), fue un gran hombre que buscó hacer un país mejor, de no ser por ellos, Estados Unidos no habría nacido.
Por eso es hermoso que a pesar de todo, sea Eliza quien perdone a su marido y decida ella contar la historia, y que sin saberlo, ayudó a formar uno de los mejores musicales a la fecha y que sigue teniendo vida ahora en Disney +, con libros, entre un largo etc.
Porque los seres humanos lo echamos a perder, pero también somos capaces de hacer cosas grandiosas. Es la paradoja de la vida y que Hamilton supo hacer. Por eso vive hasta hoy.
15 de febrero, año 2016, el elenco se presenta en los Grammys (que lo ganaron, por cierto), con la misma canción en que Lin recibió carcajadas. La gente en esta ocasión estalló en gritos y aplausos a tal punto que fue difícil escuchar my name is Alexander Hamilton.
Era cosa de tiempo. Sólo había que esperar.