Por Javiera Catalán S.
El grupo de amigos inesperados, en la misma medida que estereotipados: Spencer, Martha, Refri y Bethany (Alex Wolff, Morgan Turner, SerDarius Blain y Madison Iseman, respectivamente), que vivieron la más grande aventura selvática/virtual en Jumanji: En la selva (2017), vuelven al mundo de Jumanji, esta vez con una noble misión, rescatar a uno de ellos. Han pasado un par de años y los chicos continuaron con sus vidas de adolescentes comunes, con dramas amorosos y crisis existenciales. Y es esto último lo que motiva a Spencer a volver al videojuego, donde cree tiene la oportunidad de una vida más interesante que en el mundo real, y donde puede vivir a través de su avatar, La Roca, o sea, el Doctor Bravestone, o sea, Dwayne Johnson, el casi invencible mesías de Jumanji.
Y así es como vuelven a arriesgar sus vidas, en el juego y en la vida real, en Jumanji: El siguiente nivel, dirigida por Jake Kasdan, y que se estrenó hoy en cines chilenos. Pero el grupo no regresa solo, esta vez están acompañados de dos nuevos e inesperadamente refrescantes personajes, Danny DeVito y Danny Glover, el abuelo de Spencer Eddie, y su mejor amigo, Milo. Dos ancianos que alejados de cualquier conocimiento relativo a los videojuegos le dan el toque más gracioso a la cinta.
En el mundo fantástico y virtual de Jumanji, vuelven los avatares ya conocidos. Se repiten el ya mencionado Dwayne Johnson, Karen Gillan, Jack Black y Kevin Hart, esta vez – y en sus meta caracteres – interpretando a personajes diferentes. La gran comedia de la película se da por el hecho de que La Roca es Danny DeVito y Kevin Hart es Danny Glover, irónico, incierto y muy bien actuado, sobre todo por Hart, a través del cual sí se puede observar al veterano actor de Arma mortal. Además cuenta una vez más con Nick Jonas, con la comprobadamente graciosa Awkwafina, como un nuevo avatar del juego, y el villano Jurgen, el brutal, interpretado por Rory McCann, en un rol, por lo bajo, similar a su personaje en ‘Game of Thrones’, donde fue El perro, Sandor Clegane.
Esta nueva entrega del universo Jumanji es digna de la original y también de su antecesora, en este reboot del nuevo milenio. Es graciosa, se pasa rápido, a pesar de que dura poco más de dos horas y sin duda hace que el espectador pase un buen rato, sobre todo con las buenas interpretaciones, que resultan incluso inesperadamente buenas para la liviandad de la trama.
Esta es una película sin grandes cuestionamientos morales o con gran trasfondo social, pero tampoco los necesita, ya que centra toda su esencia, y lo que le entrega alma, en el significado de la amistad y los sacrificios que eso puede conllevar. A pesar de la ligereza de su narrativa, que se sostiene sobre todo en la acción y en la comedia, dos elementos muy bien desarrollados, tiene buenos momentos emotivos ligados a la amistad de este grupo tan disparejo como gracioso. Y al final del día deja un buen sabor de boca, es una película agradable de ver y comentar.