Por Javiera Catalán S.
Antes de explicarles de qué va Prometo volver, tengo que decirles que esta no es una película del espacio. Si quieren ver aventuras espaciales de astronautas héroes, aquí no las van a encontrar. Lo que sí van a encontrar es una maravillosa historia de amor entre una madre y su hija.
Y justamente de eso nos habla esta cinta, que se estrenó hoy en Chile, y que fue dirigida por la francesa Alice Winocour. La responsable del guion de la turca Mustang nominada al Oscar el 2016 como Mejor película de habla no inglesa -, y que hizo su debut en la dirección con El protector, con Diane Kruger y Matthias Schoenaerts.
Prometo volver cuenta la historia de Sarah interpretada magistralmente por Eva Green , una astronauta francesa que se prepara en un intenso programa en Colonia, Alemania, para poder viajar a la Estación Espacial Internacional, donde vivirá durante un año. Al ser la única mujer del equipo de astronautas, Sarah se enfrenta al sexismo de sus compañeros, sobre todo de Mike (Matt Dillon), que una y otra vez desmerece sus capacidades profesionales por su género.
Pero además de ser cuestionada por su condición de mujer, es cuestionada por ser madre de una niña de 8 años, Stella (Zélie Boulant). Se enfrenta al sexismo de sus pares, pero también a la separación de su hija, que vivirá con su padre alemán durante el tiempo que ella esté ausente.
Esta es una película de fácil identificación, sobre todo para las mujeres, cualquiera sea su oficio o actividad, porque la pregunta ¿quién cuida a los niños?, parece ser común en las conversaciones que involucran a mujeres y trabajo. La dura decisión de desarrollarse profesionalmente o velar por el cuidado de su hija es una constante, especialmente cuando se comienzan a alejar.
Pequeños detalles hacen que esta película se sienta cercana, aunque hable de una situación extrema a la que tal vez nunca estemos sometidos: viajar fuera del planeta. Por ejemplo, el francés es el idioma común entre Stella y Sarah, pero cuando la madre debe partir a la Agencia Espacial Europea, donde entrena para el viaje, la niña comienza a hablar en alemán (idioma del padre) y se niega a hablar la lengua de Sarah, demostrando así que corta lazos con la madre.
Esos detalles son dolorosos para la protagonista y también para los espectadores, porque nos lleva a un escenario próximo, donde las relaciones entre padres e hijos se rompen fácilmente, a veces por las situaciones más insignificantes.
Esta cinta, a pesar de contar la historia de una astronauta, se lleva a cabo en la tierra, por eso aviso de antemano que si buscan paisajes estelares este no es el lugar. Sí van a disfrutar de un excelente guion, escrito por la propia Winocour, que tiene experiencia hablando de sexismo y de cómo este afecta la vida de las mujeres.
Pero no porque se desarrolle en la tierra tiene menos componentes espaciales. Muchas de las escenas se rodaron en la Agencia Espacial Europea, y las secuencias de entrenamiento de los astronautas son lo más cercano y real que podremos ver en una película de ficción.
Esta, a diferencia de lo que yo creí al principio, es una película sobre relaciones humanas, sobre una madre y su hija, sobre una mujer que evade los obstáculos que le pone la vida y se arriesga a enfrentar nuevos desafíos. Es una película emocionante, con un mensaje más profundo que el mismo hecho de viajar más allá de la atmósfera terrestre. Una película para disfrutar en la misma medida que para reflexionar.