Por Juan Marín
Salvaje comedia negra de acción. Nunca pensé ver a Brad Pitt con 58 años tan jovial. Impresionante. La película en si funciona bien, logra su cometido. La misión de la cinta es entretener y la cumple, ya que se pasa genial durante las 2 horas y 7 minutos de metraje. Este filme no pretende ser una obra maestra, ni una cinta existencialista con diálogos filosóficos que reflexione en torno a la vida y la muerte. No tiene pretensiones artísticas ni intelectuales, pero está muy bien realizada. La puesta en escena es lo más llamativo del filme. Como espectador te sientes un pasajero más del tren.
La película, dirigida por David Leitch, es una adaptación de la novela del escritor japonés Kotara Isaka, llamada “Tren Bala”. La trama es sobre un tren bala que está viajando por Japón, donde el personaje de Brad Pitt tiene una misión que consiste en robar un maletín del tren. Durante el transcurso del viaje se encuentra con diversos personajes que lo intentan matar a toda costa. La premisa es sencilla, pero divierte.
Las escenas de acción son muy cinematográficas y resultan a la perfección. Están muy bien coreografiadas a tal punto que hacen recordar a grandes cintas del género de acción como “John Wick”, que el mismo Leitch dirigió junto a su colega Chad Stahelski. David Leitch antes de ser cineasta era coordinador de escenas de acción, lo que explica por qué esas escenas funcionan tan bien. Al mismo tiempo, el director durante gran tiempo de su carrera fue doble de acción ni más ni menos que del mismísimo Brad Pitt. Estuvieron trabajando juntos en grandes producciones como, “Fight Club” y “Troya”. Eso forjaría una amistad inseparable entre ambos y aclararía la razón por la que Brad Pitt interpreta con tanta confianza a su personaje.
La violencia y la acción es parte del ADN del director. Ya lo hemos visto en sus anteriores cintas como “John Wick”, “Atomic Blonde” o “Deadpool 2”. Pero en este filme me sorprendió el nivel de violencia y gore. Es extremadamente violenta. Corre una lluvia de sangre. Recomiendo ir a verla con paragua si no quieres salpicaduras de entrañas en tu ropa.
Claramente la actuación de Brad Pitt es superior a las demás, aunque hay varios personajes interesantes que están bien desarrollados en el guion. También hay muchos cameos curiosos, como el de Chaning Tatum y Sandra Bullock, actores que se pueden ver pocos minutos en la cinta, pero de seguro llamarán la atención del espectador. Una de las razones por la que el filme se hizo tan famoso en Latinoamérica es la sorprendente aparición como actor secundario del famoso artista puertorriqueño “Bad Bunny” (se le apoda “El Lobo” en la película) que interpreta a un miembro de un cartel mexicano. Me causó risa su performance, pareciera ser que la actuación no es lo suyo.
En cuanto a la comedia, funciona solo en ciertas partes debido a que algunos chistes no resultan porque son excesivamente “púberes”, se parece a las estupideces de las que nos reíamos en octavo básico. También caía en la redundancia, explotaban mucho el chiste hasta que cansaba. “Chiste repetido sale podrido”.
Quizás con esta obra a más de alguno se le puede venir a la mente la filmografía de Quentin Tarantino. Una mezcla entre comedia negra y violencia. A mí me recordó más el cine del director inglés Guy Ritchie. Películas como: “Juegos, trampas y dos armas humeantes”, “Snatch” y “The Gentleman” tienen una clara semejanza con “Tren Bala”. Hay una cantidad exagerada de personajes, los chistes son arriesgados y tienen harta violencia que se complementa con su acción. La diferencia está en que los filmes de Ritchie están a un nivel muy superior a esta cinta de Leitch. Este no tiene el talento del inglés (aunque sea un director irregular) para lograr una complejidad tan potente en el guion. Es como si a Guy Ritchie le pidieran hacer una película a base del algoritmo de Tik Tok o Instagram. Nacería algún filme similar a este.
En fin, si bien “Tren Bala” no es una mala película , es un muy inconstante y le falta mucho para llegar a ser una gran cinta. Me entretuvo bastante y claramente ese era su objetivo, pero no me dejó en la cabeza nada más.