Se acerca una nueva película basada en la icónica franquicia de videojuegos “Super Mario Bros.”, la cual por los avances mostrados ha generado bastante expectación, sobre todo luego del éxito de producciones como las películas de “Sonic” y de la adaptación del videojuego “The Last of Us”.
Y siendo hoy 10 de Marzo, el Día Internacional de Mario o “Mar10 Day”, donde se celebra la popular franquicia, queremos recordar la otra infame adaptación que han tenido las aventuras de los hermanos Mario, la cual ha sido catalogada como una de las peores películas basadas en videojuegos de la historia, sino que es que la peor.
Cinta que fue producida y estrenada durante la década de los 90, cuando Nintendo era un gigante de la industria del entretenimiento que superaba en beneficios a todos los estudios de Hollywood y a las principales cadenas de televisión estadounidenses juntas. Algo que a estos estudios le interesaba mucho, quienes intentaron trasladar el universo de Mario a la gran pantalla varias veces. Todos los grandes estudios intentaron llegar a acuerdos con la compañía japonesa, pero fueron dos productores independientes, Roland Joffé y Jake Eberts, quienes finalmente obtuvieron los derechos para llevar a cabo la adaptación.
Aunque solo podían ofrecer 500.000 dólares por los derechos, presentaron un proyecto con diseños preliminares y una línea argumental básica que convenció al presidente de Nintendo, Hiroshi Yamauchi. El acuerdo estaba hecho, pero el infernal proceso de preproducción del largometraje sería solo el primer indicio del desastroso proceso de rodaje y posterior debacle artística que se avecinaba.
El universo de Mario, creado en los videojuegos de 8-bits, era tan abstracto y permitía tanta libertad para la imaginación del jugador, que resultaba difícil de reproducir en una película de imagen real. El presupuesto del largometraje era de 40 millones de dólares, pero el primer director asignado al proyecto, Greg Beeman, no contaba con suficientes credenciales para conseguir el apoyo de ningún estudio. Por tanto, Joffé y Eberts se vieron obligados a buscar una nueva opción.
Finalmente, contrataron a un matrimonio de directores británicos, Rocky Morton y Annabel Jankel, conocidos por la serie de culto de ciencia ficción Max Headroom. La estética y las formas de su trabajo parecían la elección perfecta para la adaptación de Mario Bros. La producción de la película de “Super Mario Bros.” fue un auténtico desastre. La falta de liderazgo, la constante reescritura del guión, el diseño de personajes alejado del original y el conflicto de egos de los directores crearon un ambiente caótico que se reflejó en el resultado final de la película.
Bob Hoskins, que interpretó a Mario, no tuvo reparos en calificar su experiencia en el rodaje como “la peor de su vida”. La arrogancia de los directores y su incapacidad para liderar el proyecto crearon un ambiente difícil y frustrante para el elenco y el equipo técnico. Tras varias semanas de rodaje, incluso su propio agente recomendó que abandonaran el proyecto.
Otros actores tampoco se libraron del ambiente de incertidumbre y falta de liderazgo. El músico Mojo Nixon, que interpretó a Toad, se encontró con un director llorando en su primer día de rodaje, lo que reflejaba el caos total que imperaba en el set. La falta de planificación y la ausencia de un rumbo claro convirtieron el trabajo en una pesadilla para los intérpretes.
“Super Mario Bros.” se estrenó el 28 de mayo de 1993 y el resultado final reflejó la caótica situación en la que se desarrolló el rodaje, dejando una huella imborrable en la memoria de los implicados en el proyecto. Cinta que hasta hoy y a pesar de ser una película que los jugadores recuerdan con cariño, ya que cae en la categoría de “es tan mala que es buena”, es y siempre será una de las peores adaptaciones de un videojuego jamás realizada.
