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    Guillermo del Toro y su amor por los monstruos

    Guillermo del Toro a lo largo de su carrera, ha consagrado su fascinación por la fantasía y en particular, por los monstruos. Ejemplo de ello son: el anfibio de ‘La forma del agua’ (2017), Jesús Gris de ‘Cronos’ (1993), el hombre pálido de ‘El Laberinto del Fauno’ (2006), los fantasmas en ‘El espinazo del diablo’ (2001), Otachi el Kaiju de ‘Titanes del Pacífico’ (2013); son sólo algunas de las criaturas que del Toro ha recreado y creado en la pantalla grande.

    Desde adolescente, este realizador mexicano, comenzó a filmar y su primer contacto formal con el cine fue a los 18 años, cuando estudió efectos especiales y maquillaj, bajo la tutela del artista de efectos visuales Dick Smith, quien realizó los efectos de maquillaje de películas como ‘El Exorcista’, ‘El Padrino’ y ‘Amadeus’. Pasado el tiempo formó su propia compañía, Necropia, antes de poder ser el productor ejecutivo de su primera película a los 21 años.

    ‘Cronos’ o ‘La invención de Cronos’, fue la primera película que este mexicano amante de la fantasía dirigió. La ópera prima de del Toro cuenta la historia de un alquimista que en 1535 construye un extraordinario mecanismo encapsulado en un artefacto dorado con forma de escarabajo. El artilugio, diseñado para brindar vida eterna a su poseedor, sobrevive hasta 1997, cuando es descubierto por un anticuario de apellido Gris. Mientras el coleccionista inspecciona el dispositivo este despliega unas pequeñas piernas con aguijones en las puntas que se aferran violentamente a la mano del hombre, y le inyecta una solución no identificada en la piel.

    En esta cinta trabajó junto a dos de sus actores preferidos y frecuentes colaboradores: el argentino Federico Luppi y el estadounidense Ron Perlman, quien aparecería más adelante en varias de sus producciones.

    El largometraje fue bien recibido por la crítica, principalmente por su estilo visual elegante, aterrador y a la vez, creativo. Como consecuencia de este inesperado éxito, el director mexicano tuvo su primer encuentro con Hollywood.

    El estudio Miramax financió su segundo largometraje, ‘Mimic’ (1997), sobre una epidemia que se extiende por Nueva York gracias a las cucarachas. Este virus enferma generalmente a los niños y la única cura para esta epidemia, es un insecto modificado genéticamente llamado Judas.

    La película no logró causar un gran impacto en la taquilla, pero sirvió de lección y aprendizaje para el mexicano, sobre los diferentes problemas que se presentan al filmar en la meca del cine.

    Tras su paso por la producción norteamericana, del Toro se trasladó a España a filmar su siguiente filme. ‘El Espinazo del Diablo’ (2001), una película ambientada en un orfanato acechado por un fantasma, en los años de la Guerra Civil española.

    Luego en el 2001, Hollywood llamó nuevamente a su puerta, pero ahora su regreso a las grandes ligas sería nada menos que con ‘Blade II’ (2002), la segunda adaptación al cine de las aventuras del vampírico personaje de Marvel Comics, interpretado por el actor Wesley Snipes. En esta ocasión, del Toro, un apasionado de los cómics, contó con una libertad mucho mayor a la hora de dirigir y trabajó al lado de la chilena Leonor Varela, quien tuvo un rol secundario, pero crucial.

    Luego vendría ‘Hellboy’, un proyecto basado en el cómic del autor Mike Mignola sobre un demonio criado por un bondadoso científico y convertido en un defensor de la humanidad.  En el papel principal, del Toro contaría con su actor fetiche, Ron Perlman.

    La película se distinguió debido a sus impresionantes efectos visuales —mayormente tradicionales—, atmósfera y coloridos personajes. El filme fue un éxito y terminó de establecer a del Toro como un cineasta de influencia en la industria cinematográfica.

    Es por eso que su siguiente proyecto, tomaría un mayor aire de grandeza.

    Guillermo del Toro regresó a España para concretar lo que tenía en mente, un relato de fantasía y al mismo tiempo, una cruda mirada al pasado de la Guerra Civil española: ‘El Laberinto del Fauno’.

    La historia nos cuenta la vida de Ofelia, una niña amante de los cuentos de hadas, hijastra de un militar del régimen fascista de Francisco Franco que se encuentra con una criatura mística que, convencida de que la niña es una princesa de un reino mágico, la hace recorrer por una serie de peligrosas pruebas.

    La realización fue un éxito de crítica y taquilla a nivel internacional, y fue nominada a seis premios Oscar —incluyendo el de Mejor Película de Habla No Inglesa—, ganando las estatuillas a la Mejor Dirección de Arte, Mejor Maquillaje y Mejor Fotografía, tras ocupar impresionantes combinaciones de efectos por computadora y maquillaje. También compitió en el Festival de Cannes por la Palma de Oro.

    Siguiendo su amor por lo fantástico, el siguiente proyecto fue traer de vuelta al demonio amante de los puros, Hellboy, en la secuela ‘El Ejercito Dorado’.  Guillermo del Toro trabajó codo a codo con el creador del personaje, Mike Mignola, para realizar esta cinta, que eso sí, no estaba inspirada en la historia de ningún cómic.

    ‘Hellboy II: El Ejército Dorado’ aumentó la escala de las escenas de acción y la espectacularidad de las criaturas mágicas que pueblan el mundo escondidos de los humanos, y de nuevo fue recibida con críticas favorables y éxito taquillero.

    Luego de la popularidad cosechada por Anung Un Rama, del Toro se propuso crear varios proyectos que tenía en carpeta, uno de ellos era la adaptación de ‘El Hobbit’, la novela que sirve como precuela de la trilogía ‘El Señor de los Anillos’, que Peter Jackson había llevado de manera exitosa a la pantalla grande. El director neozelandés contrató a del Toro para coescribir y dirigir.

    Sin embargo, los problemas financieros del estudio Metro Goldwyn Mayer supusieron que la película fuera pospuesta una y otra vez, hasta el punto en que del Toro se vio obligado a dar un paso al costado. Viendo como espectador la materialización de esta trilogia en el 2012.

    El mexicano no se quedó de brazos cruzados, ya que volvió al estudio Universal con la intención de adaptar la novela ‘En las Montañas de la Locura’, del legendario autor de ciencia ficción H.P. Lovecraft. Pero la realización, anunciada a mediados del 2010, no se concretó debido a que el estudio no pasaba por un buen momento comercial.

    Pero el amante de lo fantástico encontró su siguiente proyecto, ‘Titanes del Pacífico’. Una historia que homenajea al anime —animación japonesa— y al cine clásico de monstruos gigantes, con una historia sobre criaturas de otra dimensión, a las que la humanidad tiene que hacer frente pilotando robots.

    Aunque sabemos, por el solo hecho de ver su trayectoria, que será difícil sacarlo de su fetichismo por las criaturas, del Toro, aún tiene en carpeta muchos proyectos.

    Ya que no sólo espera poder encontrar la oportunidad de realizar ‘En las Montañas de la Locura’, sino que mientras espera la realización de ese sueño, ha producido la serie televisiva basada en la trilogía vampírica literaria, ‘The Strain’, escrita por él mismo y por Chuck Hogan. Además de la adaptación a Netlifx de ‘Trollhunters‘, programa animado basado en otra de sus novelas, donde trabajó junto a Daniel Kraus.

    Por otra parte, nos entregó ‘La cumbre escarlata’, una cita de amor gótico vendida como de terror, y escribió y dirigió ‘La forma del agua’, filme ganador del Oscar 2018 como Mejor Película.

    Así que los fanáticos de este excelente director mexicano pueden estar tranquilos, tendremos más monstruos y Guillermo del Toro para rato.

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