El día en que “Star Wars” fue mal recibida por los colegas cineastas de George Lucas, las pésimas críticas tomaron por sorpresa al joven realizador californiano en 1977.
George Lucas estaba en plena preparación del esperado estreno de su opera espacial. Star Wars era un misterio para la mayoría de Hollywood y nadie había visto ni un segundo de montaje.
Entonces, cuando George Lucas proyectó Star Wars por primera vez, mostrando un primer corte a sus amigos Steven Spielberg, Brian de Palma y varios otros viejos colegasque habían encontrado su propio lugar en el mundo del cine, los efectos especiales no estaban terminados.
Como se relata en el magnífico libro Easy Riders, Raging Bulls, la historia maravillosamente chabacana de Peter Biskind de la Edad de Oro del cine en la década de 1970, Lucas puso imágenes de de aviones extraídas de viejas películas de la Segunda Guerra Mundial para suplir las naves espaciales que aún estaban preparando los expertos en trucos de la película.
Cuando se encendieron las luces en la sala de proyección de San Francisco, la película se encontró con nada más que un silencio incómodo. Según Peter Biskind, la entonces esposa de Lucas, Marcia Lucas, se puso a llorar de pura pena.
Durante la cena de esa noche, el director Brian De Palma no se anduvo con rodeos. “El rastreo de búsqueda del comienzo de la cinta parece que fue escrito en luna cochera. Continúa para siempre. Es un galimatías”, le dijo a Lucas. “¿El primer acto? ¿Dónde estamos? ¿Quiénes son estos tipos peludos? ¿Quiénes son estos tipos vestidos como el Hombre de hojalata de Oz? ¿Qué tipo de película estás haciendo aquí? Has dejado a la audiencia fuera. Te has vaporizado la audiencia”.
De Palma tenía toda la razón. Y, sin embargo, cuando la película se estrenó el 25 de mayo de 1977, con los efectos especiales y una partitura conmovedora robada de una vieja película de Ronald Reagan, no podría haber estado más equivocado.
