Kevin Parker fue la guinda de la torta de una versión impecable de Lollapalooza Chile. El músico australiano ofreció un show -en muletas- de primera calidad basado en gran parte en su reciente disco “The Slow Rush”.
Por Ernesto Garratt
Con un mínimo retraso, el show de Tame Impala en Lollapalooza Chile comenzó, el domingo 19 de marzo, en el Parque Bicentenario de Cerrilos, con las pantallas gigantes transmitiendo un ficticio video informativo de una ficticia compañía farmacéutica con unas ficticias pastillas capaces de expandir y contraer la percepción del tiempo.
Y eso es más o menos la prescripción de la banda Tame Impala entregó a sus seguidores: una dosis sicodélica de perfecta factura y en gran parte basada en el más reciente disco de la banda, “The Slow Rush”, una placa que habla de “La lenta prisa”, de visitar el pasado a través de la nostalgia y de alterar la percepción del pasado, presente y futuro. ¿Cómo? Pues con esta droga llamada Tame Impala.
Acá el video clip del temazo “Lost in Yesyerday” del álbum “The Slow Rush”
“La lenta prisa” de un concierto inolvidable quedó de hecho simbolizada por una imagen que parecía hecha por un sagaz guionista: el líder, cerebro y vocalista Kevin Parker nos hacía viajar a toda velocidad por su última placa y anteriores, “detenido” en una silla y usando muletas. Viajando a toda velocidad sin moverse, como si esto fuera una secuencia de la novela Dune de Frank Herbet y su alegoría a la sicodélica “especia”: esa droga espacial que permitía los periplos interestelares, de un lugar a otro sin mediar más que el chasquido de nuestros dedos.
Con un juego de luces ad hoc para la expansión sensorial, rayos láser titilando en el espacio y la cara de Parker proyectada en las pantallas gigantes con filtros de distorsión setentera, esta experiencia fue sin duda un acto de encapsulación masiva. Qué quiero decir. Que gracias un show que incluyo la soberbia interpretación de clásicos insuperable de la banda como “Let It Happen” y “The Less I Know the Better”, fuimos todos los asistentes envueltos y dismuidos en una relación de tú a tú con el mesiánico Parker: el profeta de una nueva fe musical en la sicodelia como santo remedio para los males musicales del este mundo.
Acá el video clip del temazo “Let It Happen” del álbum “Currents
Extraordinaria velada, Tame Impale sigue moviéndose el piso.
