La actriz chilena María Olga Matte vive uno de los momentos más significativos de su carrera gracias al cortometraje “El monstruode la fortuna”, producción que acaba de sumar un nuevo reconocimiento internacional: obtuvo el Premio a Mejor Actriz en el South of Brazil International Film Festival y además se trata de un título oficialmente calificado para los Premios Oscar. Por Saray Núñez
María Olga Matte quizás no sea una actriz que usted no ha visto mucho en teleseries ni en el cine chileno. Pero sin duda sí la ha escuchado. Así es: escuchado. Se podría decir que se trara de La reina del doblaje en Chile, y en una entretenida entrevista con Ernesto Garratt en CiNeRd de Canal Ciudadano, la actriz chilena repasó su sólida trayectoria en el doblaje, ámbito donde ha sido la doble de voz de figuras como Helen Mirren, Margaret Thatcher y un amplio abanico de personajes en series turcas, europeas y producciones documentales
Su voz, reconocible incluso para quienes no la han visto en escena, es también la voz institucional del Teatro Municipal de Santiago. Para Matte, el doblaje es un trabajo actoral completo: requiere observar la respiración del personaje original, su ritmo, su corporalidad y su emocionalidad, para luego sincronizarse con él sin perder autenticidad propia.

Respecto del premio logrado en Brasil, para la actriz chilena este logro tiene un componente emocional que va más allá de la competencia: el proyecto nació como una pieza de microteatro de apenas quince minutos en el Teatro España, y ver cómo aquella obra íntima se transformó en un filme que recorre el mundo le provoca una mezcla de orgullo y alivio.
“Cada departamento había recibido su recompensa, menos la reina”, comenta. El premio llegó, además, el día del cumpleaños histórico de la Reina Isabel de Borbón, personaje que interpreta, un gesto que para ella hizo “encajar” algo pendiente en la trayectoria del corto.
Dirigido por el realizador chileno-alemán Manuel Castillo Huber, en su segundo trabajo cinematográfico, “El monstruo de la fortuna” sitúa su acción en Madrid en 1625. La puesta en escena, marcada por el rigor visual y la economía narrativa, se sostiene casi por completo en dos actuaciones y una atmósfera que mezcla intimidad, tensión y un sutil juego de poder. Matte interpreta a Isabel de Borbón con un acento francés, una decisión surgida en los ensayos que, según dice, “le salvó la vida” ante el riesgo de caer en un español peninsular impostado o caricaturesco.
El equipo investigó la biografía de la reina, trasladada desde Francia a los 13 años y recibida por una corte hostil y empobrecida, para construir un personaje que oscila entre el desarraigo, la fragilidad y el peso ceremonial de la monarquía.
Este reconocimiento llega en un momento en que la actriz es ampliamente respetada por el mundo teatral, por actores, directores y especialistas, aunque no siempre conocida por el público masivo. Su nombre circula principalmente en espacios profesionales, pero premios como este —sumados a su paso por la shortlist de los Goya— han ampliado su visibilidad. Matte espera que esta mayor exposición pueda abrir nuevas oportunidades laborales, especialmente personajes complejos y desafiantes, aquellos que exigen una inmersión profunda y un ejercicio riguroso de construcción emocional.

“El monstruo de la fortuna” se exhibe actualmente en FilmFreeway y Veomac, plataformas accesibles desde Chile mediante VPN. Aunque celebra el recorrido internacional del corto, Matte propone casi a modo de juego, pero con convicción la posibilidad de una exhibición en salas como la Cineteca Nacional: “Como antes, cuando los cortos se proyectaban antes de los largometrajes”. Considera que recuperar ese formato previo al filme principal podría acercar este tipo de producciones a un público mucho más amplio.
Recordó, además, su experiencia en La madre del cordero (2014), dirigida por Rosario Espinosa y Enrique Farías, donde compartió escena con Shenda Román, una de las actrices fundamentales del cine chileno. Fue su primer protagónico y un desafío que marcó su aprendizaje, especialmente por la necesidad de encarnar a un personaje distante de su propia energía y temperamento.
Para cerrar, Matte habló brevemente de su historia familiar. Hija de Luis Matte, ministro de la Vivienda durante el gobierno de Salvador Allende, creció en una familia atravesada por el Golpe de Estado y la dictadura. Aunque era muy pequeña en 1973, reconoce que la memoria de ese periodo influyó en su manera de comprender el arte, la justicia y la representación. Recuerda incluso una anécdota en la que su nana, contraria a Salvador Allende, le dejó claro que él podía estar al mando de la nación, pero en su cocina mandaba ella, todo esto en un contexto de cena en la casa de una pequeña María Olga.
En plena efervescencia profesional, ya sea frente a cámara, en una cabina de grabación o sobre el escenario, María Olga Matte continúa construyendo una carrera marcada por la versatilidad. Cada premio dice que es, ante todo, una oportunidad para “seguir contando historias y seguir desenterrando mujeres olvidadas”.

