La octava película de animación chilena estrenada comercialmente es una estupenda producción, con excelente factura y una historia anclada en el Chiloé profundo y sus mitos. Esta crítica de cine tiene por objeto valorar el trabajo de su director Germán Acuña, quien por una década ha batallado para mostrar al mundo que en Chile las industria creativa de monos está más animada que nunca.
Por: Ernesto Garratt (publicado originalmente en https://www.lared.cl/2022/cultura/por-que-hay-que-ver-nahuel-y-el-libro-magico-ahora-ya )
Lo primero que tiene que saber es que Nahuel y el libro mágico es una película de un nivel superior. Nada de amateurismos del pasado, cero pifias narrativas de pretéritos y prehistóricos momentos en la historia de la animación chilena. Se trata esta, la ópera prima del talentoso señor Germán Acuña, de una película con un foco simple pero no por eso carente de complejidad.
Provista de un preciosismo visual que no esconde ni por un milímetro su constante tributo a la fauna y flora y paisajes patentados por señor Hayao Mizayaki y su gran contribución a la humanidad, los estudios Ghibli, esta película chilena es pura belleza por donde se la mire. Es verdad que el espíritu de Totoro, de Ponyo y de otros clásicos pueden ser fuente de inspiración para el virtuoso equipo de artistas del señor Germán Acuña. Pero no nos perdamos.
Nahuel y el libro mágico puede escoger una estética animé para desarrollarse y narrarse frente a nuestros ojos, una estética por lo demás sincretizada por opciones estéticas latinas y sin dudas muy chilenas y más que nada chilotas, pero por ningún motivo podemos perder de vista que se trata de una de las mejores producciones de animación chilenas jamás hechas. Y tambi`én me atrevería a decir una de las mejores películas de animación latinas que he visto en mucho tiempo.
Nahuel y el libro mágico es el viaje del héroe, como dicta todo buen manual narrativo, y queda claro el punto de partida y final. Eso es claro. Pero esto no es cliché ni un déjà vu a secas. Lo que van a ver es una aventura original porque se conecta con el ideario y la cultura nacional de una manera que nunca había visto. Sin miedos ni complejos a mostrar el territorio nacional, los paisajes de exquisito verdor de Chiloé, sus personajes y mitos vivos, esta aventura cruza realidad y fantasía con una naturalidad admirable y con los criterios de un buen animé latino nos sumerge en una cosmovisión que, sin duda, es atractiva para el chileno de pie (ver a mitos y leyendas chilotas ser parte de la historia en hermosas imágenes en un cine de niños disfrutaban por los padres acompañantes) y más quizás para el alma foránea. Aquella persona extranjera que se topa con una riqueza cultura, sin duda condensada y edulcorada para públicos más infantiles, pero invisibilizada demasiado tiempo en los relatos hechos para el audiovisual local.
Nahuel y el libro mágico es un paso enorme en un país que ya posee un Oscar al mejor corto animado, ganado por Historia de un Oso. Es simbólico y hasta esperanzador que el productor de dicho corto, Patricio Escala, sea productor ejecutivo de Nahuel y el libro mágico. Es una señal de una industria creativa que tiene de ahora en adelante todo para seguir creciendo. Ojalá al mismo ritmo y pasos de este notable debut de Germán Acuña. Chapeau!
FICHA TÉCNICA:
Título original: Nahuel y el libro mágico
Año: 2020
Duración: 98 min.
País: Chile
Dirección: German Acuña
Guion: Juan Pablo Sepúlveda, German Acuña
Música: Felicia Morales, Cristóbal Carvajal