Calificación:
Belfast es la nueva película dirigida por el director y actor Kenneth Branagh, quien nos entrega una obra semi biográfica, la cual lleva en su cabeza por más de cincuenta años y que escribió mientras se encontraba confinado por la pandemia del covid-19. Filmada en blanco y negro, la cinta cuenta parte de su propia vida de niño en la barrio obrero de Belfast de Irlanda del Norte, mientras se producían violentos disturbios entre protestantes y católicos, lo que llevó al éxodo de muchas familias del país entre ellas la del propio Branagh, quienes emigraron a Inglaterra.
La película está protagonizada por Caitriona Balfe (Contra lo imposible), Jamie Dornan (50 Sombras de Grey), Judi Dench (Philomena), Ciarán Hinds (There Will Be Blood) y es el primer largometraje del joven Jude Hill, de tan solo once años.
Desde que entré a la sala a ver Belfast (o desde antes al ver los avances), iba con la idea pre concebida de que esto de grabar la película en blanco y negro con harto landscape de la cuidad, contando la historia desde un niñito y usando para esto, un tierno actor de once años, era hacer trampa y un copy paste de la cinta Roma de Alfonso Cuarón, pero al pasar los primeros minutos, esa idea se fue disipando hasta que caí en que no, Belfast es una película hermosa que claro, se nutre de obras de otros directores, pero entrega, con una personalidad propia, esta historia llena de amor por el lugar que nos vio crecer y que dejamos atrás.
La cinta retrata los recuerdos de Branagh en un blanco y negro filmado de forma magistral, usando ángulos desde el punto de vista del niño y además, con planos generales que nos muestra los lugares que seguramente fueron parte de la niñez del propio director.
A esta altura, celebrar al gran cast que reunió el director para esta cinta es casi redundar ya que, como muchos sabrán, ya han sido nominados a varios premios, incluyendo el que ganaron este domingo pasado: el Critics Choice Awards a Mejor Elenco. Un reparto en el cual destacan Ciarán Hinds, quien en su papel de abuelo entrega un personaje conmovedor y que además genera un lazo increíble con el pequeño Jude Hill, quien es el centro indiscutible de Belfast, generando en el espectador un sentimiento de cariño por un trabajo que justamente, mientras escribo estas líneas, lo premia con el Critics Choice a Mejor actor/actriz joven.
Y aunque el director cae en algunas exageraciones en este afán de mostrar sus recuerdos de Belfast, con planos que aparecen de la nada y que no aportan mucho, como también algunas escenas musicales que se entienden poco el por qué las usa, Kenneth Branagh entrega una cinta sobresaliente que merece todos los premios a los que está nominada, ya que transmite todo lo que necesita transmitir, en estos recuerdos de su infancia y de una familia pobre que vivió en tiempos de violencia que, desde la mirada de un niño, siempre queda en el corazón con un amor que traspasa la pantalla.
Belfast ya se encuentra en las principales salas nacionales desde el jueves pasado y es imprescindible verla verla en la pantalla grande. Y esto lo digo responsablemente porque ya anda por ahí para poder verla en la casa, pero ese formato de verdad no sirve para nada, ya que es necesario vivir esta experiencia que llega al alma en la forma que se pensó se debe ver y es en una sala de cine.