Por Ernesto Garratt
El 14 de junio presentamos en la Sala Nemesio, en el marco del Primer Nerd News Film Festival, este título de culto que cumple cuatro décadas.
Podemos decir muchas cosas sobre este filme de 1982 de Ridley Scott. Pero hay que tener en claro algo antes de seguir. “Blade Runner”, al momento de su estreno, fue un completo fracaso. La crítica destrozó esta innovadora pieza del director de “Alien: El octavo pasajero” y además fue un estrepitoso fracaso en taquilla. Solo el VHS fue el formato que permitió que “Blade Runner” tuviera una segunda y mejor vida como película de arriendo casero. En esa instancia, a inicios de los años 80s, “Blade Runner” se convirtió inmediatamente en una pieza de culto.
Inspirada en el relato de Philip K. Dick “¿Sueñan los robots con ovejas eléctricas?”, esta cinta visionaria, basada en el punto de vista de alguien tan visionario como K. Dick, nos ofreció una metáfora profética del futuro que finalmente estamos viviendo en este 2022. Pero más allá de su valor de oráculo, lo cierto es que “Blade Runner” cruzó las frontera del tiempo y durante todo su reinado ha sido una influencia innegable en la producción de otras piezas como “Ghost in The Shell”, “Matrix” y la cantera del cyperpunk que además se extendió con fuertes demostraciones de talento hacia el animé de “Akira”, por ejemplo, la obra magna de Katsuhiro Otomo.
Podemos buscar las raíces estéticas de “Blade Runner” en el expresionismo alemán y su eco de hace casi un siglo en la fastuosa “Metropolis”, de Fritz Lang, también una historia distópica en una mega urbe del futuro y con diferencias de clases sociales escandalosas. Ya lo sabemos: nada es nuevo, todo es un eterno Déjà vu, pero en el caso de “Blade Runner” la novedad de su propuesta fue radical en los años 80.
Y no solo desde el punto de vista formal, con esa visión apocalíptica de la ciudad de Los Angeles, en noviembre de 2019, con llamaradas gigantes rompiendo el horizonte. También fue un golazo la mirada filosófica a los verdaderos protagonistas, los humanos sintéticos o replicantes liderados por Roy Batty (Rutger Hauer), quienes se rebelan y regresan desde los Off-Worlds o Planetas distantes, para dejar de trabajar como esclavos y encarar a su creador: el señor Tyrell.
La confusión entre creador y creación, humano y sintético, libre y esclavo, es la frontera que con maestría se mueve este neo noir (con el Rick Decakrd de Harrison Ford buscando robots que eliminar) de sci fi, imitado, jamás superado cuya alma artística además se sostiene con la entrañable y romántica música del recientemente fallecido músico griego Vangelis.