Casi diez años desde que se lanzara el último juego de la saga, Bandai Namco Entertainment, en colaboración con el estudio Media.Vision, regresa a este universo digital con Digimon Story: Time Stranger, una entrega que aspira a ser la más ambiciosa y completa de toda la saga.
Disponible para PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC, el título no se limita a continuar una historia conocida, ya que según sus creadores, busca redefinir lo que significa vivir una aventura en el Digi-Mundo, combinando exploración, estrategia y emoción con una madurez narrativa poco habitual en la franquicia.
En esta ocasión, los jugadores asumen el rol de un agente encargado de preservar el equilibrio entre el mundo humano y el mundo digital de Iliad, ambos amenazados por un colapso inminente.

A partir de esa premisa, Time Stranger construye un relato que mezcla ciencia ficción, fantasía y viajes temporales, invitando a recorrer distintas eras y realidades en busca de respuestas, aliados y, por supuesto, Digimon dispuestos a luchar por un futuro incierto.
Como indicó la propia Bandai en su lanzamiento hace algunos días, el título está diseñado para ser el punto de entrada perfecto a la serie para los entusiastas de los juegos de rol.
Con el mundo humano y el mundo digital: Iliad al borde de la ruina, los jugadores deben domesticar a los Digimon y trabajar junto a ellos, forjando vínculos y desarrollando sus habilidades para salvar ambos mundos.
Esto dentro de una trama que retoma los pilares clásicos de la saga, pero los reinterpreta con un tono más introspectivo y melancólico, entregando un resultado que, luego de jugarlo, creo es una experiencia que se siente viva y significativa.
Espionaje, ciencia ficción y viajes en el tiempo
Como adelanté, en Digimon Story: Time Stranger el jugador asume el papel de un agente de la corporación ADAMAS, una organización encargada de preservar el equilibrio entre los mundos humano y digital.
Todo comienza con un incidente misterioso en Tokio, donde la realidad se fractura y los Digimon irrumpen en la vida cotidiana, desencadenando un conflicto que trasciende dimensiones y épocas.
El protagonista, cuya identidad puede elegirse entre versiones masculina o femenina, sin impacto real en la trama, se ve arrastrado al pasado y obligado a enfrentarse a una amenaza que podría desatar una guerra entre Digimon.

A partir de ahí, la historia se despliega a través de misiones y diálogos que estructuran un relato lineal, salpicado de encuentros con más de 400 criaturas digitales, personajes carismáticos y villanos de ambiciones cósmicas.
Junto a esto, la aparición de los enigmáticos Titanes, entidades capaces de alterar la realidad misma, añade un componente de urgencia y misterio que sostiene la historia de Time Stranger que, pese a su atractivo planteamiento, podría sentirse algo plana por algunos jugadores, ya que el guion se apoya en muchas cosas conocidas de clásicos del anime.
Estos son la amistad, el trabajo en equipo y el sacrificio, pero, aunque no hay grandes giros argumentales ni un desarrollo emocional particularmente complejo, cuando la historia finalmente despega, lo hace con un tono más íntimo y reflexivo, que termina siendo interesante.
Es así como Time Stranger no pretende reinventar la narrativa del género JRPG, pero sí logra ofrecer una historia funcional, emotiva y accesible, especialmente para los jugadores jóvenes.

Su desarrollo pausado y su estructura clásica pueden sentirse previsibles, pero también permiten al jugador disfrutar del viaje sin sobrecarga de información ni excesos de “lore”.
Además, los veteranos hallarán en Time Stranger referencias y guiños a entregas anteriores, mientras que los recién llegados encontrarán una puerta de entrada clara y envolvente al universo Digimon, haciendo que la narrativa cumpla su papel.
Una jugabilidad táctica, profunda y adictiva
Si hay un aspecto en el que Digimon Story: Time Stranger destaca con claridad, es en su jugabilidad, ya que lejos de conformarse con repetir fórmulas, el título de Bandai Namco refina el sistema de combate por turnos clásico de la saga para ofrecer una experiencia más táctica, dinámica y profundamente adictiva.
Cada batalla exige pensar con calma, haciendo que analizar atributos, resistencias y tipos de Digimon se vuelva clave para aprovechar debilidades y construir estrategias efectivas, dentro de enfrentamientos que permiten desplegar hasta tres Digimon en combate y alternarlos con los miembros de reserva.

Algo que añade variedad y flexibilidad táctica, lo que se suma a que las habilidades se dividen entre ataques físicos, mágicos y poderosas técnicas especiales y que pueden inclinar la balanza en los momentos más tensos.
Un sistema “piedra, papel o tijera” mantiene la esencia tradicional de los JRPG, pero con la suficiente profundidad para recompensar la planificación y la experimentación.
Y en algo que se espera, la progresión se sustenta en uno de los pilares más característicos de la franquicia, el cual es la evolución y Time Stranger permite no solo digievolucionar, sino también revertir transformaciones para explorar diferentes líneas evolutivas.
El juego también introduce la Digifarm, que es un centro de entrenamiento donde los Digimon pueden mejorar atributos incluso cuando no están activos y que al final, es un espacio que refuerza la sensación de progreso constante y permite optimizar equipos sin caer en la monotonía del “grindeo”.

A ello se suma un sistema de afinidad entre el jugador y sus criaturas digitales, que desbloquea habilidades pasivas y aporta un matiz emocional al crecimiento conjunto. Aunque estas interacciones se vuelven algo repetitivas, ayudan a consolidar el vínculo entre el agente y su equipo, uno de los temas centrales del juego.
Los combates contra jefes representan los momentos más intensos y desafiantes, ya que cada uno introduce mecánicas únicas, con escudos que bloquean ciertos tipos de daño, invocaciones de aliados, o ataques cargados que exigen interrupciones precisas.
Estos enfrentamientos rompen la rutina y ponen a prueba tanto la estrategia como la paciencia del jugador, ofreciendo algunas de las secuencias más espectaculares del título.

Al final, en este apartado Time Stranger logra equilibrar accesibilidad y desafío con notable acierto, ya que su combate refinado, la flexibilidad en la gestión de equipos y la satisfacción de ver crecer a cada criatura convierten a su jugabilidad en el verdadero corazón del proyecto.
Un juego que brilla por su identidad artística y nostalgia, más que por su músculo técnico
En el plano visual, Digimon Story: Time Stranger se mueve en un terreno intermedio entre lo funcional y lo cautivador, ya que en realidad como se ha visto en otras entregas de la franquicia, este no es un juego que busque deslumbrar por su potencia gráfica, sino por su identidad artística.
Las secuencias animadas, claramente inspiradas en el anime clásico de la saga, son su carta de presentación más atractiva, regalando animaciones coloridas, expresivas y con una puesta en escena que evoca la nostalgia de los fans.

En contraste, el resto del apartado visual se apoya en un diseño artístico sólido pero limitado, con escenarios que, aunque variados y llenos de vida, muestran un nivel técnico discreto.
Sin embargo, cabe destacar que las texturas planas, los fondos poco detallados y las animaciones humanas algo rígidas, dejan en evidencia que el apartado técnico no está al nivel de otros JRPG contemporáneos, aunque en realidad no lo busca.

De todas maneras, se nota el cuidado que han puesto los artistas de Time Stranger, ya que los Digimon son los grandes protagonistas visuales y sus modelos están cuidadosamente recreados, con animaciones llenas de energía que transmiten carisma y personalidad.
Cada criatura brilla en combate gracias a efectos visuales que, sin ser espectaculares, resultan agradables y coherentes con el tono del juego.
Junto a esto, hay que destacar que en PC, el rendimiento es estable a 60 fotogramas por segundo y sin fallos que afecten a la jugabilidad, lo que se agradece e incluso, sorprende dada los recientes problemas de lanzamientos que se han vivido en otros lanzamientos de este año y sus ports para la “raza maestra”.
De forma integral a todo lo demás, el apartado sonoro, por su parte, logra elevar la experiencia, con una banda sonora que combina melodías heroicas, temas electrónicos y piezas más melancólicas que acompañan con acierto los momentos clave de la historia.
Además, cabe destacar que el juego cuenta con el idioma Español de Hispanoamérica en su interfaz y subtítulos, siendo un hito para la serie.

Todo hace que en conjunto, Time Stranger termine ofreciendo una presentación audiovisual coherente y encantadora, aunque lejos del impacto técnico de las producciones más ambiciosas.
Su fuerza no reside en la espectacularidad, sino en el estilo y en cómo logra capturar el espíritu colorido, digital y algo nostálgico del universo Digimon.

Como conclusión, Digimon Story: Time Stranger es, ante todo, una carta de amor al universo digital que Bandai Namco ha cultivado durante décadas que, nuevamente, sin reinventar la fórmula, el juego se apoya en un sistema de combate por turnos pulido y en un robusto conjunto de mecánicas de evolución y gestión de criaturas para construir una experiencia tan clásica como adictiva.
Cada batalla, cada digievolución y cada vínculo forjado entre humano y Digimon refuerzan esa sensación de progreso constante que ha definido a la saga desde sus inicios.
Como dije al inicio de esta reseña, Digimon Story: Time Stranger ya está disponible para PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC.
Para obtener más información, visita el sitio web oficial en este enlace.

Agradezco a Bandai Namco Latinoamérica y compañía la oportunidad de poder jugar este título y así poder entregar mi opinión en esta reseña.