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    El infinito e inolvidable amor entre Paulina y Augusto

    Augusto Góngora o “gongorita” cómo le dice tiernamente Paulina Urrutia, despierta desorientado sin saber dónde está, con quién y sin entender qué está sucediendo y cómo llegó ahí. Y ella, con una paciencia y amor infinito, le debe recordar quién es él, quién es ella, además de comenzar a contarle acerca de su propia historia de vida, al igual de la que han vivido juntos durante los últimos 25 años. Todo esto mientras la cámara guarda el momento con un lente desenfocado, haciendo que todo esta interacción se vea algo borrosa, como los propios recuerdos de Góngora, entregándonos un momento hermoso y desgarrador, pero a la vez profundamente poético. 

    Y es que cómo sabrán quienes ya estén esperando poder ver el documental “La memoria infinita” de Maite Alberdi, este nos cuenta la historia de amor de Paulina y Augusto, quien hace alrededor de ocho años le diagnosticaron Alzheimer. Enfermedad que al parecer y como se muestra en el documental, llegó a su fase más crítica justo durante la época de las cuarentenas por la pandemia del COVID-19, por lo que Paulina debió preocuparse por su cuidado y tareas cotidianas, como por ejemplo ayudarlo a bañarse o darle de comer. Cosas que hace además recordándole constantemente quienes son ambos y que están casados.

    Momentos íntimos que el lente de Alberdi retrata con un talento impresionante para relatar las historias que elige, el cual ya nos había deslumbrado con “El agente topo”. Es así como “La memoria infinita” llega directamente al corazón a través de esta forma de mostrarnos las interacciones entre los protagonistas, sus conversaciones y reflexiones, sin dejar de lado lo más crudo de esta enfermedad, pero realizando varios matices con momentos dulces y alegres ,que nos emocionan de sobremanera.

    Sobre todo a quienes hemos sido seguidores de la carrera de ambos, tanto de Augusto como destacado periodista cultural de la televisión chilena, al igual que de Paulina, quien es una reconocida actriz chilena, llegando a ser ministra de cultura durante uno de los periodos de Michelle Bachelet. Personalmente y siendo muy joven, mi único referente para informarme y conocer sobre cine, era el programa llamado “Cinevideo” que Augusto condujo en la década de los 90. Además que en particularmente en mi casa, Paulina Urrutia era también conocida ya que por años recordamos varias de sus actuaciones, sobre todo su corta aparición en “Johnny Cien Pesos”, la que a modo de broma interna entre hermanos, repetimos decenas de veces su icónica frase: “le cortó toda la mano a mi papito”.

    Es por esto que de alguna manera es fácil conectar de inmediato con este relato, ya que como chilenos de más de 30 años de edad, uno siente aquella conexión con ambos protagonistas. Pero además y de forma obvia, ayuda en esto el talento de Maite Alberdi quien ha sabido armar también una obra sobrecogedora, lo que ha sido demostrado con el éxito total que ha tenido “La memoria infinita” alrededor del mundo, alcanzando una excelente recepción de la prensa especializada.

    “La memoria infinita” es por esto no solo un documental recomendado, sino que imprescindible, ya que además de mostrarnos estos diálogos entre Augusto y Paulina, cuela entremedio un relato sobre la reconstrucción de la memoria e identidad, haciendo una referencia al título del libro co-escrito por Góngora llamado “Chile: la memoria prohibida”, el cual documenta las violaciones a los derechos humanos ejercidas por el gobierno militar de Pinochet. Un momento oscuro de nuestra historia del que se habla recurrentemente en el documental y que el propio Góngora recuerda cuando ve imágenes de aquello en un televisor, demostrando de alguna forma lo miserables que pueden llegar a ser cientos de negacionistas chilenos, ya que deja en claro que incluso una persona con Alzheimer puede recordar todas estas atrocidades, las cuales además presenció y vivió en carne propia.

    Y no creo que esté haciendo esto pero, esperando que los puristas cinéfilos me lo perdonen ya que mi “adamsandlerismo” me obliga a hacerlo, “La memoria infinita” me recordó la película “500 primeras citas” donde Adam Sandler debe enamorar cada día a Drew Barrymore, ya que es más o menos lo que hace Paulina con su “gongorita” todos los días. Aunque es innegable darse cuenta en la forma que él lo mira y le habla, que el amor profundo que siente por ella, es algo que su mente y su corazón nunca olvidaron ni olvidarán.

    “La memoria infinita” se encuentra al fin desde este jueves 24 de agosto en las principales salas de cine chilenas. 

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