En mis años universitarios, específicamente en la asignatura metodología de la investigación, formé un grupo de trabajo con cuatro compañeras con las que compartía el amor por los superhéroes. El heroísmo en todas sus formas.
En uno de los muchos proyectos que realizamos juntas, decidimos escribir un ensayo sobre dos series de superhéroes que se habían estrenado el año 2015: ‘Jessica Jones‘ de Marvel y ‘Supergirl‘ de Warner Channel. Con sólo ver dos episodios de cada historia concluimos que
Jessica Jones existe por sí misma, pero Kara- Zor-El/Supergirl lo hace en función de su primo más famoso, Kal-El/Superman, tanto así que su identidad se forja en torno a él.
Desde entonces, nunca terminé de ver los capítulos de ‘Supergirl‘, no porque no me gustara la propuesta, sino porque las exigencias de los estudios y después las del trabajo, no me permitían contar con el tiempo que necesitaba para sentarme a disfrutar de la serie.
Hasta ahora.
El fin de semana, tuve la oportunidad de acceder al visionado del capítulo de estreno de la sexta temporada de la súper heroína kriptoniana que se estrenará hoy a la medianoche por Warner Channel. ‘Rebirth’ o ‘Renacimiento‘ como se tituló este episodio en español, es el inicio de la temporada que cerrará esta historia para siempre, o al menos la de los personajes que Warner ha desarrollado por seis años.
Con relación a mi percepción inicial sobre la falta de identidad de Kara Zor-El, cambió drásticamente.
Este episodio parte inmediatamente después de los acontecimientos en los que Lex Luthor (Jon Cryer) tiene todos los elementos que necesita para destruir a la población terrestre, con excepción de sus seguidores que están controlados mentalmente, por lo que Supergirl (Melissa Benoit) y su equipo tendrán que evitar que el malvado multimillonario pueda ejecutar su plan.
Es increíble que en sólo seis temporadas, el show haya evolucionado tanto. Cuando se estrenó el 2015, recién se estaba posicionando la idea de tener a más protagonistas femeninas con su propia identidad en la televisión y en cine. Tiempo en que se levantó también, el movimiento #MeToo y la consolidación de varias corrientes feministas que han cuestionado fuertemente el statu quo cultural.
En el caso de ‘Supergirl‘, esto se nota desde los pequeños detalles como el traje por ejemplo: que ya no es la clásica vestimenta compuesta por una minifalda, sino una versión de pantalones, más cómoda y adecuada para las peleas hasta cómo está estructurada la historia, donde se distinguen todas las personajes distintivas de las protagonistas femeninas, tramas complejas y un impacto emocional que es creíble por el espectador.
Además, me parece muy positivo que la serie sepa, que de alguna manera, no existe solamente una experiencia de ser mujer. Cuando vi el show por primera vez, tuve la mala espina de que sería básicamente ‘Sex and the City‘ pero con superheroínas, con mujeres blancas heterosexuales salvando al mundo.
Al contrario, acá la diversidad de mujeres es un logro que no todos los shows han alcanzado hacer con éxito, desde la hermana adoptiva de Kara, Alex Danvers/Sentinel (Chyler Leigh), pasando por Mgann Morzz/Miss Martian (Sharon Leal) hasta Nia Nial/Dreamer (Natalie Maines), esta última es la primera superheroína abiertamente trans de la televisión.
En otra línea, cabe destacar que las interpretaciones de Benoit, Cryer y David Harewood (Detective Marciano) no solamente cumplen su rol asignado, sino que sus actuaciones dotan de veracidad y emoción. Cryer rescata y remezcla lo que alguna vez Gene Hackman y Jesse Einsenberg hicieron con Lex Luthor; Benoit con la fortaleza y determinación de Kara y Harewood con la inteligencia y habilidad para la estrategia de su personaje.
Como la mayor parte de los shows de superhéroes de Warner, quizás su punto débil siempre son los efectos especiales, que si bien cumplen su trabajo, uno puede notar el artificio y restarle realidad o bien, que no tienen mucho presupuesto para realizarlos.
‘Supergirl‘ logra su objetivo de cautivar al espectador con una historia entretenida y reminiscente de los cómics, pero que es capaz de ir más allá del mero divertimento, ya que deja un mensaje claro, y es que cualquier persona, sin importar su género, puede convertirse en un símbolo de la esperanza, tal como lo es Kara Danvers.