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    ‘Parasite’: Una desgarradora sátira de la lucha de clases

    Por Javiera Catalán S.

    El director coreano Bong Joon-ho, responsable de obras maestras del cine como ‘Memories of murder’ y ‘The Host’, vuelve a dirigir en su idioma después de incursionar en la industria hollywoodense al estrenar ‘Okja’ y ‘Snowpiercer’, ambas habladas en inglés. Con ‘Parasite’ retorna al origen, da vuelta la mirada a su propia realidad nacional y cuenta una historia que – sin quererlo – logró traspasar todas las barreras idiomáticas, sociales e incluso ideológicas.

    Porque ‘Parasite’– que se estrena hoy en cines nacionales – que narra la historia de dos familias, una pobre – los Kim – y una rica – los Park –, que se encuentran más por casualidad que por otra razón más profunda, habla de una realidad presente no solo en la sociedad coreana, sino que en cualquier parte del mundo, donde se haya instalado el capitalismo como modelo económico.

    Y esa lucha constante está presente en ‘Parasite’ de principio a fin, algunas veces más explícitamente que otras. La cinta comienza cuando a la majestuosa casa de los Park, un palacio posmoderno, llega a trabajar Ki-woo (Choi Woo-shik), uno de los hijos de la familia Kim, quienes viven en un semisótano en el sector más pobre de la ciudad. Ki-woo, que se presenta como Kevin, pronto hará que su hermana, Ki-jeong (Park So-dam) – rebautizada como Jessica – comience a trabajar en la casa Park mintiendo sobre su parentesco e incluso sobre las capacidades que tiene para desempañarse en el trabajo que le ofrecen los “ingenuos” ricos.

    Antes de que nos demos cuenta toda la familia Kim está trabajando en la casa Park. De tutores, de chofer y de ama de llaves. A esa altura podemos comenzar a deducir el por qué del nombre de la cinta. ‘Parásitos’, claro, son parásitos. Se metieron a la casa a la fuerza, mintiendo sobre sus identidades, sacando provecho de una situación en la que ni siquiera debieron involucrarse en primer lugar. Pero, y esto es lo que la hace tan maravillosa, la película da un giro de 180°. Pasa de ser una comedia negra, que se burla de la pobreza de unos y de la estupidez de otros, a ser un thriller oscuro y brutal.

    Bong Joon-ho se consagra como un género en sí mismo, porque es capaz de amalgamar todo en un uno. Y desde la mitad de la cinta, que se extiende por 132 minutos, se percibe de manera distinta. Ya no hay espacio para las risas ni para los chistes. La atmosfera se vuelve densa porque estamos frente a situaciones que pondrían a cualquiera incómodo.

    Esta película que ostenta 6 nominaciones de la Academia, y que corre firme en la carrera para convertirse en Mejor Película, cuenta con un guion delirante que en su esencia demuestra el conocimiento del autor – el propio Bong Joon-ho – del mundo que habita. En una entrevista declaró que quiso contar una historia que podría darse en Corea del Sur, pero que sin querer contó la historia de todo el mundo.

    Y es así como se nos mete la idea en la cabeza, como un parasito que no nos deja en paz. La lucha de clases es explicita, pero también es sutil. Entre las dos familias hay diferencias irreconciliables, porque tienen distintas visiones del mundo. Cosas que para algunos resultan básicas, para muchos otros son un lujo. Y esa dicotomía es el alma de esta película, cuyos aspectos técnicos acompañan perfectamente al excelente guion.

    Las actuaciones en ‘Parasite’ son para ponerse de pie, sobre todo las actrices Park So- dam y Cho Yeo-jeong, Jessica y la señora Park respectivamente. No por nada ganaron el SAG a mejor elenco en la ceremonia de este año.

    ‘Parasite’ es un imperdible, que rápidamente se convirtió en la primera en muchas listas de favoritas. Porque logra tocar fibras que muchos no quieren que se toque. Expone una realidad que muchos vivimos día a día y lo hace hermosamente, a través de uno de los lenguajes más bellos, el cine.

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