More

    Si Frank Herbert estuviera vivo y fuera gamer, creo que le gustaría “Dune: Awakening”

    Hay sagas que son icónicas y llegan a un nivel de adoración mundial que nunca morirá, y que se vuelven más y más legendarias con el tiempo. Entre ellas, por ejemplo, están “El Señor de los Anillos” o “Star Wars”, las cuales ya sea por su obra original o nuevos proyectos basados en sus universos, van enamorando a nuevas generaciones.

    Este es el caso de “Dune: Awakening”, un nuevo videojuego para PC que mezcla los géneros de supervivencia y MMO (multijugador masivo online) desarrollado y publicado por Funcom, el pasado 10 de junio de 2025. Título que como se puede descifrar por su nombre, está basado en los libros “Dune”. 

    Incluso, según sus propios desarrolladores, “Dune: Awakening” es mucho más que un juego de supervivencia o un MMO, “ya que es una experiencia de ciencia ficción única, inspirada en la historia de Frank Herbert de hace 60 años, y todo lo que vino después”.

    Y según lo que he podido experimentar jugándolo en estos días, creo que cumple ese aspecto ya que, a pesar de entregar una historia que no sigue la narrativa conocida de los libros y tiene un argumento paralelo a lo que todos conocemos por estos o las películas, este nos hace sentir que estamos siempre en su universo, desplegando un sinfín de elementos que son parte del lore.

    Junto a esto, “Dune: Awakening” se luce como un MMO con marcado énfasis en la cooperación entre varios jugadores, pero además permitiendo que se pueda disfrutar de su historia y su vasto mundo, de forma completamente solitaria.

    Juego que al igual que las novelas de Frank Herbert, se desarrolla en el planeta desértico de Arrakis y enfrenta a los jugadores a peligros como el calor mortal, los gusanos de arena, las arenas movedizas y las temperaturas extremas del desierto. El enfoque del juego cuenta con mecánicas de supervivencia básicas, como refugio para tormentas de arena, gusanos de arena y agua.

    Un propuesta que promete y es sin duda tan ambiciosa y épica como por ejemplo (haciendo un paralelo), las cintas de Denis Villeneuve que se estrenaron en los años recientes en cines, la cual además tiene todo para poder llegar a convertirse en el próximo gran MMO de la industria.

    Una historia, mecánicas y ambientación que nos hacen sentir y experimentar el “ADN Dune” en cada rincón

    Como adelanté, en “Dune: Awakening”, el universo de Frank Herbert se reinventa en una línea temporal alternativa  y en donde nunca nació Paul Atreides, el Mesías del desierto. Esta decisión narrativa abre la puerta a una versión de Arrakis completamente distinta, donde el equilibrio de poder se ha roto y el caos reina en las dunas. 

    Y es que sin el liderazgo espiritual y político de Muad’Dib, el planeta está atrapado en un conflicto sin fin entre las casas Harkonnen y Atreides, que luchan encarnizadamente por el control de la codiciada especia.

    El juego arranca con una premisa muy interesante, donde el jugador encarna a un agente cuyo transporte es derribado en medio del desierto. Aislado y vulnerable, debe abrirse paso en una tierra hostil, perseguido por patrullas de Sardaukar, los temidos soldados del emperador, y guiado apenas por la esperanza de encontrar pistas de los Fremen, el pueblo nómada que antaño dominaba las arenas.

    Dentro de esta premisa, uno de los que creo son los aciertos más audaces de “Dune: Awakening”, es cómo aprovecha el vacío dejado por la ausencia de figuras clave de la saga original. El mundo sigue dominado por las tensiones entre las Grandes Casas, la codicia imperial y los juegos de poder de la Bene Gesserit. Esta última orden mantiene su influencia entre bambalinas, como titiriteras de una historia más antigua y compleja que cualquier guerra por recursos.

    En este aspecto, la narrativa del juego, aunque distinta a la canónica, conserva el tono místico y la densidad política que los fanáticos de Dune reconocen de inmediato, por lo que en todo momento sentimos estar dentro del universo creado por Herbert. Algo que se vive desde la secuencia introductoria que presenta algunos cambios o giros geniales, los que redefinen el contexto del conflicto. 

    Respecto a sus mecánicas, “Dune: Awakening” se presenta como una propuesta ambiciosa que busca fusionar la brutalidad del survival con el género de los MMO y la riqueza política y cultural del universo de Frank Herbert. En vez de seguir la fórmula desgastada de estos géneros, el juego apuesta por un enfoque más consciente, tanto de la narrativa como del ritmo de juego, que consigue hacer de la supervivencia en Arrakis una experiencia densa, pero accesible.

    Uno de sus aciertos principales es el enfoque en la eficiencia, ya que desde los primeros minutos, “Dune: Awakening” muestra respeto por el tiempo del jugador, donde la recolección de recursos está dinamizada por herramientas que permiten identificar y cortar materiales mediante un minijuego que evita la monotonía. Esta mecánica, sencilla pero eficaz, es un buen ejemplo del compromiso del juego con una progresión fluida y menos dependiente del tedio habitual.

    En esa misma línea, el sistema de crafting evita fricciones innecesarias y puedes desbloquear planos y fabricar objetos directamente desde el menú tras alcanzar ciertos hitos, sin necesidad de volver constantemente a una base o construir estaciones intermedias. Es un sistema que favorece la continuidad de la exploración y que permite al jugador mantenerse siempre en movimiento, sin desconectarse del mundo que lo rodea.

    La supervivencia, como era de esperar en el Arrakis conocido por la obra original, es más que una barra de salud y es un ejercicio constante de adaptación. Aquí es donde la gestión del agua es el centro de todo, ya que el juego obliga al jugador a prestar atención a cada gota, incluyendo sistemas como un dispositivo que convierte sangre en líquido potable. Una mecánica que al inicio se siente como extraña, pero que encaja con el tono del universo y obliga a tomar decisiones duras, no solo en términos de recursos, sino también éticamente.

    Aunque lo anterior es bastante interesante, el combate, por otro lado, es uno de los apartados que menos brilla en “Dune: Awakening”. Aunque los enfrentamientos a distancia funcionan y se benefician de cierto componente táctico, el cuerpo a cuerpo resulta algo plano. El uso extendido de escudos cinéticos añade una capa estratégica interesante, pero en la práctica puede ralentizar los combates hasta volverlos frustrantes, especialmente en duelos PvP que rara vez resultan satisfactorios. 

    A esto se suma una limitada variedad de enemigos, que hace que muchas veces simplemente convenga evitar el conflicto.

    Pese a esto, “Dune: Awakening” no se define únicamente por el combate y de hecho, una de sus fortalezas es que permite distintas formas de aproximación. Es posible jugar en solitario con éxito, siempre que el jugador se prepare bien, por ejemplo llegando a fabricar equipo avanzado, ubicar puntos de respawn estratégicos, y planificar rutas con precaución es clave para avanzar sin necesidad de apoyo.

    Pero de todas formas, “Dune: Awakening” encuentra su mayor potencial en la dimensión social, incluso cuando  la cooperación no sea obligatoria, pero sí profundamente recompensada. Por ejemplo, las diferentes guilds del juego pueden alinearse con las casas Atreides o Harkonnen, accediendo a contenido y recompensas exclusivas. Este sistema se presenta con una mecánica de gobernanza comunitaria, donde los jugadores votan decretos semanales que modifican las condiciones globales del servidor. Esta capa política otorga una dimensión estratégica que muy pocos MMO han explorado, o si, pero no con esta profundidad temática.

    Junto a todo lo anterior, el mundo de Arrakis se presenta como un ecosistema despiadado y fascinante, ya que desde el ciclo día-noche hasta los gusanos gigantes, que no aparecen tan seguido pero si te los topas, los cuales pueden borrar tu inventario de un mordisco, todo en el planeta conspira contra el jugador.  

    En ese aspecto, las condiciones ambientales desde tormentas de arena, pozos de arenas movedizas o calor extremo, están lejos de ser simple ambientación y son amenazas reales que obligan a pensar cada desplazamiento.

    Sin duda y en resumen, el planteamiento de “Dune: Awakening” no busca complacer al jugador con caminos fáciles y su apuesta por la inmersión, la política y la cooperación comunitaria, lo elevan por encima de muchas propuestas similares. Y a pesar de sus fallos en el sistema de combate (que seguro irán afinando con actualizaciones) y la limitada variedad de enemigos, el juego logra construir una Arrakis creíble, vibrante y peligrosa.

    La belleza despiadada de Arrakis, una postal viva del desierto gracias al apartado técnico y audiovisual de “Dune: Awakening”

    Hablando sobre su apartado gráfico y técnico, uno de los grandes logros de “Dune: Awakening” es su capacidad para transformar un entorno tan aparentemente inhóspito como el desierto de Arrakis, en un escenario vibrante, fascinante y cargado de vida visual. Esto respaldado por la potencia de Unreal Engine 5 y tecnologías avanzadas como Lumen y Nanite, llevando a que el juego consiga que cada rincón del mapa respire autenticidad, sin caer en la monotonía habitual de los biomas desérticos.

    Por ejemplo, el ciclo día-noche, más allá de su función estética, tiene un papel crucial en la experiencia, ya que la iluminación dinámica, los juegos de sombra y la respuesta del entorno a los cambios lumínicos, generan momentos casi cinematográficos. Al final, son señales de un mundo que reacciona, que vive y esta atención al detalle no solo impresiona, sino que también refuerza la inmersión y la tensión constante en la exploración.

    Junto a lo anterior, los gusanos de arena, una de las criaturas más icónicas del universo Dune, están representados con una espectacularidad que no es solo estética, sino mecánica. Su sola presencia modifica la manera en que el jugador se relaciona con el entorno y hay que estar atento al terreno, moverse con cuidado y respetar las señales que anuncian su llegada.

    La ambientación sonora complementa su apartado gráfico y artístico, ya que aunque la banda sonora permanece en segundo plano, sin interrumpir la experiencia, de todas maneras destaca. Mientras, el diseño de audio que va desde el zumbido de las aeronaves, hasta el crujido del viento o los disparos en la distancia, refuerza la inmersión y enriquece aún más el mundo de juego.

    En cuanto al rendimiento, “Dune: Awakening” se respalda en tecnologías como DLSS, XeSS y FSR, las cuales se combinan con opciones experimentales como mapas de sombras virtuales y Nvidia Reflex, permitiendo ajustar la experiencia visual sin sacrificar fluidez. El resultado es un título que se ve y se mueve con naturalidad, incluso en configuraciones exigentes.

    En torno a esto, jugué el título en un PC con un AMD Ryzen 7 9700X 3.8GHz, una Nvidia GeForce RTX 5070 WINDFORCE OC y 32GB de RAM DDR5 5600Mhz y el rendimiento ha sido estable, aunque sin dejar de vivir ciertos problemas que se han ido mejorando con diferentes parches. Tanto del propio juego como de Nvidia, quienes han ido liberando drivers optimizados para el título.

    Es claro que según diferentes reportes de jugadores y medios, quienes han realizado varios análisis, “Dune: Awakening” exige un PC potente para sacarle el máximo provecho, especialmente si se juega en calidad máxima y sin tecnologías de reescalado como DLSS.

    Pruebas recientes adelantan que una RTX 4060 portátil apenas alcanza los 35 FPS en 1080p, mientras que una RTX 4090 llega a 94 FPS, aunque incluso esta topa con cuellos de botella. A 1440p y 4K, el rendimiento cae notablemente si no se activan ayudas gráficas. Aun así, el consumo de VRAM es moderado: entre 8 y 10 GB dependiendo de la resolución.

    Y como ejemplo de todo lo anterior, les dejo un video con diferentes clips grabados directamente con la herramienta de Nvidia.

    Conclusión

    Al final, creo que “Dune: Awakening” logra plasmar con fidelidad la hostilidad de Arrakis, sin necesidad de seguir al pie de la letra los acontecimientos de las novelas. Su apuesta por un enfoque centrado en la supervivencia, el manejo de recursos y la interacción con el entorno lo aleja de los MMO tradicionales y lo posiciona como una propuesta exigente, atmosférica y distinta. 

    Además, y aunque aún tiene aspectos por pulir, es un juego que tanto los fans de los MMO, los juegos de supervivencia y en especial los de las novelas, les gustará bastante.

    Una adaptación que, colgándose de las palabras del hijo de Frank Herbert, quien aseguró que su padre estaría “increíblemente orgulloso” de las cintas de Denis Villeneuve, si el autor de las novelas estuviera vivo, creo que le gustaría este “Dune: Awakening”. 

    Incluso, pienso que seguro le darían ganas de jugarlo.

    “Dune: Awakening” está disponible en Steam a un precio de $50 dólares, plataforma donde ha sido bien recibido, alcanzando un 83% de reseñas positivas y con un tope de 189.333 usuarios concurrentes desde su lanzamiento hace un par de semanas y 90.000 al momento de redactar esta reseña.

    Victor Mendez
    Victor Mendez
    Gamer, devoto de Internet y “periodisto chasquilla”, quien trabaja en el medio intentando darle el respeto que merece el oficio del periodismo, mientras lucha contra su constante "Síndrome del impostor".Y a veces me da miedo la vida real porque tiene mucho lag y no hay respawn.

    Últimos artículos

    Artículos relacionados

    Deja un comentario

    Por favor, escribe un comentario
    Ingresa tu nombre