El dibujante nacional explica su notable trabajo en el crossover de “The Sandman” y su propio cómic “Locke & Key”: la exquisita pieza “Hell & Gone”. Sin duda, uno de los puntos altos de la fantasía moderna dentro del industrial noveno arte norteamericano.
Por Ernesto Garratt
El éxito del dibujante chileno -que ilustra para el mercado estadounidense- Gabriel Rodríguez es indiscutido. No solo ha sido ganador del premio Eisner, el Oscar de los cómics en Estados Unidos por su trabajo en “Little Nemo: Return to Slumberland”. Además de su portentosa obra propia, cof, cof, la saga “Locke & Key” junto a Joe Hill (que se convirtió en una serie en Netflix), Gabriel Rodríguez tuvo el privilegio de trabajar con el universo creativo de “The Sandman” en los tres números de “Hell & Gone” publicados entre diciembre de 2020 y septiembre de 2021 por DC Comics y la editorial IDW.
“Hell & Gone” es un crossover entre “The Sandman” y la propia creación del chileno, “Locke & Key” y se ambienta en el pasado centenario de la familia Locke. Recordemos que esta miniserie que reúne el mundo creado por el inglés Neil Gaiman con el mundo creativo de Joe Hill y Gabriel Rodríguez se centra en la historia de un salvataje: Mary Locke desea rescatar a su hermano fallecido del infierno y para ello se cruza en el camino del mundo narrativo de Gaiman en “The Sandman”.
The Sandman, por su lado, es la historia de Sueño, dios Morfeo encarcelado por el cruel humano Roderick Burgess y quien debe esperar un siglo antes de liberarse de sus captores mortales.
Según reza la sinopsis oficial de “Hell& Gone”, esta es su argumento: “Si crees que puedes abrir las puertas del infierno e invitarte a ti mismo, ¡debes estar soñando! El cruce épico entre dos de los universos de fantasía más queridos en los cómics comienza aquí. John «Jack» Locke lleva diez años muerto, pero eso no le ha impedido enviar una carta ocasional a casa … desde el infierno. Ahora Mary Locke hará cualquier cosa para salvar el alma de su hermano, incluido llegar a un acuerdo con Roderick Burgess, el hombre más malvado de Inglaterra, para buscar respuestas en la Casa del Misterio y arriesgarse a la pesadilla ambulante conocida como Corinthian para encontrar ayuda en un Reino de los Sueños que ¡se está desintegrando!”.
Desde su estudio en Santiago de Chile, donde reside, Gabriel Rodríguez se da un tiempo para conversar con NerdNews.cl sobre su laureado trabajo y cómo a punta de tinta y talento hicieron lo imposible: cruzar su creación propia con una de las maravillas del cómic moderno.
-¿Cómo fue el trabajo con Neil Gaiman en el universo crossover de “Locke & Key” y “The Sandman”?
-Se dio de la mejor forma que pudimos imaginar jamás. Como este potencial crossover (que jamás pensamos en serio que alguna vez pudiésemos llegar a publicar) lo conversamos, discutimos y desarrollamos conceptualmente durante años con Joe Hill, al momento de presentar la propuesta de “Hell & Gone” a IDW Publishing, DC Comic y Neil Gaiman (quien tiene que aprobar cualquier proyecto de DC que involucre a los personajes principales de The Sandman) básicamente teníamos resuelta la historia que queríamos contar. Era una historia muy específica, con interés en sí misma y con consecuencias y efectos MUY relevantes en ambos mundos no por el simple deseo de juntar los dos mundos y cruzar sus personajes. Y tanto a DC como a Neil les encantó la historia, al punto que nos permitieron complementar el canon de “Sandman” con el de “Locke & Key”, saliéndonos con la nuestra como jamás pensamos que podríamos. Y desde ese momento la colaboración básicamente fue dejarnos contar la historia con la revisión de Neil para asegurarse que no hubiesen errores de continuidad ni cayéramos en contradicciones. Creo que la única corrección que tuvimos en el guión fue ajustar la edad de Alex Burgess (hijo de Roderick Burgess), quien en el primer borrador era aún más joven pero eso no cuadraba con la línea de tiempo. Y en lo visual, inventé un mecanismo para abrir el yelmo de Sandman que no se había usado antes en el comic, pero a Neil le hizo sentido y nos dejaron hacerlo así”.
– ¿Visualmente para ti cuál fue el mayor desafío de esa empresa?
-Los desafíos más grandes fueron dos. Primero, ser capaz de darle cuerpo a la historia con la escala, profundidad y belleza que demandaba. Es uno de los trabajos visuales más ambiciosos que he hecho hasta ahora, y balancear el contenido del desarrollo íntimo y emotivo de los personajes y la grandeza de los acontecimientos y escenarios que la historia demanda debían alimentarse mutuamente sin que uno se perdiera en el otro. Y el segundo desafío consistía en ser capaz de integrar orgánicamente el universo de “Sandman” con el de “Locke & Key” sin que parecieran estar de visita el uno en el otro, sino contando la misma historia siendo capaces además de estar a la altura de lo que los lectores de ambas series esperarían. Ya no estaba acarreando la responsabilidad de ser capaz de reflejar todo lo que había aprendido dibujando las más de 800 páginas de la serie original de “Locke & Key”, sino además de aportar mi grano de arena a la tradición de numerosos y colosales artistas que construyeron el maravilloso legado visual de “The Sandman”. Espero que hayamos estado a la altura de los desafíos, el veredicto final es de nuestros queridos lectores.
-Tu cómic “Locke & Key” y el cómic de Gaiman ahora son cada uno shows de Netflix… ¿Cuál es tu impresión de “Sandman”, la adaptación que hicieron para Netflix?
-La impresión que me ha dado la serie de televisión es que es un trabajo hecho con gran cariño y respeto por la obra original, atreviéndose sin embargo cuando es necesario a hacer cambios cuando lo requiere en cambio de formato narrativo o de contexto de algunas partes de la historia. El cómo adaptaron, por ejemplo, la historia de Ethel y John Dee en la versión de Netflix me gustó mucho. Creo a fin de cuentas que refleja con mucha potencia las fortalezas que han hecho de la obra original el clásico que es.
–¿Tuviste algún contacto profesional o amistoso con Neil Gaiman durante el proceso creativo?
-No lo conozco personalmente directa ni he intercambiado correspondencia con él. Solamente supe a través de los editores del crossover de “Locke & Key” y “Sandman”, Chris Conroy y Chris Ryall, que nos envió felicitaciones porque quedó muy feliz con el trabajo visual que hicimos para la miniserie. En cambio sí tiene un contacto personal cercano con Joe Hill, para quien ha sido una suerte de cuasi-mentor en su desarrollo como escritor de comics y novelas.
-¿Por qué crees que esta historia, “The Sandman”, hecha hace 30 años nos hace tanto sentido en el presente?
-Básicamente porque apela a temas universales desde los más mundanos a los existenciales, con una perspectiva muy accesible a pesar de venir envuelta en un paquete de horror y fantasía. Y porque en último término es una gran saga sobre el amor por las historias, como forma más madura y agraciada de los sueños que todos tenemos, lo que me parece fascinante e irresistiblemente encantador.
-Qué nos puedes decir sobre el aporte de Gaiman, Grant Morrison y Alan Moore, la armada británica, en la narrativa del comic en los 90
-La llamada “armada de escritores británicos” que en los noventa se sumó a lo que ya había iniciado Frank Miller en el comic de Estados Unidos creo que aportó fundamentalmente en hacer ver a los creativos del medio que se podía exprimir más profundidad al contenido de las historias, empujando más lejos la ambición creativa con la tremenda libertad creativa y capacidad expresiva que la historieta tiene como medio de comunicación creativa. A menudo se les acusa de haber convertido el medio en algo “serio” o “oscuro”, pero creo que eso es sólo una faceta de lo que aportaron. Tanto Alan Moore como Neil Gaiman o Grant Morrison desarrollaron historias distintas a sus clásicos de terror que exploraron el medio en un tono diferente con la misma profundidad, como “Superman: Qué fue del Hombre del Mañana”, “Tom Strong” o “Stardust”, por ejemplo. A fin de cuentas, nos recordaron a todos que el universo creativo que teníamos para explorar era mucho más amplio y profundo de lo que pensábamos.