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Bárbara, la adaptación al cine del manga para adultos del novelista e ilustrador japonés, Osamu Tezuka, dirigida por su hijo, Makoto Tezuka y guionizada por Hisaki Kurosawua, se estrenó el pasado 28 de agosto vía streaming, como parte del Fantasia Internacional Film 2020 en Canadá. Y estará en los teatros de Japón y quizás, en el resto del mundo, a fines de noviembre.
Bárbara cuenta la historia de un famoso escritor llamado, Yosuke Mikura, que se encuentra de sorpresa, con una mujersin hogar y que cita poesía francesa, bajo un paso sobre nivel. Mikura, es seducido por esta enigmática chica que lo enreda en situaciones eróticas, extrañas e improbables: una exploración de los límites del arte, la inspiración, la inmortalidad, lo oculto, el amor prohibido y el misterio. Su versión audiovisual, está protagonizada por Fumi Nikaidô (No longer Human) y GorôInagaki (13 Assassins) como Bárbara y Mikura, respectivamente.
Osamu Tezuka, nació el año 1928 en Osaka. Desde pequeño mostró sus talentos como gran artista y narrador, y a pesar de eso, nadie creyó que lograría tener el éxito que lo catapultó al pedestal del Dios del manga; un maestro precursor de fantasías que está a la misma altura que sus pares del mundo, incluido Walt Disney.
Su fecunda producción, estilo innovador y el papel que desempeñó en elevar el manga a una forma de arte, es y será su legado. Herencia que continúa creciendo en Japón y en el extranjero, a medida que se lanzan nuevas reediciones o traducciones de sus más de setecientas publicaciones, entre ellas, la citada Bárbara, Astro boy y su obra más celebrada, por especialistas y fanáticos: Adolf.
Adolf, es una historia que abarca 35 años en la vida de tres hombres llamados Adolf: Adolf Kamil, un joven judío de padres alemanes asentados en el puerto de Kobe en Japón; Adolf Kaufmann, hijo de un diplomático alemán y madre japonesa, que es inscrito en un colegio de adoctrinamiento y se deja arrastrar por la ideología nazi; y por último, del mismísimo Adolf Hitler.
La historia comienza en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde el periodista Sohei Togi busca a Isao, su hermano asesinado y desaparecido por la policía secreta nazi. En esa travesía, Toge descubre que Isao era simpatizante comunista y que antes de morir, portaba unos documentos que revelaban un secreto clave de Hitler; esto lo convierte en objetivo de la Gestapo, en específico del agente Lampe, quien sospecha que el periodista conoce el paradero de esos papeles. Estos documentos también son buscados por espías franceses, norteamericanos, y los refugiados judíos en Japón, entre ellos, el señor Kamil, padre de Adolf. Así, ambos niños Kamil y Kaufmann, no sólo ven amarrados sus destinos a unos papeles que solamente traen desgracias, sino que también los sitúa en lados opuestos de la historia: Desde los campos de batalla en Europa-Asia, hasta el Holocausto y el conflicto palestino-israelí.
Adolf es una novela tremenda. Se trata de una obra maestra no sólo del catálogo de Osamu Tezuka, sino de forma general de los cómics japoneses. Digamos que es una novela que extiende el contexto histórico de forma significativa, con la trama y el ritmo de un perfecto thriller de espionaje, de aquellos que te mantienen pegada/o a sus páginas, mientras los personajes descubren y siguen pistas, se enfrentan a situaciones de vida o muerte y por sobre todo luchan por mantener su humanidad bajo sistemas políticos viciosos; vicios y defectos que, según Tezuka, están enraizados en un mal mayor llamado nacionalismo. Y vaya que eso es actual. Es por ello que lo recomiendo sí o sí: thriller e historia, repito, son una combinación tremenda si está en las manos de un autor como Tezuka.