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    Análisis de “La Casa de Papel: Berlín”: Amor antes que el robo

    La Casa de Papel fue una serie que en el momento de su emisión en 2017 por la plataforma de Netflix impactó de gran manera en los espectadores.

    Lo primero fue que generó toda un ola donde la gente empezó a manifestar las diferencias sociales que vivían volviéndose todo un fenómeno; el segundo factor es que el objetivo del atraco no ni más ni menos que la casa de Moneda y Timbre, lugar donde se manufacturan los billetes en España (lugar donde ocurre la serie, por sí no han sabían) y por último los personajes, que son uno de los grandes atractivos que tiene la serie.

    Esta nueva versión de La Casa de Papel solo cumple con una de estas dos condiciones que llevaron a la serie original al estrellato, ese factor es el de los personajes, pero aún con eso queda muy al debe.

    Es inevitable no poder comparar la serie original (La Casa de Papel) con esta nueva versión, que es una historia que se enfoca en el personaje de Berlín y su banda preferida. Recordemos que Andrés de Fonollosa (El nombre real de Berlín) era el único experimentado en robos de alta gama dentro de la banda que roba en la casa de Moneda y Timbre en la serie principal, presentándose como un personaje enigmático con una versión muy única de la vida.

    Esta serie explora un poco más al personaje y expande la opinión que nos podíamos formar de Berlín en la serie de La Casa de Papel. Sin estar trastornado por la amenaza de su enfermedad, época donde lo único que toca es vivir la vida. Sin embargo lo que se ve nuevo de este personaje no es mucho.

    Sí bien en esta serie vemos a un Berlín más desatado y ocupando el rol de líder dentro del atraco. Lo que más se explora de este personaje es la búsqueda del amor, pero no un amorío cualquiera, uno apasionado y duradero como un llama eterna.

    En esa búsqueda es donde se colocan los demás personajes miembros de la banda del atraco que se van enamorando a medida que avanza la serie. Que no son malos personajes, pero no se pueden comparar a Denver, Tokio, Nairobi y demás integrantes de la banda que vimos en la casa de Papel. Sí bien este nuevo grupo es más “profesional” que la banda del profesor, no tienen ese toque de rebeldía que tenían los anteriores personajes, ni esos propósitos personales que tanto los caracterizaban.

    El factor del atraco dentro de la serie es unos de los puntos más débiles que tiene esta precuela. El robo en sí es interesante, la casa de apuestas en París,  tiene el potencial de convertirse en foco importante de muchas eventualidades, además da para la discusión social, ya que le roban indirectamente a la oligarquía francesa. Pero toda la emoción que provocaba el robo se ve difuminado por los conflictos amorosos que se van desarrollando.

    Como decíamos antes Berlín dentro de la serie se encuentra en una búsqueda del amor, lo cual acaba encontrando en la única persona que podría perturbar el robo que van a cometer, pero aún así no acaba siendo una buena versión del amor, porque lo que busca berlín no era la primera etapa del enamoramiento donde todo es bello, sino durar más que eso que al final se queda con eso idea y una aspiración, convenciendose que eso es lo mejor para alguien como él, lo que es contradictorio por que lo demás personajes secundarios sí consiguen.

    Ante todo eso no es una mala serie, se puede disfrutar mucho a pesar de los elementos que pueden llegar a perderse debido a la trama amorosa que se desarrolla y quien sabe, quizás más de alguno se sienta identificado con los amoríos que presentan en la serie.

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