Dos equipos de investigación científica afirman haber creado cristales del tiempo, un estado de la materia que se creía era imposible porque rompe la segunda ley de la termodinámica.
El cristal del tiempo es básicamente un mecanismo de movimiento perpetuo en el que partículas cuánticas se mueven de forma ordenada, automática y constante sin consumir ningún tipo de energía por toda la eternidad. Este comportamiento, el movimiento sin energía, es totalmente contrario a la segunda ley de la termodinámica.
Los dos estudios uno de la Universidad de Delft, en Holanda y otro realizado por científicos de Google, Stanford, Princeton y otras universidades llegan a la misma conclusión. El primer análisis científico dice haber creado un cristal del tiempo dentro de un diamante usando átomos de carbono. El segundo estudio, que es mucho más grande y además escalable, lo ha creado en una simulación usando Sycamore, el supercomputador cuántico de Google.
Según Quanta Magazine, los dos trabajos de investigación han sido pre-publicados y están en fase de evaluación por terceros.
Resultados asombrosos
Lo que sí es cierto es que, por ahora, los científicos que no han participado en los estudios pero lo han leído se muestran asombrados de los resultados, que confirman una idea propuesta por el ganador del premio Nobel de física Frank Wilczek, que en 2012 apuntó a la posible existencia de estos cristales del tiempo, que sufrirían un movimiento periódico para volver a su estado original en intervalos exactos de tiempo.
Suena como un reloj pero en realidad no tiene nada que ver. Un reloj consume y disipa energía, pero estos cristales del tiempo no consumen energía ni la disipan. Sencillamente, las partículas cuánticas se mueven de forma independiente, cíclica y constante, cambiando de posición y estado de forma ordenada para volver a su posición original.
Y sí, también suena imposible cada vez que lo lees. De hecho, un experimento dijo probar que la idea de Wilczek era absurda como todas los mecanismos de movimiento perpetuo. Pero ahora, dos equipos diferentes no sólo dicen que es posible sino que además lo han logrado hacer.
Y aunque todavía no tienen claro para qué van a servir, sí saben dos cosas. La primera es que, como dice Roderich Moessner, co-autor de uno de los estudios y director del Instituto Max Planck para la física de sistemas complejo en Dresden, en Alemania, las consecuencias son asombrosas porque los cristales del tiempo eluden la segunda ley de la termodinámica.
La segunda, como apunta el propio Moessner, es que, aunque todavía no sabemos qué uso exacto se le puede dar a estos cristales, algo tan estable como esto es inusual y las cosas especiales siempre son útiles.
La mayoría de los grandes inventos que han cambiado el mundo de forma radical -desde el telégrafo al GPS al láser o la energía nuclear- vinieron de descubrimientos de la física extraordinarios sin una aplicación útil al inicio. Primero habrá que ver si estos cristales del tiempo son, efectivamente, viables y reales. Si se confirman, las maravillas tecnológicas seguro que vendrán después.
Y una última cosa: de confirmarse el invento de Google y compañía, esta también sería la primera aplicación práctica de un computador cuántico en algo que ninguna otra máquina en el planeta hubiera podido hacer, confirmando también la predicción del físico Richard Feynmanque, como apunta Quanta Magazine, ya escribió en su día que estos ordenadores serían capaces de “simular partículas de cualquier sistema quántico imaginable“.