En “Imperio de Luz” de Sam Mendes, una sala de cine se convierte en refugio de las duras realidades de la Gran Bretaña de Margaret Thatcher, la cual sirve para entregarnos una de las historias más personales del director. Algo que ya había realizado pero de manera más épica en “1971” contando una historia de su abuelo, quien luchó en la Primera Guerra Mundial, pero ahora contando la de su madre, haciendo que esta cinta sea mucho más íntima.
Para ello, Mendes cuenta la historia de Hilary (Olivia Colman), una mujer que lucha con su enfermedad mental y quien constantemente se siente sola, tanto que permite que el insípido e insensible Ellis (Colin Firth) abuse sexualmente de ella. Pero todo cambia cuando Stephen (Michael Ward) se une al equipo, quien es hijo de una madre soltera de las Indias Occidentales. Stephen es alegre, brillante y devastadoramente guapo y aunque todos asumen que se enamorará de la joven empleada Janine (Hannah Onslow), extrañamente se siente atraído por Hilary y durante conversaciones emotivas, llevadas a cabo en la ruina infestada de palomas de una antigua cafetería en la planta superior del cine, se vuelven íntimos.
Es así como nos adentramos en esta hermosa historia que a pesar de tener ciertos baches que son poco creíbles y que suceden con algo de conveniencia bajo la pluma del mismo Mendes, quien escribió el guión, de todas formas deslumbra ayudado por el ya consolidado talento del director, lo que también comparte Roger Deakins quien se ocupa de la fina dirección de fotografía de “Imperio de Luz”.
Cinta donde además se utiliza la música como una herramienta para explorar la política y la sociedad de la época en su película, la cual nos sumerge en los años 80 y destaca la prolífica y extraordinaria escena musical que caracterizó la época. Mendes destaca la diversidad de grupos y estilos que coexisten, desde los New Romantics hasta los amantes del heavy metal y el gótico. La banda sonora de “Imperio de Luz” no solo está conformada por canciones de la escena musical de los años 80, sino también por la impresionante contribución musical de Trent Reznor y Atticus Ross. Los renombrados artistas estuvieron encantados de trabajar por primera vez con el director Sam Mendes y el resultado es una banda sonora que complementa perfectamente la narrativa de la película.
Además de ser una carta de amor a su madre, “Imperio de Luz” sin duda es una carta de amor al cine, algo que suena trillado y cliché, sobre todo en el momento en que comparte el mismo término con cintas como “Babylon” o “The Fabelmans”. Pero acá esto es mucho más efectivo, ya gran parte de la película sucede dentro de un cine, entregando además una hermosa e inolvidable escena casi al final, la cual transcurre dentro de una sala donde se proyecta una de las películas más hermosas de toda la historia del séptimo arte.
La película cuenta con un elenco estelar encabezado por Tom Brooke, Tanya Moodie, Hannah Onslow, Crystal Clarke, con Toby Jones, Colin Firth, además de las actuaciones de un seductor e impresionante Micheal Ward, quien promete convertirse en una futura estrella internacional, algo que ya ha alcanzado Olivia Colman que con su actuación encanta y emociona en partes iguales, entregando una hermosa versión de la madre que Mendes quiere plasmar en la pantalla.
“Imperio de Luz” de Sam Mendes es una película que se debe ver en cines, experiencia que los residentes de Santiago de Chile pueden disfrutar de manera especial, ya que se exhibe de forma exclusiva en el legendario Cine El Biógrafo desde este jueves 9 de marzo.