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    “Silent Hill f”, una aventura diferente en la saga, recomendable para fans nuevos y veteranos

    Silent Hill siempre ha sido sinónimo de atmósferas pesadas, de ese terror que se queda grabado más en la mente que en los sustos repentinos y por eso, cuando se anunció “Silent Hill f”, muchos recibimos la noticia con cierto escepticismo. 

    La elección de un estudio sin experiencia en el género, sumada a la sensación de que Konami buscaba más bien exprimir la franquicia tras su fallido coqueteo con Hollywood, hizo sonar todas las alarmas.

    Sin embargo, la sorpresa ha sido mayúscula lo que en un principio parecía un proyecto dudoso, terminó convirtiéndose en una de las entregas más inquietantes y memorables de la saga.

    Y es que Konami preparó un giro significativo con este, su primer título de la franquicia ambientado en Japón, el cual nueva entrega busca renovar la experiencia del terror psicológico a través de una narrativa marcada por contrastes, presentando una historia que describen como “hermosa, pero horrible”.

    El guión, en manos de Ryukishi07, reconocido por su capacidad para entrelazar lo cotidiano con lo inquietante, busca garantizar una trama capaz de incomodar y fascinar a partes iguales.

    La historia nos lleva a Ebisugaoka, un pequeño pueblo japonés de los años 60, un escenario atípico para la saga, pero que se convierte en un acierto gracias a su fuerza atmosférica. La protagonista, Hinako, no encaja en la figura clásica de “héroe de terror” y es una adolescente atrapada en una sociedad conservadora, con un hogar marcado por el alcoholismo y un entorno que no le ofrece escapatoria.

    Y este sentimiento de horror a través de la incomodidad, se intenta con sus atmósferas a través de un apartado sonoro donde la música corre a cargo de Akira Yamaoka, figura legendaria dentro de la serie, acompañado por Kensuke Inage. Juntos, crean una banda sonora que no solo acompaña la experiencia, sino que eleva cada momento con tensión y un impacto emocional difícil de olvidar.

    Con estos elementos, “Silent Hill f” ha buscado no ser solo una nueva entrega, sino una reinvención del horror japonés bajo el sello de una saga que sigue marcando a generaciones enteras.

    Y luego de poder jugarlo en su versión para PS5 gracias a Konami, puedo indicar que según mi experiencia, desde sus primeros segundos, el juego deja claro que logra lo que promete, incluso cuando al jugarlo (y esto es algo que ha enojado a muchos fieles fans de la saga), no se siente como un Silent Hill convencional.

    Pero de todas maneras, mantiene en lo profundo de su ser la esencia de la franquicia y no busca la comodidad del jugador, siendo grotesco, perturbador y psicológicamente abrasivo. 

    “Silent Hill f” consigue transmitir un malestar constante, un pesimismo que cala poco a poco hasta que resulta imposible escapar de él y a diferencia de otros capítulos que se apoyaban más en criaturas y sustos, aquí el verdadero horror nace del choque entre traumas personales y un contexto social opresivo, todo envuelto en un marco sobrenatural que amplifica cada herida emocional.

    En definitiva, una experiencia única dentro de una pesadilla tangible que combina lo humano y lo sobrenatural en una narrativa desgarradora, con un diseño visual y sonoro que quedará grabado en la memoria de quienes se atrevan a atravesar las calles de Ebisugaoka.

    Juego que se encuentra disponible desde el 25 de septiembre en PlayStation 5, XBOX Series X|S, Steam, Epic Games y Microsoft Windows, con edición física Day One y ediciones digitales Standard y Deluxe disponibles.

    Una interesante narrativa que mantiene la “marca Silent Hill”

    En cuanto a su narrativa, como adelanté, “Silent Hill f” se adentra en un terreno poco explorado dentro de la saga al trasladarnos a Japón en la década de 1960, concretamente al ficticio pueblo de Ebisugaoka. 

    Un cambio de escenario aporta frescura a la franquicia, haciéndonos jugar en mapas llenos de calles estrechas, templos antiguos y paisajes rurales que, aunque hermosos, se vuelven rápidamente opresivos bajo la habitual niebla que envuelve todo. 

    Y este contraste entre la calma cotidiana y la irrupción de lo sobrenatural crea un ambiente que se siente tanto familiar como extraño, reforzando la identidad de esta entrega.

    La protagonista es Hinako Shimizu, que como era de esperar en este mundo actual donde la audiencia, con la libertad (o libertinaje) de las redes sociales, dice lo que quiere incluso cuando sea estúpido o hiriente, ha sido uno de los puntos más comentados del juego. 

    Y es que a diferencia de los héroes tradicionales de la saga, aquí tenemos a una adolescente marcada por la represión social, un hogar fracturado y la soledad y shistoria refleja la lucha contra un entorno hostil, dominado por el peso de las tradiciones y la ausencia de figuras de apoyo. 

    Esta premisa resulta poderosa, pues aborda temas como el abuso, la opresión femenina y la búsqueda de identidad en un contexto conservador y aunque se pueda sentir el desarrollo no siempre está a la altura, ya que su evolución llega demasiado tarde para dejar huella profunda, de todas maneras impacta de alguna manera.

    Especialmente pensando en que hablamos de una aventura que ronda apenas las diez horas o un poco más.

    Así, narrativamente, “Silent Hill f” construye su terror no solo a través de monstruos o escenarios retorcidos, sino también del choque entre traumas personales y la irrupción de lo sobrenatural y en algo que lo liga a su apartado audiovisual, el recurso visual más llamativo es la presencia del ente rojo, un símbolo de las obsesiones y miedos internos de la protagonista. 

    En cuanto a estructura, la campaña incluye varios finales alternativos. Esto puede ser un aliciente para quienes disfrutan rejugar y explorar distintas posibilidades, pero también genera la sensación de fragmentación en un relato que quizá habría ganado más solidez con un único desenlace contundente.

    Al final, el resultado es un relato que, puede que no reinvente la saga ni ofrezca el retrato más memorable de un protagonista, consigue mantener viva la esencia de Silent Hill, adaptándola a un nuevo escenario cultural y social que le da identidad propia.

    Gameplay diferente, pero que puede conquistar a nuevos y veteranos fans de la saga

    Si has visto o has leído reseñas y opiniones de jugadores, especialmente de los que han sido por décadas seguidores de esta legendaria saga, sabrás que en apenas una semana de salido al mercado, “Silent Hill f” es, ante todo, un juego que divide. 

    Su propuesta como survival horror con tintes de acción genera sensaciones encontradas, ya que a ratos se siente como un digno heredero de la saga, con atmósfera opresiva y exploración llena de tensión, pero en otros momentos tropieza con sistemas poco pulidos que afectan el ritmo general de la experiencia.

    En las primeras horas, la dificultad engañosamente baja convierte los combates en algo repetitivo y basta un contraataque bien colocado para salir adelante. 

    Aunque de todas maneras, la sensación de peligro tarda en aparecer, y las mecánicas de escasez de recursos o durabilidad de armas, pensadas para intensificar la tensión, terminan resultando más molestas que inmersivas. Y conforme la campaña avanza, los enemigos se vuelven más inteligentes, aparecen en grupo y exigen decisiones estratégicas, haciendo que allí, el juego empiece a brillar, ofreciendo enfrentamientos que por fin se sienten desafiantes y gratificantes.

    El sistema de combate, según mi punto de vista, mezcla ideas soulslike con el estilo de Silent Hill, donde Hinako dispone de ataques débiles y fuertes, esquivas, contraataques y un ataque cargado que sacrifica salud mental a cambio de potencia. 

    Cabe destacar que este detalle introduce un componente táctico interesante y cada acción tiene un coste, ya que administrar recursos o aprovechar capillas de regeneración se vuelve vital. El contacto cuerpo a cuerpo transmite crudeza y vulnerabilidad, lo que encaja bien con la atmósfera, aunque se debe advertir que la lentitud de los controles y la rigidez frente a enemigos ágiles, podría provocar en más de alguno algo de frustración.

    Junto a lo anterior, donde el juego acierta con firmeza en sus mercánicas y gameplay es en la exploración, ya que aquí respira el espíritu clásico de la saga, con puzzles integrados en la narrativa, entornos que cambian con el paso de la historia y un backtracking que nunca se siente forzado. 

    Los acertijos sorprenden con ingenio y, al poder ajustar su dificultad, mantienen el equilibrio entre reto y accesibilidad, lo que sumado a la atmósfera sonora, con silencios incómodos, ruidos extraños en la distancia, pasillos estrechos que parecen cerrarse sobre el jugador, hacen que moverse por el pueblo, se convierta en una experiencia inquietante incluso sin enemigos a la vista.

    En cuanto a jefes, el título ofrece apenas cuatro enfrentamientos mayores, bien diseñados tanto en lo visual como en lo mecánico, aunque quizás podrían ser insuficientes para quienes buscan una experiencia realmente desafiante, quienes quizás vean que para un juego tan corto, la dificultad no termine de encontrar un equilibrio. 

    El resultado es un sistema que oscila entre lo trivial y lo punitivo, aunque en lo personal si encontró término medio satisfactorio.

    Todos estos son puntos que debo recalcar pensando en que debo ser abierto de mente en una reseña, pero que a mí, un gamer cuarentón que siempre busca divertirme y disfrutar los juegos no le importa demasiado. 

    Y es que al final, creo que con sus mecánicas e implementaciones, “Silent Hill f”, aunque sea ambicioso, logra momentos memorables y es, a la vez, un paso valiente hacia una “vuelta de tuerca” en la saga.

    Un apartado artístico y técnico sobresaliente

    Ahora pasando a su apartado audiovisual y técnico, “Silent Hill f” deja claro evidentemente que su mayor triunfo está en lo artístico y en sus gráficos. 

    Desde el primer minuto, el apartado visual atrapa con una dirección de arte que combina la serenidad de la arquitectura rural japonesa de los años sesenta con la incomodidad propia del horror psicológico. 

    Como adelanté, hay calles estrechas, templos semiderruidos y casas tradicionales que se entrelazan con la omnipresente niebla, siendo no es solo un recurso estético, sino un elemento vivo, denso y orgánico que parece devorar el entorno y aislar al jugador del mundo exterior.

    El resultado es un escenario tan bello como perturbador y los paisajes naturales, con campos de arroz, bosques húmedos y aldeas detenidas en el tiempo, logran transmitir calma y amenaza al mismo tiempo, reforzando esa dualidad que siempre ha definido a Silent Hill, donde lo familiar se convierte en algo extraño.

    Cuando el mundo cotidiano se deforma y surge la dimensión alternativa teñida de rojo, el contraste es impactante y se siente como una progresión natural dentro de la atmósfera del juego.

    El diseño de criaturas merece una mención especial, ya que cada monstruo parece una materialización retorcida de las cicatrices emocionales de Hinako, con animaciones de ataque tan fluidas como desagradables.

    No son simples enemigos de relleno, sino representaciones que refuerzan el trasfondo narrativo y la vulnerabilidad de la protagonista.

    Su aspecto grotesco, ligado a motivos florales que mutan hasta volverse repulsivos, encaja con la idea de belleza corrompida que impregna todo el título.

    A nivel técnico, “Silent Hill f” mantiene un nivel notable, hablando desde mi experiencia en la PlayStation 5. La iluminación dinámica, los efectos de partículas y la riqueza de las texturas hacen que recorrer cada escenario sea una experiencia absorbente.

    Como muestra, dejo un corto video con algunos clips capturados en mi consola y además, el siempre bien recibido video técnico donde se comparan los ports de PC y PS5 Pro, del canal de YouTube El Analista de Bits. 

    El sonido es otro de los pilares de esta experiencia y más allá de la música correcta para este tipo de juegos, el diseño sonoro es el que verdaderamente destaca, entregando silencios incómodos, susurros casi imperceptibles, crujidos repentinos y ecos distantes convierten cada pasillo y cada habitación en un lugar hostil.

    Incluso, nuevamente, en ausencia de enemigos, ya que el título logra mantener al jugador en alerta, recordando que en Silent Hill el peligro no siempre necesita mostrarse para sentirse.

    Es así como, aunque para algunos jugadores “Silent Hill f” pueda fallar en otros apartados, sin duda alguna nadie puede negar que en lo estético y sensorial, ofrece una experiencia sobresaliente. 

    En conjunto, y de forma integral con su narrativa, el juego crea una identidad visual única que redefine lo que puede ser Silent Hill, pero sin perder sus raíces.

    Es un viaje en el que la belleza y el horror conviven de forma inseparable, atrapando al jugador en un mundo que resulta tan fascinante como perturbador.

    En conclusión, “Silent Hill f” es, en muchos sentidos, una gran apuesta. 

    Por un lado, se presenta como una apuesta arriesgada dentro de la saga, con un apartado visual deslumbrante, una atmósfera cargada de tensión y un enfoque narrativo que busca conmover y perturbar a partes iguales. 

    Pero por otro, para algunos jugadores, se podría sentir que tropieza en aspectos fundamentales de su jugabilidad y estructura. 

    Pero es imposible decir que “Silent Hill f” es un mal juego, ya que ofrece suficientes virtudes para atrapar tanto a los fans veteranos como a quienes se acerquen por primera vez a la saga.

    La atmósfera, la estética y algunos momentos narrativos justifican el viaje, siempre que se aborde con la conciencia de que no alcanza las cotas de grandeza de los títulos más queridos de la franquicia.

    Un título totalmente recomendable que se convierte, según mi experiencia, en un experimento bello y perturbador, que merece ser jugado.

    Como adelantamos en nuestro post durante el lanzamiento, las ediciones digitales Standard y Deluxe de “Silent Hill f” otorgan bonificaciones digitales únicas que incluyen trajes, una mini banda sonora y material artístico digital.

    La edición digital Standard está disponible para la compra, al igual que la edición física Day One, incluidos los artículos de bonificación por compra anticipada, mientras que la edición digital Deluxe viene como descarga digital. Después del lanzamiento, los jugadores pueden comprar la versión mejorada Deluxe para potenciar su juego con las bonificaciones de esta edición.  

    La tienda en línea OKS Gear ha sido recién abastecida con nuevos productos exclusivos para celebrar el lanzamiento de “Silent Hill f”. Visita la página oficial de la tienda para encontrar el último equipo de “Silent Hill f”.

    Para mantenerte al día con las noticias sobre SILENT HILL, sigue los canales oficiales de KONAMI: 

    Agradezco a Konami y compañía por el código del juego entregado amablemente para realizar esta reseña.

    Victor Mendez
    Victor Mendez
    Gamer, devoto de Internet y “periodisto chasquilla”, quien trabaja en el medio intentando darle el respeto que merece el oficio del periodismo, mientras lucha contra su constante "Síndrome del impostor".Y a veces me da miedo la vida real porque tiene mucho lag y no hay respawn.

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