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    “Babylon” es un delirante y por momentos excesivo homenaje/crítica a la industria del cine

    Desde su estreno y como pocas veces sucede, “Babylon”, la nueva cinta del director Damien Chazelle (“La La Land”, “Whiplash”), ha dividido no tan solo a la prensa sino también al público, teniendo al momento de escribir esta nota cerca de un 50% de aprobación en crítica y en audiencia en Rotten Tomatoes. División que existen entre quienes la han visto, que deja a los que creen que es un experimento fallido de Chazelle en una vereda y a quienes creen que es una hermosa carta de amor a la era dorada de Hollywood y a los excesos que rondaban alrededor de la industria del cine durante esos años.

    En ella, se cuenta una epopeya original ambientada en Los Ángeles de la década de 1920 protagonizada por Brad Pitt, Margot Robbie, Diego Calva y Tobey Maguire, con un elenco que incluye a Jovan Adepo, Li Jun Li y Jean Smart. Una historia de ambición descomunal y exceso escandaloso, rastrea el ascenso y la caída de múltiples personajes durante una era de decadencia y depravación desenfrenada en los inicios de Hollywood.

    Y luego de verla y procesarla por horas, ya que es todo menos una cinta olvidable y que se puede catalogar como una esas obras que te vuelan la cabeza, decidí irme derecho a la vereda de quienes se asombraron con la cinta. Sobre todo en su primera mitad la cual es realmente increíble, donde se ve lo mejor del director de “La La Land” y “Whiplash”. Pero por otro lado, entiendo que quienes se aburrieron gran parte de la segunda mitad, porque a pesar de que se nota que la visión del creador necesitaba esta gran cantidad de metraje (la película dura más de tres horas), quizás si le sobran por lo menos unos 30 minutos.

    Pero independientemente de su duración, no se puede negar que “Babylon” realiza de buena manera y al mismo tiempo, un homenaje y crítica a la industria del cine que entre el cambio del cine mudo al sonoro, dejó ver lo peor de esta máquina norteamericana de entretenimiento. Y es algo bastante inteligente ya que lo hace ambientada en una época pasada, pero apuntando indirectamente también a la actual utilizando un humor bastante negro, pero que como toda buena comedia te deja pensando luego de la carcajada.

    Todo esto además presentando un contrapunto interesante, ya que  Damien Chazelle realiza una ambientación visualmente hermosa en todo sentido, con vestuario, escenarios y una puesta en escena que deslumbran y que hacen que valga la pena verla en la pantalla grande, convirtiendo a “Babylon” en una experiencia cinematográfica que entrega un par de escenas alucinantes, que deben ser las más hermosamente locas (y un poco grotescas) que he visto en una sala de cine.

    Babylon se encuentra en las principales salas de cine del país desde este jueves 19 de enero.

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