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    “Elden Ring” es una obra sublime de Hidetaka Miyazaki y George R.R. Martin, la cual nos enseña la alegría que proviene de superar las dificultades

    Esta debe ser la reseña que más me ha costado escribir y que llevo postergando desde que me mandaron el juego entre abril y mayo de este año (mil disculpas Bandai por eso), revisando decenas de veces las notas que he ido escribiendo, editando y borrando. Y en otras circunstancias esta demora se podría deber a mi eterno modo de procrastinación severa, pero no es así esta vez ya que con “Elden Ring” he pasado del odio al amor en diferentes ocasiones, viviendo aún esa especie de montaña rusa entre emocionarme con cada cosa nueva que descubro, para luego odiar al juego por su dificultad. Tanto así, que coloquialmente lo llamo “Elden Morir”.

    Porque si, soy bien malo para los videojuegos a pesar de que me encanta jugarlos y entro en ese rango de gamers a los que llaman “mancos”. Algo que ha hecho mi aventura en “Elden Ring” primero en un viaje imposible (a pesar de que es el más accesible de los juegos del tipo souls) y lleno de frustración, a uno de solo admiración al punto de llegar a pensar que es el mejor videojuego que he jugado en mi vida entera.

    Frase que las personas que disfrutamos muchos géneros, ya sean musicales, cinematográficos o de videojuegos, en general no llegamos a decir con tanta frecuencia porque es como “casarse” con alguna obra y creo que por ahí es donde iba el “miedo” a declarar mi amor sincero a “Elden Ring”. 

    Amor que primero nace por algo que el propio Hidetaka Miyazaki, quien es es el director del juego y del estudio desarrollador, FromSoftware, dijo en una hermosa entrevista que le hizo el NY Times hace un tiempo (la que creo todo fan de “Elden Ring” debe leer) y es que su intención de hacer tantos videojuegos difíciles, es hacer “que la mayor cantidad posible de jugadores experimente la alegría que proviene de superar las dificultades”. 

    Algo que seguramente nace de la propia experiencia de este genio, ya que la dificultad ha sido parte de su vida desde niño y es lo que indican en la entrevista, contando que Miyazaki creció siendo muy pobre. Según cuentan en el New York Times: “no podía permitirse libros propios; en la biblioteca, tomó prestada la fantasía y la ciencia ficción inglesas que no entendía, imaginando historias que podrían acompañar a las imágenes”.

    Y si Hidetaka, durante todo “Elden Ring” he experimentado esa alegría a pesar de que me costó entenderla ya que la pude comenzar a vivir después de muuucho sufrimiento donde incluso, llegué a no solo cerrar el juego de pura rabia, sino que también a desinstalarlo. Y varias veces.

    Todo esto aprendiendo que al igual que en sus otros títulos del mismo género, a pesar de que es difícil derrotar a los diferentes jefes de “Elden Ring”, podemos entender la naturaleza de su forma de combate, la cual fue inteligentemente diseñada para cada uno de ellos dentro de sus historias del juego, la cual fue escrita con la ayuda del genio George R.R. Martin, conocido por ser el creador de “Game of Thrones”.

    Una historia que deslumbra y en muchos momentos llega a ser abrumadora ya que se siente en cada momento que busca ser épica, entregando un lore hermoso que de seguro servirá para crear muchas obras igual de maravillosas alrededor de “Elden Ring”, como series, películas y una secuela que los propios creadores ya han confirmado tienen en mente. 

    Y creo que Épico es el término que mejor describe a “Elden Ring” y es por eso que de seguro enamora de esta manera, ya que todo está presentado con ese fin, como su música la cual va acompañando las luchas contra los enemigos con diferentes intensidades, mientras avanzan estas peleas. 

    Épica que también se entrega en su apartado gráfico y en su arte, la cual tiene unos de los diseños de personajes, mapas y artículos como armas y armaduras, más hermosas que he visto en mi vida a pesar de que en cierto modo (y sobre todo en los enemigos), se presentan personajes monstruosos y hasta horribles. Pero en esta búsqueda integral de encontrar la belleza dentro de lo que parece espantoso que presenta “Elden Ring”, estos “monos feos” nos terminan pareciendo no solo hermosos, sino que hasta entrañables luego de acompañarlos en sus misiones secundarias. 

    En fin, creo que podría estar “evangelizando” acerca de “Elden Ring” en muchos párrafos más, pero pienso que ya dejé en claro en esta columna todo lo que me ha enseñado este título, al cual creo era necesario “tirarle flores” antes de que acabe el año y justo un día antes de que de seguro gane el premio a “Juego del año” en los “The Game Awards” 2022.

    Agradezco a Bandai Namco Latinoamérica por la generosa oportunidad de entregarnos una copia del juego para esta tardía reseña y además por la paciencia.

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