El Teddy Award es una distinción entregada desde 1987 en el Festival internacional de cine de Berlín o Berlinale a producciones que tienen como protagonistas a personajes de la comunidad LGBTQ+. Chile ha obtenido el galardón tres veces, con el largometraje Una mujer Fantástica (2017), con el documental Lemebel (2019), y la primera vez en 2015 con el corto, San Cristóbal.
El responsable de esa obra fue Omar Zúñiga, un joven cineasta chileno que, a través de la ficción, quiso representar una historia entre dos hombres (interpretados por Samuel González y Antonio Altamirano), que, libres de todo prejuicio, decidieron celebrar su amor y reclamar el espacio que merecen.
Cinco años pasaron desde el éxito de San Cristóbal, tiempo que para Zúñiga, estuvo lleno de intenso trabajo, búsqueda incansable de financiamiento y otras actividades como realizador, que incluyen la dirección de un segmento en la película The Color of Time, durante su paso por la Universidad de Nueva York.
Finalmente, el año 2019, se estrenó en el Festival de Cine de Valdivia:Los Fuertes, la concreción de más de seis años de trabajo, y su primer largometraje de ficción. Una cinta que gravita en el mismo universo que su cortometraje ganador de la Berlinale, pero que, según sus propias palabras, se trata de un proyecto muy distinto.
Los Fuertes, que fue filmada en su totalidad en la región de Los Ríos, y que llegó a las salas en marzo de este año, cuenta, al igual que San Cristóbal, la historia de amor entre Lucas y Antonio; dos personajes opuestos que se encuentran en un momento inesperado de sus vidas, y que deciden darle una oportunidad al romance, a pesar de todo.
La cinta, que será parte de la selección oficial del Outfest Los Angeles 2020, no gozó de la exposición merecida debido a la pandemia que afectó a nuestro país y al mundo. Pero a partir del próximo 21 de agosto podrá ser vista a lo largo del territorio nacional en el sitio de cine chileno, Ondamedia. Y también en el sitio oficial www.losfuertes.cl para Chile y algunos países de Latinoamérica.
En conversación con NerdNews, Omar Zúñiga, quien además es parte de la productora Cinestación, junto a las también cineastas, Dominga Sotomayor y Catalina Marín, habla sobre lo que significa dar el salto de dirigir un cortometraje a una película de 98 minutos. Los desafíos técnicos y argumentales de este nuevo proceso. De su visión frente a la representación de la comunidad LGBTQ+ en la pantalla grande, y de cómo ve el escenario actual de Chile, frente a la tolerancia, el amor y otros temas.
Esta película nació como un largometraje, pero luego se transformó en un corto que estrenaste en el 2015, y que fue distinguido en la Berlinale. ¿Fue esa distinción lo que te motivó a querer hacer el largometraje, o ese paso se iba a dar sí o sí?
Creo fue parte del mismo proceso. Yo estaba escribiendo este proyecto en etapas tempranas, y se dio la oportunidad de poder filmar algo que estuviese conectado al universo de estos personajes, que diera cuenta del tono que queríamos usar en la película. Son proyectos muy distintos entre sí, pero, ciertamente comparten un tono y obviamente, el universo. La trayectoria que tuvo nos sorprendió a todos, fue muy bonito. No lo esperábamos para nada, pero permitió demostrar la calidad del trabajo de nuestro equipo. Y también permitió, eventualmente, financiar esta película, que siempre quisimos hacer.
Entre medio pasaron varios años. Los actores, yo, Chile, cambiamos, y nos interesaba hacer una película que fuese más política. El corto tenía algo mucho más melancólico, y la película giró hacia un lugar, que era el que más nos interesaba en un inicio, que era la idea de celebrar y defender a estos dos personajes que son capaces de encontrar su lugar en el mundo, que son capaces de anteponerse ante cualquier hostilidad que puedan encontrar. Nosotros queríamos celebrar esa valentía y ese amor, y dar esta idea de que estamos aquí y merecemos vivir los espacios que habitamos.
Como tú dices, pasaron varios años entre ambos proyectos, me imagino que el equipo creció muchísimo, los tiempos de rodaje. ¿Cómo fue dar ese salto del corto al largometraje, en el aspecto técnico?
Los procesos de las películas son súper largos, es muy difícil financiarlos en Chile, los fondos son muy competitivos. Nosotros, finalmente, logramos tener el fondo público de producción de largometrajes, con eso pudimos filmar, y queríamos filmarla del mejor modo posible. Pudimos contar con el financiamiento de rodaje para hacerlo, y trabajamos con un equipo técnico, en su mayoría de la Región de Los Ríos, que era algo muy importante para nosotros, colaborar con los talentos locales, y ayudar a la descentralización de la producción. Que pudiésemos cultivar todos los técnicos que existen, actualmente, en la región de Los Ríos, que tiene una gran capacidad audiovisual instalada. Fue una muy buena experiencia poder trabajar con un equipo donde la mayoría era local.
La película tiene varios desafíos de producción, se puede ver que hay secuencias complejas. Pero logramos sortearlo con una gran colaboración entre el equipo. El cine es un ejercicio colectivo y todos pusieron mucho de sí mismos para ver lo que se ve en pantalla.
EL ORIGEN
Volcándonos al guion, a lo que son los personajes ¿desde dónde surgen Lucas y Antonio, estos dos personajes protagonistas, esta historia, el lugar donde se filmó? ¿Por qué eliges ese lugar específico, que es tan hermoso y trasmite tanta paz al espectador?
Con respecto a los personajes, o al punto de partida, cuando comencé a escribir el proyecto que fue varios años atrás, me interesaba mucho contar una historia de amor, que yo no he visto lo suficiente como espectador. Que tiene que ver con una historia de amor del mismo sexo, que esté totalmente privada de la culpa, o de la idea del descubrimiento. Siento que muchas películas que giran alrededor de historias de amor entre personas del mismo sexo muestran a uno de los personajes, dudando, sintiendo que lo que están haciendo está mal. Y yo quería hacer algo que estuviese absolutamente privado de eso. Y esa libertad me parece necesaria, revolucionaria e importante, porque siento que no lo he visto, tanto como me gustaría.Ellos dos saben exactamente quienes son, qué es lo que quieren, no es una historia de descubrimiento, es una historia de amor entre dos personas. Eso me parecía político y necesario.
También me interesaba explorar dos personajes que son muy distintos entre sí, que encuentran este amor cuando menos se lo esperan, pero que tienen distintos modos de ver el mundo, y me interesaba explorar esa tensión entre esos modos de ver el mundo. Una película que habla mucho de la libertad, de la autonomía, de la independencia. Me interesaba como ellos definen para sí mismos esa independencia de un modo distinto, y dar cuenta de eso en un Chile que es muy el Chile de hoy. Un Chile en el que estamos a medio camino entre un pasado y un progreso, y yo creo que la película también da cuenta de esa realidad cultural, en términos de la aceptación de la relación de ellos, en ese entorno.
Ellos encuentran un rango de reacciones, desde total apoyo hasta un rechazo medio torpe e irracional. Y quería explorar ese rango de cosas, y dar cuenta de nuestro país en este momento del tiempo.
Dar cuenta de este romance de un modo absolutamente luminoso y romántico. Y que celebre la valentía de ellos dos, y con representar a muchas personas de nuestro país, que no se han visto lo suficiente en pantalla, y ha sido muy bonito que eso se ha dado. Hay personas que se ven a sí mismos, y nos contactan, y para mí eso es muy importante, porque es acerca de decir que somos parte de este país, decir que existimos, que merecemos dignidad, y que nos merecemos el espacio que merecemos.
Con respecto al lugar, siempre quise que tuviese esa atmósfera marina del sur de Chile, que me gusta mucho, a la que me siento muy atraído. Yo no soy de la Región de los Ríos, pero es un lugar que conozco mucho, y me interesaba retratarlo, no sólo su geografía, que es fascinante, sino también su cultura.
La película, de alguna manera, es una carta de amor a esta región y quería retratarla de un modo fidedigno y auténtico. Y, eventualmente, cuando el proyecto fue avanzando estaba la idea de los fuertes españoles de la bahía de Corral, que es algo muy específico dentro de Chile, que no existe en otro lugar del país. Son estos edificios que han estado ahí de pie por varios siglos, y para mí eso hablaba de una permanencia en el tiempo o de resiliencia, eso tenía muchos ecos con la relación de los personajes. Estos edificios que resisten los embates de las olas después de muchos siglos, y que todavía siguen de pie. Igual que pasa con Antonio y Lucas, ya que ellos resisten, también, muchos embates de muchas olas que vienen a ellos.
Algo que tú dijiste me quedó dando vueltas. En Chile estamos en este proceso de estar en el pasado, caminando hacia un progreso lento. Se sabe tambiénque en Chile hay muy poca representación de la comunidad LGBT, y además de eso, siempre se vincula mucho a la violencia que recibe la comunidad. ¿Cómo fue para ti como director y guionista, pararte desde la otra vereda, desde el amor? ¿Hubo algún tipo de incertidumbre al presentarle esa visión al público?
Es algo que pensamos mucho, y que yo pensé mucho, respecto a desde dónde existe esta película. Y te encuentro toda la razón, muchas veces se retrata desde la violencia. Para mí era muy importante representar este amor de un modo fidedigno, autentico, luminoso. O sea, creo que la posibilidad de hacer una película es tan complicada y larga, con tanto problema entre medio, que, al momento de poder hacerlo, para mí era importante instalar algo nuevo. Instalar la idea del amor, de la libertad, de cómo ellos son capaces de encontrar su libertad. Y bueno, en la película hay tensión y hay homofobia. Yo no quiero ignorar eso, en Chile existe la homofobia, es brutal. A mí me conmueven los casos que son reportados periódicamente, de agresiones violentas en todo nuestro país.
Sin embargo, para mí el foco estaba en celebrar este amor, y celebrar esta valentía con la que ellos enfrentan el mundo. De un modo, que creo, es muy verosímil, un modo que sí es posible en el Chile de hoy. En el que existe un rango de posibilidades y reacciones. Entonces, para mí era importante concentrarnos en ese amor, celebrar este amor, esta valentía y esta independencia. Y para mí, eso sin duda es político. Tiene que ver con ganar la dignidad de nuestra comunidad, y que cada uno merece tener el destino que define para sí mismo. Creo que esa es la fuerza de la película, y es algo que me importaba mucho.
Tú y los actores logran entre ellos una intimidad que es tremendamente erótica en pantalla, pero que no deja de ser súper emotiva, y que trasmite mucho amor. ¿Ese trabajo se logra a partir del corto, van trabajándolo, cómo llegan a ese punto?
Los protagonistas, que son Samuel González y Antonio Altamirano,son dos tremendos actores, que quiero y admiro mucho. Nos hemos vuelto muy cercanos a partir del proceso de la película. A nosotros nos interesaba mucho dar esta sensación de algo romántico, y es algo que trabajamos muy cuidadosamente con ellos, en una atmosfera de un set que también permitiera que ellos pudiesen dar los mejor de sí mismos. Son distintas técnicas o factores, que fuimos usando para dar esta sensación al público.
Con respecto a lo sexual, con Antonio y con Samuel, queríamos que este sexo fuese totalmente desprejuiciado, desinhibido y no invadido por la culpa, ni por lo sórdido. Siento que muchas veces la representación del sexo entre dos hombres va cerca de lo oculto, de lo que se debe esconder, del dolor, del trauma. Y nosotros queríamos representar esto en otra línea, totalmente contraria, que, sentimos, no se ha visto lo suficiente. Que tiene que ver con el amor, con el placer, con celebrar este placer, celebrar la conexión que ellos dos tienen. Finalmente, es dar cuenta de que todos amamos del mismo modo, de generar esa empatía y entender que todos pasamos por cosas similares. Independiente de la orientación o del género. Me interesaba explorar ese tono en la relación entre ellos, que siento, no hemos visto tanto como me gustaría.
Eso era algo que quisimos construir, y esas escenas, más allá de los cuerpos, son muy vulnerables para ellos, en términos de emociones también. Porque es acerca de cómo se están conectando, y cómo se están enamorando. Es notable el trabajo que Samuel y Antonio hacen en la película, en ese y otros aspectos.
Esto es un tema que a mí me pareció interesante y que tal vez para ti no fue ningún problema. En nuestro idioma, el castellano, el título ‘Los fuertes’, lo podemos interpretar de dos maneras: comolas construcciones, y también como una persona con fuerza.
Sí.
Pero en la traducción al inglés solo se puede interpretar de una forma. Quiero saber si eso fue deliberado, ¿cómo eliges, finalmente, que sea ‘The Strong Ones’ y no the forts, por decirlo de alguna forma?
Es algo que pensé mucho. Es muy bonito eso del lenguaje, que tiene distintos significados, y claro, en español es tanto el lugar, como ellos. La idea de ellos dos en este lugar. Obviamente, la película está en clave en ese universo muy específico. Y quería darle homenaje a ese lugar a través del título. El español tiene la linda ventaja que se puede entender de las dos maneras. Traducirlo al inglés fue muy difícil, porque probamos muchas versiones, también cambios de título radicales. Muchas veces las películas cambian de título en un 100% cuando se traducen. Entonces,probamos opciones hacia allá, pero finalmente nos gustó ‘The Strong Ones’, porque era lo más parecido a la idea de la resiliencia, y cómo ellos son capaces de anteponerse a la hostilidad que puedan encontrar en el mundo. Quizás perdimos lo del lugar, pero me interesaba que fuese claro en ese sentido.
INFLUENCIAS CINÉFILAS
Tú dices que estas historias de amor han sido poco representadas en el cine en general. Pero me imagino que debes tener referentes en los que te apoyas para construir tu propia obra.
Sí, puede ser.
Me podrías contar cuáles son.
Es difícil, a mí me gustan mucho muchas cosas, tengo un gusto muy ecléctico, y hay cosas que me han influenciado mucho. Con respecto a ‘Los Fuertes’, más allá de historias LGBT, me interesaban historias de amor en un sentido amplio. Vimos ‘Los puentes de Madison’, amores que tienen repercusiones entre los personajes. Como cuando vas en una dirección y el amor te envía a otra. Hay una película que vi cuando ya estaba escribiendo, pero que también me gustó un montón, que se llama ‘Western’, de la directora alemana Valeska Grisebach. Es una película muy realista, acerca de unos obreros que están trabajando en el borde entre Alemania y Bulgaria, donde hay límite geográfico, en el que cambian los idiomas, etcétera. Y hay un personaje que empieza a buscar conexión con otras personas, amistad incluso. Recuerdo que me encantó esa película porque habla de la fragilidad de lo masculino. Muchas veces lo masculino se entiende desde la omnipotencia, pero me interesaba entender cómo se quiebra, cómo hay fragilidad.
Me gustan muchos directores, y temas, más allá de ‘Los fuertes’ en particular. Uno se alinea con ciertas cosas que le gustan y me gusta mucho Sofia Coppola, Gus Van Sant, Robin Campillo, que es un director francés.
La siguiente pregunta quiero plantearla de modo que no sea un spoiler para quienes leen, pero ¿por qué nos hiciste eso con el final?
La gente siempre me hace comentarios de algo similar, pero yo creo que nosotros estamos entrenados, por convenciones narrativas del cine a esperar que en una historia de amor las personas lo dejen todo por ese amor. Y puede ser muy entretenido en una película. O sea, a mí me fascinan películas que son así, me fascina ‘Titanic’, me fascinan esos romances épicos, pero lo que quería explorar en ‘Los Fuertes’, era algo que fuese más cercano a la vida, más cercano a nuestras experiencias. Que fuese más complicado, menos claro, que existan más preguntas alrededor del amor:Qué dejas atrás, qué cosas estás dispuesto a hacer.
Creo quetratamos de plantear esta historia desde un lugar más adulto, menos cercano a la convención y con más complicaciones entre medio. Creo, también, que nunca nadie está totalmente seguro de las decisiones que toma. Eso es lo que mostramos al final. No sé si lo que sea que pase entre ellos dos, va a ser una decisión que se van a cuestionar o si se va a mantener como sucede.
Entonces, me interesaba explorar eso, que para mí es un poco más realista, y es un poco más cercano a la vida, a las experiencias que conozco. Está menos invadido de esta fórmula épica de las películas.
¿Qué le dirías a los realizadores jóvenes, más jóvenes que tú, que buscan adentrarse en esto de la representación, pero desde la otra vereda, como tú me contabas?
A veces hago clases, y algo que menciono mucho es que todo en el cine ya se hizo, todo ya existe; todo ya se hizo de un modo u otro. Entonces, lo interesante para mi es plantear las experiencias particulares. Y es algo que trato siempre decir a la gente que está empezando a realizar, que exploren sus propias experiencias. Hay algo muy especial respecto a lo que hemos vivido, que tú las viviste y que otras personas alrededor tuyo no. Y cómo nos cuentas acerca de eso desde tu punto de vista. Eso para mi es lo principal, porque es lo que hace interesante, en mi opinión, una película.
¿Qué es lo siguiente en tu carrera, qué se viene?
Tenemos, con dos socias Dominga Sotomayor y con Catalina Marín,una productora que se llama Cinestación. Tenemos varios proyectos que queremos filmar. Aparte de nuestras propias películas, producimos a otros directores, y tenemos dos películas que queremos filmar durante el próximo año, que, obviamente, tuvimos que atrasar por la pandemia. Una que se llama ‘1976’, de Manuela Martelli, y otra que se llama ‘Penal Cordillera’, de Felipe Carmona.
Yo estoy comenzando a escribir una película, un proyecto nuevo, está en una etapa muy temprana.
También estuve haciendo montaje de una película que dirigí, que es algo de muy bajo presupuesto, medio experimental, que me invitaron a dirigir en la Universidad de Nueva York, donde estudié. Me invitaron a hacer un taller con gente que estaba haciendo su master en actuación, entonces, filmamos un proyecto medio extraño que me gustaría que ojalá se viera, entre este año y el que viene. Varias cosas.
Lo que nos interesa en Cinestación es levantar estas nuevas miradas en Chile y en Latinoamérica, y ojalá contribuir a estos nuevos directores.