El chileno Pedro Pascal, protagonista de El Mandolariano (‘The Mandalorian’) y que debuta en Disney +, ha dado innumerables entrevistas a lo largo de su carrera. Ahora recopilamos algunas de sus mejores respuestas y las unimos con la magia de la edición. ¿Resultado? Así se lee la historia de este gran actor contada en primera persona.
Soy un refugiado: mis padres huyeron de Chile con Pinochet, el año 1976 cuando yo tenía nueve meses. Mis padres pudieron comenzar desde cero, ganándose la vida en los Estados Unidos.
Mi familia es chilena y yo nací allá. A los cuatro años, estábamos viviendo en San Antonio, Texas y recuerdo que estaba cortando una flor y un hombre con sombrero de sheriff y una insignia me gritó. Estaba traumatizado. Me dijo que la flor azul era el símbolo del estado y se supone que no debía meterme con ella.
Tengo muy buenos recuerdos de Texas. A los ocho años comenzamos a visitar con regularidad Chile y muchos familiares vinieron a visitarnos, cuando nosotros no podíamos ir.
Cuando estaba en la secundaria, nos mudamos desde Texas al condado de Orange. No encajaba y era bastante solitario.
La pasé muy mal en el condado de Orange. Yo era un nerd. Miraba películas extranjeras cuando tenía trece años y hablaba de cómo Hope and Glory debería ser una película extranjera.
Mi hermana y yo, nacimos en Chile y nos criamos en Estados Unidos, y mis hermanos pequeños nacieron en los Estados Unidos y se criaron en Chile, después de que mis padres se mudaron el año 1995.
No elegí venir a los Estados Unidos, pero haber sido criado aquí ha moldeado exactamente quién soy ahora y no puedo imaginar que me lo quiten.
MOVIDA INFANCIA
Nunca tuve un amigo imaginario, sólo circunstancias imaginarias. Me gustaban mucho las películas de Indiana Jones y siempre recreaba escenas. Me rompí el brazo izquierdo tres veces, dos de ellas, fueron lesiones que me hice tratando de ser Indiana Jones.
Estaba tan obsesionado con el cine y los actores que no era un buen estudiantes. Siempre estaba metido en problemas, pero mi padre siempre nos llevaba al cine.
Asistía a las típicas escuelas públicas y mi papá me llevaba nos llevaba al cine todas las semanas, o compraba boletos para los partidos de los San Antonio Spurs. Recuerdo que tenía cuatro o cinco años y mis padres, que eran muy jóvenes, nos llevaron a ver The Police en Austin e Iggy Pop abrió.
Conseguimos HBO cuando tenía siete años. Mis padres estaban acostados y en la medianoche pasaban Children of the Corn y yo lo veía en mute.
El nombre de Steven Spielberg estaba en Poltergeist y E.T. salió el mismo año, al que todos los padres llevaron a sus hijos. Entonces, a pesar de que Polstergeist es una película de terror, convencí a mis padres para que me dejaran ir a verla. Fue espantoso. Supongo que esto dice mucho de mí cuando tenía seis años, porque me encantaba.
Mis padres nos llevaron a muchos conciertos. De hecho, para los cumpleaños comenzamos a pedir entradas a shows. Mi hermana pidió ir a la gira Like a Virgin de Madonna. Yo también fui. ¡Me encantó!
DIVERSAS AFICIONES
Odio el karaoke. No quiero cantar en un karaoke y tampoco quiero escuchar a la gente cantando en un karaoke.
Alguien me preguntó, cómo me sentía sobre el Capitán Crunch. Soy capaz de comerme la caja entera sin leche. Tiene un sabor dulce indescriptible. Capitan Crunch tiene su propio sabor.
Me encantan las películas de ciencia ficción. Tengo muchas favoritas. Pero yo diría que Alien y Aliens son dos de mis favoritas de ciencia ficción. También Children of men, me encanta Solaris, la original y el remake y aunque no es una película, Battlestar Galactica fue uno de mis programas de televisión favorito.
Para mi cumpleaños, había pedido el disco de la banda sonora de Footlose y Thriller de Michael Jackson, pero recuerdo haber caminado lo que parecían millas hasta la tienda de casetes llamada The Warehouse para comprar Graceland de Paul Simon, Joshua Tree de U2 y un álbum de Roberta Flack. Tenía muy buen gusto.
Amo mezclar la comedia con el horror.
Soy súper fan de True Detective. Los domingos en que salía al aire, me sentía ansioso. Soy un fanático de la ciencia ficción. Estuve súper enganchado de la serie Battlestar Galactica. Creo que tengo todas los set en sus cajas de lujo de la serie. Y también amo Bobs burguers.
UNA ASCENDENTE CARRERA
He audicionado desde que tenía 20 años, trabajando como mesero, obteniendo papeles en teatro, haciendo La ley y el orden.
Tengo la típica historia del actor en apuros. Fui mesero en Nueva York, me fui a Los Ángeles poco después de graduarme para conseguir algunos trabajos, pero no funcionó. Quería ganar experiencia en el teatro profesional, así que volví a Nueva York. Esto hizo que mi fuese más camino largo, pero realmente quería sobresalir en el teatro.
Buffy la Cazavampiros fue uno de los primeros trabajos que conseguí. Estaba tan emocionada de estar en ese show, principalmente porque las personas en mi vida, a las que respetaba tanto, mis mejores amigos y mi hermana, estaban obsesionadas con el programa. Obsesionados con la historia.
Ser latino y actor han sido una lucha constante y una oportunidad única. Cuando no encajas en lo que puede ser una visión más estereotipada de alguien que se llama Pedro, puede ser más difícil de manejar.
No soy peligroso, pero tengo una nariz afilada. Probablemente estaré interpretando al villano de la película para siempre por culpa de mi cara.
La formación actoral en la escuela fue genial, pero sobre todo divertido, ser joven y estar en Nueva York. Debido a que mi educación fue tan pasajera, Nueva York terminó siendo mi hogar. He vivido ahí más tiempo que en cualquier otro lugar.
Cuando me mudé a Nueva York, el año 93, salíamos a bailar muy seguido. Creo que eso nos mantuvo en forma.
El año 2002, me mudé desde Manhattan a Brooklyn, a Red Hook.
En lo único que me ayudó haber sido asesinado en Graceland, fue que me dejó disponible para hacer el trabajo en Game of Thrones.
Creo que como en la serie Game of Thrones, nuestra fascinación por las luchas de poder es bastante unánime.
En las calles, o me preguntan si soy la Víbora Roja (de GOT) o Javier Peña (de ‘Narcos’).
La Víbora Roja disfruta de la vida. No discrimina en sus placeres. Así es como él entiende la vida, para vivirla al máximo. Y limitarse en términos de experiencia no tiene ningún sentido para él. Lo que es bello es bello.